Agradecidos con Paco Gómez Nadal por su estupendo reportaje sobre la exposición publicado en la edición cántabra de eldiario.es: "Valdecilla, cuando el sueño de una España moderna cabía en un hospital", disponible aquí.
Todo nuestro apoyo a este proyecto periodístico tan prometedor. La diversidad informativa es básica en cualquier sociedad que se quiera avanzada, como la nuestra.
Abrazos, Paco, y gracias de nuevo.
jueves, 30 de abril de 2015
miércoles, 29 de abril de 2015
Visitas concertadas con el Colegio de Médicos y La Vorágine
Visitas concertadas con el Colegio Oficial de Médicos de Cantabria para la tarde del jueves 7 de mayo y con el colectivo La Vorágine para la tarde del 19 de mayo.
lunes, 27 de abril de 2015
Visitas guiadas los jueves a las 19:30 h.
Recordatorio:
Todos los jueves a las 19:30 h. visita guiada a cargo del comisario.
Entrada libre y gratuita.
Todos los jueves a las 19:30 h. visita guiada a cargo del comisario.
Entrada libre y gratuita.
jueves, 23 de abril de 2015
martes, 14 de abril de 2015
Hallazgo de los sillares de la fachada del pabellón original de la Casa de Salud Valdecilla
Hace aproximadamente tres meses estuve con mi compañero Virgilio Fernández Acebo y el responsable del Colegio Parayas visitando el yacimiento, porque no sé de qué otra manera calificarlo, donde se encuentran las piedras de sillería de la fachada del antiguo pabellón principal de la Casa de Salud Valdecilla. Estas piedras se numeraron antes de desmontar la fachada para su futura reconstrucción, cosa que no ha ocurrido. Las piedras siguen allí, semienterradas, en un lamentable estado de conservación.
A Chuchi y a mí se nos ocurrió rescatar un par de sillares para la exposición, en concreto para el apartado dedicado a diseño hospitalario, en parte como llamada de atención sobre el abandono que sufre nuestro patrimonio arquitectónico, pero finalmente nos echamos atrás. Nos parecía que los sillares iban a acabar comiéndose la exposición, es decir, que iban a llamar la atención demasiado, que probablemente lo que más recordaría la gente de la exposición serían los sillares, que sin dejar de ser importantes no son lo tanto, ni por asomo (a la vista de otros elementos que sí van a ir en la exposición) como para trocar en iconos.
Una decisión acertada, el no ponerlos.
Valga esta entrada, entonces, para dar noticia del redescubrimiento de los sillares enterrados en Parayas que se produjo no hace tres meses, que es cuando visitamos lo que he calificado como yacimiento, sino hace aproximadamente un año gracias a la curiosidad de Julián Gurbindo, por entonces Gerente de la Fundación Marqués de Valdecilla, hoy ya jubilado.
A Chuchi y a mí se nos ocurrió rescatar un par de sillares para la exposición, en concreto para el apartado dedicado a diseño hospitalario, en parte como llamada de atención sobre el abandono que sufre nuestro patrimonio arquitectónico, pero finalmente nos echamos atrás. Nos parecía que los sillares iban a acabar comiéndose la exposición, es decir, que iban a llamar la atención demasiado, que probablemente lo que más recordaría la gente de la exposición serían los sillares, que sin dejar de ser importantes no son lo tanto, ni por asomo (a la vista de otros elementos que sí van a ir en la exposición) como para trocar en iconos.
Una decisión acertada, el no ponerlos.
Valga esta entrada, entonces, para dar noticia del redescubrimiento de los sillares enterrados en Parayas que se produjo no hace tres meses, que es cuando visitamos lo que he calificado como yacimiento, sino hace aproximadamente un año gracias a la curiosidad de Julián Gurbindo, por entonces Gerente de la Fundación Marqués de Valdecilla, hoy ya jubilado.
lunes, 13 de abril de 2015
Fotografía popular
El Centro de Documentación de la Imagen de Santander (CDIS), tan envidiable en muchas cosas, ha puesto en marcha una iniciativa muy interesante de la mano de la Autoridad Portuaria de Santander que consiste en solicitar a los ciudadanos fotografías del Faro de Cabo Mayor con motivo del 175 aniversario de su inauguración y de la presentación pública de la fotografía.
Los documentos originales serán escaneados y devueltos a sus propietarios. Solo se expondrán las copias. No se podrán utilizar estas fotos para otros proyectos sin autorización expresa de sus propietarios.
Es una idea que bien se podría trasladar al hospital, en particular en el contexto de la exposición Valdecilla... Hace cuatro años, recién llegado a mi puesto, intenté poner en marcha una iniciativa parecida a ésta, pero no cuajó. Ahora puede ser el momento.
viernes, 10 de abril de 2015
Quitar las cartelas no es desarmar al visitante
Aquí y aquí puse sendas entradas sobre cartelas. En la primera defendía que no poner cartelas es como escribir sin signos de puntuación y en la segunda que las cartelas es aconsejable se ajusten a las coordenadas de la exposición por encima de las rigurosidades normativas.
He visitado recientemente el museo de la Fundación Carlos de Amberes de Madrid dedicado a maestros flamencos y holandeses, cuya web se encuentra aquí, y he comprobado que el ajuste de las cartelas a la realidad de la exposición puede llegar a significar la desaparición de aquéllas. O su traslado al papel, al catálogo, desapareciendo de las paredes.
A la entrada del museo, que es de pago, el visitante recibe de forma gratuita un pequeño catálogo dedicado a la exposición permanente y otro a la temporal. La estructura de estos catálogos es la de las exposiciones: por temas. Cada tema está muy bien explicado. No lo están menos las obras encuadradas en cada tema. Éstas cuentan con descripción detallada, contexto y reproducción a color. Es un catálogo no muy extenso, pero aguanta una visita de unas dos horas.
El responsable del museo ha decidido apostar por visitas bien documentadas de perfil alto (expertos o al menos público interesado). Las cartelas a pie de obra podrían haber desvirtuado esta línea de ataque. El público diana de este museo no las necesita.
Apostar por una sola carta, o poner todos los huevos en una sola cesta, es arriesgado. Por ejemplo, en la exposición temporal que lleva por título "El auge del paisaje" el itinerario marcado por el catálogo no coincide plenamente con el de la exposición. Esto es así imagino porque el catálogo se llevó a imprenta antes de empezar a montar y la exposición, en el ínterin, cambió de esquema. Un detalle, pero que entorpece la visita.
En Valdecilla... no creo que fuera buena idea aplicar la misma lógica que la del museo madrileño. Éste recibe visitas expertas y la exposición Valdecilla... espera ser de interés general, lo que desaconseja condenar al mero curioso a una lectura atenta de un catálogo que por muy asequible que sea seguro que se le hace difícil. Prefiero que los curiosos, que preveo sean muchos, salgan con una idea más o menos clara de la exposición con la sola lectura de las cartelas (un nivel básico de lectura) a que salgan sin haber aprendido nada por haberme centrado yo en las necesidades de los visitantes expertos, lo que no implica que desatienda a éstos, al contrario, podemos colocar cartelas a nivel básico (para todos) en la exposición y luego poner a disposición de los expertos una guía que se pueda descargar de forma libre y gratuita desde internet. Cubriríamos así todas las necesidades, que es lo que corresponde a una entidad pública.
No me gusta la idea de dar todo a unos pocos a costa de dar poco a muchos. Prefiero que unos y otros, curiosos y expertos, reciban el mismo contenido básico sin descuidar, eso sí, que quien quiera más, el experto, tenga medios a su alcance para profundizar en la exposición a través de, por ejemplo, un catálogo en línea.
He visitado recientemente el museo de la Fundación Carlos de Amberes de Madrid dedicado a maestros flamencos y holandeses, cuya web se encuentra aquí, y he comprobado que el ajuste de las cartelas a la realidad de la exposición puede llegar a significar la desaparición de aquéllas. O su traslado al papel, al catálogo, desapareciendo de las paredes.
A la entrada del museo, que es de pago, el visitante recibe de forma gratuita un pequeño catálogo dedicado a la exposición permanente y otro a la temporal. La estructura de estos catálogos es la de las exposiciones: por temas. Cada tema está muy bien explicado. No lo están menos las obras encuadradas en cada tema. Éstas cuentan con descripción detallada, contexto y reproducción a color. Es un catálogo no muy extenso, pero aguanta una visita de unas dos horas.
El responsable del museo ha decidido apostar por visitas bien documentadas de perfil alto (expertos o al menos público interesado). Las cartelas a pie de obra podrían haber desvirtuado esta línea de ataque. El público diana de este museo no las necesita.
Apostar por una sola carta, o poner todos los huevos en una sola cesta, es arriesgado. Por ejemplo, en la exposición temporal que lleva por título "El auge del paisaje" el itinerario marcado por el catálogo no coincide plenamente con el de la exposición. Esto es así imagino porque el catálogo se llevó a imprenta antes de empezar a montar y la exposición, en el ínterin, cambió de esquema. Un detalle, pero que entorpece la visita.
En Valdecilla... no creo que fuera buena idea aplicar la misma lógica que la del museo madrileño. Éste recibe visitas expertas y la exposición Valdecilla... espera ser de interés general, lo que desaconseja condenar al mero curioso a una lectura atenta de un catálogo que por muy asequible que sea seguro que se le hace difícil. Prefiero que los curiosos, que preveo sean muchos, salgan con una idea más o menos clara de la exposición con la sola lectura de las cartelas (un nivel básico de lectura) a que salgan sin haber aprendido nada por haberme centrado yo en las necesidades de los visitantes expertos, lo que no implica que desatienda a éstos, al contrario, podemos colocar cartelas a nivel básico (para todos) en la exposición y luego poner a disposición de los expertos una guía que se pueda descargar de forma libre y gratuita desde internet. Cubriríamos así todas las necesidades, que es lo que corresponde a una entidad pública.
No me gusta la idea de dar todo a unos pocos a costa de dar poco a muchos. Prefiero que unos y otros, curiosos y expertos, reciban el mismo contenido básico sin descuidar, eso sí, que quien quiera más, el experto, tenga medios a su alcance para profundizar en la exposición a través de, por ejemplo, un catálogo en línea.
jueves, 9 de abril de 2015
Esquemas mentales y físicos
En cuanto se confirmó la propuesta, anuncio que tardó en llegar, me ocupé de expresar la esencia de la exposición en una frase exhaustiva (el objetivo era verlo todo engarzado en una sola pieza) y a continuación reconocer en ella temas, pilares, con sus correspondientes subtemas a los que adscribir elementos expositivos, es decir, lo que hice no fue más que levantar un mapa (temas y subtemas) con sus cotas (elementos físicos disponibles). Una vez escrito lo volqué en el plano del espacio expositivo.
El CASYC UP cuenta con una sala que es de lo mejor que hay en Cantabria. Consta de tres espacios que se engarzan como cuentas de un collar. En un extremo se encuentra la entrada principal y en el otro el acceso a la sala de audiovisuales, donde pensamos realizar la presentación de la exposición. Adaptar mi esquema mental (ideal) al plano supuso introducir un nuevo criterio de ordenación: la disposición tripartita de la sala. La adaptación obligó a tomar muchas decisiones que afectaron a la estructura, nunca para mal. Siempre es enriquecedor ver parir a un animal, a una vaca, por ejemplo: puede que el ternero recién parido no tenga el pelaje que habías imaginado, o el deseado, pero al menos lo ves, está ahí, delante de ti, mugiendo.
Con el esquema mental de la exposición encajado en el plano del espacio, fui al CASYC UP y lo representé en el suelo con lo que tenía a mano: folios y cartelas reutilizadas, además de alguna pieza original (particularmente planos). La disposición en horizontal o vertical de estas piezas es significativa (aquellos elementos de que disponemos y aquellos otros que hay que conseguir, o elementos que ya están en la sala y aquellos otros que están en la biblioteca, por ejemplo).
Pongo foto de parte del esquema así resuelto:
El aterrizaje comienza a partir de este punto.
El CASYC UP cuenta con una sala que es de lo mejor que hay en Cantabria. Consta de tres espacios que se engarzan como cuentas de un collar. En un extremo se encuentra la entrada principal y en el otro el acceso a la sala de audiovisuales, donde pensamos realizar la presentación de la exposición. Adaptar mi esquema mental (ideal) al plano supuso introducir un nuevo criterio de ordenación: la disposición tripartita de la sala. La adaptación obligó a tomar muchas decisiones que afectaron a la estructura, nunca para mal. Siempre es enriquecedor ver parir a un animal, a una vaca, por ejemplo: puede que el ternero recién parido no tenga el pelaje que habías imaginado, o el deseado, pero al menos lo ves, está ahí, delante de ti, mugiendo.
Con el esquema mental de la exposición encajado en el plano del espacio, fui al CASYC UP y lo representé en el suelo con lo que tenía a mano: folios y cartelas reutilizadas, además de alguna pieza original (particularmente planos). La disposición en horizontal o vertical de estas piezas es significativa (aquellos elementos de que disponemos y aquellos otros que hay que conseguir, o elementos que ya están en la sala y aquellos otros que están en la biblioteca, por ejemplo).
Pongo foto de parte del esquema así resuelto:
El aterrizaje comienza a partir de este punto.
martes, 7 de abril de 2015
Exposición de documentos
Hemos de reconocer que la presencia de documentos en la exposiciones nunca ha sido del todo habitual. Menos aún que el protagonismo recaiga sobre éstos.
Tengo para mí que el MNCARS, en nuestro entorno inmediato, fue quien hizo aflorar la documentación a primer nivel expositivo. Fue su actual director, Manuel Borja-Villel, quien comenzó a dar importancia a la idea que explica la cosa, no tanto a la cosa misma. No deja de ser un principio tomado del idealismo kantiano y filtrado por el cedazo posmoderno, pero no por ello le vamos a quitar mérito. El documento pasó de su mano a ser considerado soporte ideal de la cosa. Y de aquí a ser la cosa misma (en una especie de bucle autoconclusivo). En esta segunda fase es en la que se encuentra, sin salir de nuestro entorno, el Archivo Lafuente.
Ahora no solo hay exposiciones con presencia notable de documentos, sino que hay exposiciones documentales puras y duras.
En un contexto expositivo tradicional los documentos se exponían, cuando se hacía, en una vitrina. Los mecanismos expositivos eran entonces los habituales: soportes para inclinarlos y que se leyeran de forma cómoda, tiras para mantenerlos abiertos por la página deseada, etc.
Pero de un tiempo a esta parte, con el florecimiento de exposiciones documentales, los recursos a aplicar a la hora de abordar el montaje de este tipo de exposiciones son muchos. Pudimos ver soluciones muy interesantes en las exposiciones organizadas recientemente por el Archivo Lafuente en el Palacete del Embarcadero, el MAS y la sala del Paraninfo de la UC, todas en Santander, pero voy a detenerme ahora, aunque sea mínimamente, en una exposición actual de la Casa Encendida de Madrid: la dedicada a Suárez Londoño, que podéis consultar aquí.
Hay en esta exposición dos tipos básicos de documentos (atendiendo a montaje): los rígidos y los endebles.
Para los rígidos el comisario ha optado por dos puntas con cabezuela que entran directamente en la pared (crema pálido ligeramente granulada) sobre los que apoya el documento (me resisto a hablar de piezas, que parece estemos cazando, y no es el caso) y cubriendo todo (sujetando / protegiendo) una lámina de metacrilato atornillada a la pared.
Pongo fotos:
Para los endebles se ha atornillado un soporte en la pared y en él se han pegado triangulitos plásticos (dos, tres o cuatro, los necesarios) en los que encajar las esquinas de los documentos, cubriendo de nuevo todo una lámina de metacrilato.
Pongo fotos:
Los resultados son muy buenos.
En la exposición Valdecilla... vamos a experimentar con el metacrilato, aunque el recurso dominante va a seguir siendo la vitrina (y la luz).
Tengo para mí que el MNCARS, en nuestro entorno inmediato, fue quien hizo aflorar la documentación a primer nivel expositivo. Fue su actual director, Manuel Borja-Villel, quien comenzó a dar importancia a la idea que explica la cosa, no tanto a la cosa misma. No deja de ser un principio tomado del idealismo kantiano y filtrado por el cedazo posmoderno, pero no por ello le vamos a quitar mérito. El documento pasó de su mano a ser considerado soporte ideal de la cosa. Y de aquí a ser la cosa misma (en una especie de bucle autoconclusivo). En esta segunda fase es en la que se encuentra, sin salir de nuestro entorno, el Archivo Lafuente.
Ahora no solo hay exposiciones con presencia notable de documentos, sino que hay exposiciones documentales puras y duras.
En un contexto expositivo tradicional los documentos se exponían, cuando se hacía, en una vitrina. Los mecanismos expositivos eran entonces los habituales: soportes para inclinarlos y que se leyeran de forma cómoda, tiras para mantenerlos abiertos por la página deseada, etc.
Pero de un tiempo a esta parte, con el florecimiento de exposiciones documentales, los recursos a aplicar a la hora de abordar el montaje de este tipo de exposiciones son muchos. Pudimos ver soluciones muy interesantes en las exposiciones organizadas recientemente por el Archivo Lafuente en el Palacete del Embarcadero, el MAS y la sala del Paraninfo de la UC, todas en Santander, pero voy a detenerme ahora, aunque sea mínimamente, en una exposición actual de la Casa Encendida de Madrid: la dedicada a Suárez Londoño, que podéis consultar aquí.
Hay en esta exposición dos tipos básicos de documentos (atendiendo a montaje): los rígidos y los endebles.
Para los rígidos el comisario ha optado por dos puntas con cabezuela que entran directamente en la pared (crema pálido ligeramente granulada) sobre los que apoya el documento (me resisto a hablar de piezas, que parece estemos cazando, y no es el caso) y cubriendo todo (sujetando / protegiendo) una lámina de metacrilato atornillada a la pared.
Pongo fotos:
Para los endebles se ha atornillado un soporte en la pared y en él se han pegado triangulitos plásticos (dos, tres o cuatro, los necesarios) en los que encajar las esquinas de los documentos, cubriendo de nuevo todo una lámina de metacrilato.
Pongo fotos:
Los resultados son muy buenos.
En la exposición Valdecilla... vamos a experimentar con el metacrilato, aunque el recurso dominante va a seguir siendo la vitrina (y la luz).
Vinilos
La exposición vamos a intentar resolverla a coste cero. Siempre que la calidad de la propuesta no se resienta, que, estoy convencido de ello, no va a ser el caso.
Los vinilos que vamos a pegar en las paredes se los hemos encargado a la Imprenta Regional, que nos cobra cero euros. Lamentablemente, la Imprenta Regional está por descubrir por parte de muchos organismos oficiales que encargan fuera, a un coste generalmente elevado, lo que se puede hacer en casa gratis. Desde aquí animo, por lo que valga, a los gestores de lo público, como lo soy yo, a que se preocupen de sacar el máximo rendimiento a un servicio, el de la Imprenta Regional, público, con un potencial enorme.
Cierto es que los vinilos que vamos a manejar son pegatinas, cuando a nosotros más nos hubiera gustado contar con vinilos al corte (para siluetear figuras, por ejemplo), pero lo perdido entre el deseo (vinilos al corte) y la realidad (pegatinas) es insignificante, sobre todo teniendo en cuenta el coste y el trato recibido, amén de la satisfacción que se siente al trabajar sin salir del entorno público.
Hemos aprovechado las pruebas para imprimir siluetas de halcones que luego he recortado con unas tijeras (lo que comentaba de la diferencia que hay entre los vinilos al corte y pegatinas) y pegado en las cristaleras del hospital. Como dice el refrán montañés: "marzo nialarzo, abril güeveril y mayo pajarayo". Estas son fechas en las que estoy cansado de ver regueros de pájaros muertos al pie de las cristaleras. Van volando, no ven que hay un cristal, se estrellan y mueren. Con estas siluetas de halcones vamos a intentar evitarlo.
Pongo foto tomada en el Edificio Enlace:
Los vinilos que vamos a pegar en las paredes se los hemos encargado a la Imprenta Regional, que nos cobra cero euros. Lamentablemente, la Imprenta Regional está por descubrir por parte de muchos organismos oficiales que encargan fuera, a un coste generalmente elevado, lo que se puede hacer en casa gratis. Desde aquí animo, por lo que valga, a los gestores de lo público, como lo soy yo, a que se preocupen de sacar el máximo rendimiento a un servicio, el de la Imprenta Regional, público, con un potencial enorme.
Cierto es que los vinilos que vamos a manejar son pegatinas, cuando a nosotros más nos hubiera gustado contar con vinilos al corte (para siluetear figuras, por ejemplo), pero lo perdido entre el deseo (vinilos al corte) y la realidad (pegatinas) es insignificante, sobre todo teniendo en cuenta el coste y el trato recibido, amén de la satisfacción que se siente al trabajar sin salir del entorno público.
Hemos aprovechado las pruebas para imprimir siluetas de halcones que luego he recortado con unas tijeras (lo que comentaba de la diferencia que hay entre los vinilos al corte y pegatinas) y pegado en las cristaleras del hospital. Como dice el refrán montañés: "marzo nialarzo, abril güeveril y mayo pajarayo". Estas son fechas en las que estoy cansado de ver regueros de pájaros muertos al pie de las cristaleras. Van volando, no ven que hay un cristal, se estrellan y mueren. Con estas siluetas de halcones vamos a intentar evitarlo.
Pongo foto tomada en el Edificio Enlace:
miércoles, 1 de abril de 2015
Cómo exponer planos procurando no aplanar al visitante
El CASYC cuenta con una persona clave para el correcto desarrollo de todo proyecto expositivo en la casa: Chuchi.
Aquí le podéis ver en plena faena:
Hemos localizado muchos de los planos originales de la Casa de Salud Valdecilla. En lugar de enmarcarlos y ponerlos sin más en la pared, hemos pensado que podría ser más atractivo dibujar en la pared el plano de emplazamiento del hospital y colocar a la altura correspondiente los planos enmarcados de los pabellones.
En la foto Chuchi está dibujando el contorno del hospital de acuerdo con el plano de emplazamiento del año 1929.
Aquí le podéis ver en plena faena:
Hemos localizado muchos de los planos originales de la Casa de Salud Valdecilla. En lugar de enmarcarlos y ponerlos sin más en la pared, hemos pensado que podría ser más atractivo dibujar en la pared el plano de emplazamiento del hospital y colocar a la altura correspondiente los planos enmarcados de los pabellones.
En la foto Chuchi está dibujando el contorno del hospital de acuerdo con el plano de emplazamiento del año 1929.
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