A la hora de redactar textos una gran duda a resolver (las decisiones cuando no se toman a tiempo, que suele ser en el momento, se acaban enquistando y convirtiendo en dudas) es qué tiempo verbal emplear: si pasado, situando al visitante en las coordenadas temporales de la pieza (por ejemplo la única foto conocida del hospital de San Rafael, en Santander, tomada hace un siglo), o si presente.
El tiempo presente obliga al comisario a viajar al pasado para alcanzárselo al visitante a la mano. Es el comisario quien actualiza el pasado para consumo del visitante. Si se opta por el presente, pues, el comisario hace de traductor del pasado.
Redactar los textos en pasado, por su parte, requiere más esfuerzo por parte del visitante. Es él el que tiene que ponerse en situación, el que tiene que hacerse una composición de lugar.
Presente = protagonismo del comisario (agente activo).
Pasado = protagonismo del visitante (agente activo).
Dadas las características de la exposición Valdecilla..., que no pretende epatar (corazón), como pueda hacerlo una de un artista, sino explicar (cabeza), con el esfuerzo que eso requiere, creo preferible emplear el presente para los textos y así aliviar tarea al visitante.