La Dra. Celia Nespral Gaztelumendi es Profesora Titular de la Escuela de Enfermería de la UC, que ha dirigido de 1996 a 2008. En la actualidad es Directora del Departamento de Enfermería. Recientemente se ha doctorado en la Universidad Complutense con una Tesis titulada La Escuela de Enfermería "Casa de Salud Valdecilla" (1929-2010): origen y evolución de la formación y percepción de los estudiantes. Es la primera que se realiza sobre la Escuela. En los próximos meses el Servicio de Publicaciones de la UC la llevará a imprenta.
La autora ha accedido amablemente a responder al siguiente cuestionario:
(1) ¿Cuándo se fundó la Escuela de Enfermeras de la CSV?
Se funda al mismo tiempo que la Casa de Salud Valdecilla (CSV). El día 10 de noviembre de 1929 se aprueban sus Estatutos fundacionales y los días 19 y 20 aparece ya en la prensa local y nacional la convocatoria de un concurso para la provisión de las plazas de las alumnas; informando de que permanecerá abierta hasta el día 10 del mes siguiente y remitiendo a las interesadas en obtener más información a la Subdirectora de la EE, María Teresa Junquera. La primera alumna ingresa el día 1 de octubre de 1929, antes de la convocatoria pública de las plazas, aunque hasta el 2 de enero del año siguiente no se producirá una incorporación continuada que se extenderá hasta el veinte de mayo, momento en que se alcanza la cifra de cincuenta alumnas que constituirán la primera promoción de la Escuela.
(2) ¿Podría resumir las características básicas del modelo Nightingale y cuál fue su relación con la Escuela de Enfermeras de la CSV?
Las describía en 1929 Mª Teresa Junquera, la primera subdirectora de la Escuela, en el Diario Montañés: formar parte de un hospital, para que las enfermeras pudieran adquirir experiencia profesional; ser un internado, puesto que sólo así se consigue inculcar en las alumnas la disciplina y la alta educación moral que la profesión requiere; y por último, la estancia en ella debe ser prolongada para que la formación de la enfermera sea perfecta.
(3) ¿Había en España otras escuelas anteriores que siguieran este modelo? ¿Cuáles?
La primera escuela de enfermeras civiles de la que se tiene conocimiento en España, la de Santa Isabel de Hungría, se creó en 1896, por iniciativa del cirujano Federico Rubio y Galí y se inspiró para ello en el modelo de enfermería inglés, ya que conocía la obra y la Escuela de F. Nightingale. Hasta 1917 no volverá a organizarse ninguna escuela y hasta la creación de ésta no se tiene conocimiento de que existiera ninguna otra que siguiera este modelo.
(4) ¿Se mantiene operativa en España alguna otra escuela de aquella primera época además de la actual Escuela de Enfermería de la UC?
Desde 2009 en que la Escuela de Sta. Madrona (Barcelona) se integra en la Universidad de Barcelona, ésta es la Escuela más antigua que existe, si exceptuamos las de Cruz Roja que comenzaron a formar enfermeras profesionales en los años 20 pero que tenían características diferentes y su título no tuvo reconocimiento oficial del Ministerio de Educación hasta 1954.
(5) ¿Cuándo se cambió el nombre de Escuela de Enfermeras por el de Escuela de Enfermería y por qué?
La Escuela ha recibido denominaciones diferentes a lo largo de su historia. En un principio fue la Escuela de Enfermeras de la Casa de Salud Valdecilla; con posterioridad se la denominó Escuela de A.T.S.F (Ayudantes Técnicos Sanitarios Femeninos) Casa de Salud Valdecilla, Escuela de Enfermeras, de A.T.S. o Universitaria de Enfermería “Marqués de Valdecilla” y, desde los años ochenta, recibe el nombre de Escuela Universitaria de Enfermería “Casa de Salud Valdecilla”.
El cambio de nombre debió de tener que ver con su conversión en universitaria. Sin embargo no he encontrado documentos en los que se hable de estos cambios y se justifiquen.
(6) ¿Contaba la Escuela de Enfermeras con biblioteca propia?
Sí debía haber en la residencia de las alumnas una biblioteca ya que Usandizaga, su director, refiriéndose a la dotación y características de la residencia afirmaba en 1944: “actualmente se está rehaciendo una pequeña biblioteca - por haber sido destruida la que existía por las vicisitudes de la guerra -, a la que contribuyen los médicos con sus donativos”. Existe alguna fotografía de la que no conozco su fecha en la que puede verse a alumnas y una monja estudiando en una biblioteca pero parece que esa era la que existía en el pabellón 3.
(7) ¿Quién fue María Teresa Junquera Ibrán?
Era una enfermera y médica asturiana, de Mieres, que fue presentada por López Albo como “especializada en la formación profesional de enfermeras”. Había obtenido el título de enfermera de la Cruz Roja en Bayona en 1911 y había trabajado como tal en un hospital de París. Entre 1920 y 1927 estudia medicina y realiza al mismo tiempo estudios de puericultura en la Escuela Nacional de Puericultura. Después iniciará el doctorado pero no existe constancia de que lo concluya. Fue vicesecretaria de la Asociación de Médicas españolas desde su fundación, en 1928, hasta 1936.
(8) ¿Quién fue Manuel Usandizaga Solaruce?
Era doctor desde 1927, fue interno en el Hospital Civil de Basurto y este centro le había pensionado para ampliar estudios en Viena y Berlín. Llegó a la CSV como jefe de ginecología y director de la Escuela procedente de la Casa de Socorro donostiarra, donde había comenzado su vida profesional. Continuará ejerciendo la dirección de la Escuela hasta 1945 y durante este período, en 1935 obtiene la cátedra de ginecología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca.
(9) En agosto de 1930 la Marquesa de Pelayo dio un golpe de timón e introdujo en la Escuela de Enfermeras a las Hermanas de la Caridad, cambiando de signo un proyecto que había nacido progresista, convirtiéndolo en otro conservador. ¿Cuál fue el motivo de este cambio de rumbo?
No sólo las introdujo en la Escuela sino también en la CSV a partir del mes de junio de 1930. La dimisión de Mª Teresa, que era también Jefa de Enfermeras, se produce en el mes de mayo y también dimiten las otras dos enfermeras nombradas para organizar los servicios de enfermería del hospital: Adela Lindfeld y Matilde Basterra. Las razones no están claras aunque debieron estar relacionadas con los cambios organizativos que promovidos por la sobrina del Marqués empiezan a producirse en la CSV, ya que la precaria salud de éste no le debió permitir participar en estas decisiones.
(10) ¿Quién se ocupaba de la formación de las futuras enfermeras hasta agosto de 1930?
El comienzo de la formación de las alumnas no respondió a los propósitos de Junquera y Usandizaga: durante el primer año no tuvieron programa de estudios, ni libros de texto; las clases no empezaron hasta la llegada de las monjas y la formación se limitó al trabajo práctico que se desarrolló bajo durísimas condiciones, tal y como manifiesta alguna de las alumnas de esta primera promoción.
(11) Sorprende que al dimitir la subdirectora de la Escuela en septiembre de 1930 no lo hiciera también su director. ¿Cuál era el perfil ideológico del director? ¿Podría decirse que éste era conservador y afín a la marquesa mientras que la subdirectora presentaba un perfil progresista afín al Dr. López Albo, que también dimitió?
Desconozco cuál era el perfil ideológico de Usandizaga y sí, parece, por su trayectoria, que era progresista el de Mª Teresa, pero también pudo haber razones profesionales que les hicieron tomar una u otra decisión.
(12) ¿Qué sabemos de la subdirectora tras su dimisión?
Sabemos algunas cosas: que se va a Oviedo y abre una consulta de pediatría junto a Matutina Rodríguez - hermana de Alejandro Casona - que mantiene hasta 1935, momento en que se va a Madrid. En esta ciudad dirige el Orfanato de El Pardo, en el que, al estallar la Guerra Civil, da alojamiento a los seminaristas del Convento del Cristo y a los niños de las Brigadas Internacionales. En 1937 llega a París, donde sigue cuidando a los niños refugiados hasta que son desalojados, tras la derrota del gobierno republicano. Regresa a Madrid, tras pasar unos días en un campo de concentración en San Sebastián, y vive en esta ciudad hasta 1952, año en el que compra, junto con su hermana y cuñado, una casa con finca en Valdemoro. A partir de este momento se dedicará, exclusivamente, a su familia y a la explotación agropecuaria.
(13) ¿Qué ocurrió con la Escuela durante la guerra? ¿Siguió estando bajo control de las Hermanas de la Caridad? ¿Se sabe qué ocurrió con Sor Bastos?
La actividad en la Escuela no se interrumpe durante la Guerra Civil aunque muchas alumnas se van o son expulsadas, tal y como figura en sus fichas. Una de las enfermeras de la primera promoción que entrevisté afirmaba que las monjas se fueron todas durante los trece meses del Santander republicano en guerra.
(14) ¿Qué nos puede decir acerca del Manual del Dr. Usandizaga? ¿Cuál fue su repercusión en la formación del personal de Enfermería, cuál su impacto en la profesión?
Creo que trató de que la formación fuera similar a las que se impartía en las buenas escuelas extranjeras que él conocía, pero la organización de la CSV y las dificultades económicas que atravesó durante este tiempo junto a la difícil situación social y al bajo nivel educativo de las mujeres dificultaron su desarrollo. De modo que, aunque la formación teórica que recibieron las alumnas fue siempre superior a lo regulado en España, su formación tuvo dos prioridades: el trabajo práctico y la disciplina.
(15) ¿Cuándo se puede considerar que llega a su fin el modelo conservador impulsado por la Marquesa de Pelayo en 1930?
En la década de los setenta, impulsado por los cambios sociales y educativos que se están produciendo y se desencadenan con la incorporación de la CSV a la Seguridad Social, lo que supone una ruptura importante con el modelo de formación anterior: aumentan el número de enfermeras y las alumnas ya no son indispensables para el funcionamiento del hospital, finaliza el internado, se incorporan alumnos varones y la Escuela deja de ser dirigida por las Hermanas de la Caridad y empiezan a incorporarse enfermeras y a adquirir protagonismo en la formación.
viernes, 19 de junio de 2015
viernes, 12 de junio de 2015
La Biblioteca Municipal de Santander, la Medicina y la Guerra Civil Española. Entrevista de Mario Corral García a Pablo Susinos Rada, bibliotecario
Pablo Susinos Rada es Director de la Red de Bibliotecas Municipales de Santander (RBMS). Se trata de una red radial, es decir, con un eje sobre el que gira todo el sistema. Su epicentro es la Biblioteca Municipal de Santander, radicada en la calle Gravina, a un paso del Ayuntamiento y colindando con el MAS, la Biblioteca Menéndez Pelayo, la Fundación Gerardo Diego, la Real Sociedad Menéndez Pelayo, la Real Academia de Medicina de Cantabria, encuadernaciones Salcines, de la que la Biblioteca Marquesa de Pelayo ha sido cliente durante décadas (hasta la irrupción arrolladora del soporte electrónico), y las librerías La Vorágine, especializada en temática social, y Carmen Alonso Libros, en libro antiguo. Pablo Susinos es la ligazón cuando no detonante de toda esta pléyade de iniciativas que se condensan en el centro de Santander.
La Biblioteca Municipal de Santander conserva un fondo documental impresionante: si sus fondos bibliográficos son muy ricos (la burguesía mercantil santanderina era lectora, y se nota), su hemeroteca es la más completa, sin duda, de Cantabria, amén de encontrarse entre las más importantes de España por volumen y calidad de publicaciones. Se trata, en definitiva, de la Biblioteca de una ciudad que ha querido y quiere al libro. Pablo Susinos es, ya lo he dicho, la ligazón: la ligazón entre ciudad y libro.
El Director de la RBMS ha aceptado amablemente responder a las siguientes preguntas:
(1) ¿Cuándo se fundó la Biblioteca Municipal de Santander? ¿Qué herencia recibió, cuál era su contexto?
La BMS se funda en el otoño de 1907 aunque los primeros meses se dedican a recoger libros y a habilitar unas habitaciones en el ángulo suroeste de la tercera planta del Ayuntamiento. Finalmente se abre al público el 6 de febrero de 1908. Anteriormente, en 1877 hubo un acuerdo del Ayuntamiento para crear una biblioteca y se llama a los vecinos para que entreguen libros con los que formar la colección. Después de algún tiempo y por falta de espacio, se decide entregar los volúmenes recogidos a la Biblioteca del Casino Montañés.
En Santander había alguna tradición bibliotecaria relacionada con los fondos bibliográficos reunidos desde finales del siglo XVIII con la expulsión de los jesuitas y sobre todo en la primera mitad del XIX con las desamortizaciones eclesiásticas. Hubo biblioteca en el Instituto Cántabro y posteriormente en el desamortizado Convento de Santa Clara con diversas denominaciones (Biblioteca Provincial, Biblioteca Pública). Esta última es el origen de la actual BCC que, hasta mitad del siglo XX, consistió principalmente en los fondos desamortizados de los conventos y en algunas obras donadas por profesores del Instituto Provincial. Tanto por la naturaleza del fondo como por la ausencia de personal bibliotecario, esta biblioteca ni siquiera cumplía como biblioteca escolar, mucho menos pública.
(2) ¿Cuenta la actual Biblioteca con un fondo significativo de Medicina?
El fondo inicial de la BMS se compone de donaciones de libros procedentes de la burguesía santanderina. Todas las familias más conocidas (Pereda, Flórez Estrada, Vial, Rodríguez-Parets, Pombo, Basañez, etc.) contribuyeron durante los primeros años con obras literarias y científicas de sus propias colecciones. Por esa razón encontramos mucha bibliografía profesional de abogados, notarios, ingenieros y también algunas obras médicas de la época. En ocasiones, estas donaciones fueron realmente voluminosas cuando incluían publicaciones periódicas y conservamos diversos títulos de revistas médicas especializadas del primer tercio del siglo XX.
(3) ¿Hay constancia de haberse producido alguna donación de bibliotecas particulares de médicos de Santander o de Cantabria?
Varios médicos contribuyeron con sus propias obras (Enrique Madrazo, por ejemplo) y con monografías y publicaciones periódicas médicas a lo largo de los primeros decenios de la Biblioteca. Sin embargo estas donaciones, que en ocasiones fueron muy voluminosas, no están documentadas.
(4) ¿Se sabe de alguna aportación de los marqueses (de Valdecilla o de Pelayo) a la Biblioteca?
En 1925, la Marquesa de Pelayo financió el acondicionamiento de la planta baja del nuevo edificio de la Biblioteca (actual MAS) y la construcción de las estanterías de su sala de lectura. De esta forma la Biblioteca Municipal adquiere su aspecto "clásico" (ver foto) que no varía hasta su traslado en 1956 al edificio de Gravina. No se conserva noticia alguna acerca del destino del mobiliario original.
(5) ¿Cómo vivió la Biblioteca la Guerra Civil? ¿Hubo cierres? ¿El personal sufrió algún tipo de represalia? ¿Hay constancia de eliminación de fondos por motivos políticos tras la caída de Santander? ¿Tiene la biblioteca "infierno"?
No hay muchas noticias sobre este periodo. Suponemos que los sótanos del edificio se utilizaron como depósito de libros incautados a sacerdotes, parroquias o comunidades religiosas al principio de la guerra: en los años 90 todavía se almacenaban allí gran cantidad de obras religiosas. En el sótano también aparecieron libros de las bibliotecas circulantes de Misiones Pedagógicas aunque tampoco sabemos cómo ni cuándo llegaron. Probablemente la Biblioteca sirviera para acopiar fondos de bibliotecas de asociaciones y sindicatos ilegalizados por los rebeldes.
Sabemos que Matilde Zapata trabajó un tiempo como auxiliar o conserje tras el asesinato de su marido, Luciano Malumbres. Naturalmente a partir de agosto de 1937 fue perseguida y finalmente fusilada en marzo de 1938.
No tenemos constancia de que la colección fuera expurgada por razones ideológicas y, dado el carácter de sus gestores durante la República (Ramón Noval y Tomás Maza Solano) probablemente no fuera necesario. Si se hizo algún tipo de limpieza, no quedaron pruebas de ella ni tampoco dio lugar a un "infierno".
La Biblioteca Municipal de Santander conserva un fondo documental impresionante: si sus fondos bibliográficos son muy ricos (la burguesía mercantil santanderina era lectora, y se nota), su hemeroteca es la más completa, sin duda, de Cantabria, amén de encontrarse entre las más importantes de España por volumen y calidad de publicaciones. Se trata, en definitiva, de la Biblioteca de una ciudad que ha querido y quiere al libro. Pablo Susinos es, ya lo he dicho, la ligazón: la ligazón entre ciudad y libro.
El Director de la RBMS ha aceptado amablemente responder a las siguientes preguntas:
(1) ¿Cuándo se fundó la Biblioteca Municipal de Santander? ¿Qué herencia recibió, cuál era su contexto?
La BMS se funda en el otoño de 1907 aunque los primeros meses se dedican a recoger libros y a habilitar unas habitaciones en el ángulo suroeste de la tercera planta del Ayuntamiento. Finalmente se abre al público el 6 de febrero de 1908. Anteriormente, en 1877 hubo un acuerdo del Ayuntamiento para crear una biblioteca y se llama a los vecinos para que entreguen libros con los que formar la colección. Después de algún tiempo y por falta de espacio, se decide entregar los volúmenes recogidos a la Biblioteca del Casino Montañés.
En Santander había alguna tradición bibliotecaria relacionada con los fondos bibliográficos reunidos desde finales del siglo XVIII con la expulsión de los jesuitas y sobre todo en la primera mitad del XIX con las desamortizaciones eclesiásticas. Hubo biblioteca en el Instituto Cántabro y posteriormente en el desamortizado Convento de Santa Clara con diversas denominaciones (Biblioteca Provincial, Biblioteca Pública). Esta última es el origen de la actual BCC que, hasta mitad del siglo XX, consistió principalmente en los fondos desamortizados de los conventos y en algunas obras donadas por profesores del Instituto Provincial. Tanto por la naturaleza del fondo como por la ausencia de personal bibliotecario, esta biblioteca ni siquiera cumplía como biblioteca escolar, mucho menos pública.
(2) ¿Cuenta la actual Biblioteca con un fondo significativo de Medicina?
El fondo inicial de la BMS se compone de donaciones de libros procedentes de la burguesía santanderina. Todas las familias más conocidas (Pereda, Flórez Estrada, Vial, Rodríguez-Parets, Pombo, Basañez, etc.) contribuyeron durante los primeros años con obras literarias y científicas de sus propias colecciones. Por esa razón encontramos mucha bibliografía profesional de abogados, notarios, ingenieros y también algunas obras médicas de la época. En ocasiones, estas donaciones fueron realmente voluminosas cuando incluían publicaciones periódicas y conservamos diversos títulos de revistas médicas especializadas del primer tercio del siglo XX.
(3) ¿Hay constancia de haberse producido alguna donación de bibliotecas particulares de médicos de Santander o de Cantabria?
Varios médicos contribuyeron con sus propias obras (Enrique Madrazo, por ejemplo) y con monografías y publicaciones periódicas médicas a lo largo de los primeros decenios de la Biblioteca. Sin embargo estas donaciones, que en ocasiones fueron muy voluminosas, no están documentadas.
(4) ¿Se sabe de alguna aportación de los marqueses (de Valdecilla o de Pelayo) a la Biblioteca?
En 1925, la Marquesa de Pelayo financió el acondicionamiento de la planta baja del nuevo edificio de la Biblioteca (actual MAS) y la construcción de las estanterías de su sala de lectura. De esta forma la Biblioteca Municipal adquiere su aspecto "clásico" (ver foto) que no varía hasta su traslado en 1956 al edificio de Gravina. No se conserva noticia alguna acerca del destino del mobiliario original.
(5) ¿Cómo vivió la Biblioteca la Guerra Civil? ¿Hubo cierres? ¿El personal sufrió algún tipo de represalia? ¿Hay constancia de eliminación de fondos por motivos políticos tras la caída de Santander? ¿Tiene la biblioteca "infierno"?
No hay muchas noticias sobre este periodo. Suponemos que los sótanos del edificio se utilizaron como depósito de libros incautados a sacerdotes, parroquias o comunidades religiosas al principio de la guerra: en los años 90 todavía se almacenaban allí gran cantidad de obras religiosas. En el sótano también aparecieron libros de las bibliotecas circulantes de Misiones Pedagógicas aunque tampoco sabemos cómo ni cuándo llegaron. Probablemente la Biblioteca sirviera para acopiar fondos de bibliotecas de asociaciones y sindicatos ilegalizados por los rebeldes.
Sabemos que Matilde Zapata trabajó un tiempo como auxiliar o conserje tras el asesinato de su marido, Luciano Malumbres. Naturalmente a partir de agosto de 1937 fue perseguida y finalmente fusilada en marzo de 1938.
No tenemos constancia de que la colección fuera expurgada por razones ideológicas y, dado el carácter de sus gestores durante la República (Ramón Noval y Tomás Maza Solano) probablemente no fuera necesario. Si se hizo algún tipo de limpieza, no quedaron pruebas de ella ni tampoco dio lugar a un "infierno".
lunes, 8 de junio de 2015
El Dr. Madrazo y la Casa de Salud Valdecilla. Entrevista de Mario Corral García a Jesús Salas Bustamante, historiador y bibliotecario
Jesús Salas Bustamante es historiador y responsable de publicaciones impresas de la Biblioteca de la Universidad de Cantabria. A él debemos la puesta a disposición de los investigadores e interesados en general del Fondo Enrique Diego Madrazo, que reúne la biblioteca personal de uno de los doctores clave en la introducción del positivismo en España, fuertemente relacionado con la Casa de Salud Valdecilla.
El compañero bibliotecario, y amigo, ha aceptado amablemente responder al siguiente cuestionario:
(1) ¿Puede dibujarnos brevemente el perfil del fondo del Dr. Madrazo que conserva la Biblioteca de la Universidad de Cantabria?
El fondo recoge el material donado por el doctor Manuel Oria, heredero del doctor Madrazo, y está compuesto por tres tipos de materiales: bibliográficos, documentación administrativa y correspondencia. La parte bibliográfica incluye monografías y revistas de la biblioteca personal del doctor, principalmente obras francesas y alemanas. La documentación administrativa se refiere a la actividad del sanatorio Madrazo entre los años 1896 y 1978, incluyendo series completas de cuentas de operaciones, pacientes y contabilidad. La última parte es la correspondencia y papeles personales. La correspondencia se refiere exclusivamente al periodo 1896-1909 por lo que no está completa. Además incluye mucha correspondencia de administración del sanatorio por lo que solo una pequeña parte de la misma es realmente relevante para conocer la figura de Madrazo.
(2) ¿Podría resumirnos la trayectoria académica del Dr. Madrazo? ¿Dónde se licenció, dónde se doctoró, a qué dedicó su tesis?
Comenzó sus estudios en la Universidad de Valladolid y continuó en la de Madrid, en donde se doctoró en Medicina y Cirugía en 1870
(3) El Dr. Madrazo fue pionero en realizar estancias clínicas en hospitales extranjeros, algo que harían suyo los doctores vinculados a la Junta para la Ampliación de Estudios del Dr. Cajal. ¿Qué países y qué clínicas visitó el Dr. Madrazo?
Estuvo en Francia y Alemania trabajando con Claude Bernard y Von Wolkmann y estuvo en contacto con las teorías de la asepsia que todavía no estaban implantadas en España.
(4) ¿Qué ocurrió a su regreso a España? ¿Abrió consulta? ¿Se vinculó a alguna universidad?
Comenzó opositando a la cátedra de Cirugía de la Universidad de Barcelona pero fue rechazado debido a sus ideas por las depuraciones de la restauración borbónica. Posteriormente abrió consulta en Madrid unos años hasta que fue readmitido como catedrático en Barcelona. Sin embargo, frustrado por que sus ideas no eran aceptadas, acaba renunciando definitivamente y centrándose en la práctica privada.
(5) ¿Qué le condujo, en su opinión, a abrir el Sanatorio de Vega de Pas?
Según él mismo relata, quería construir algo por sí mismo después de los sinsabores y las trabas del “Estado”. Su paso por la Universidad de Barcelona, afectado por las depuraciones de docentes de la Restauración Borbónica le causaron hondo pesar y quizás un poso de resentimiento por lo que pretendía continuar su actividad alejado de las trabas públicas. Además era un “perpetuo optimista” (según sus propias palabras) lleno de ideas y proyectos. Él mismo reconoce que hay quien le toma por loco o iluminado. Eligió Vega porque, además de ser su localidad natal, la consideraba una zona “higiénica” y apartada, perfecta para el reposo de los pacientes y el trabajo sin injerencias de los doctores.
(6) ¿Puede trazar brevemente la trayectoria de este sanatorio y de las iniciativas que le dieron continuidad?
Fue fundado en 1894 y estuvo en funcionamiento apenas dos años de los que se conserva una memoria de actividad. Posteriormente trasladó este sanatorio a Santander (1896), donde continuó su exitosa actividad.
(7) ¿Qué obra médica puede destacarse de entre su producción?
Su principal obra médica es Lecciones de Patología Quirúrgica publicada en 1888 y que recoge todas las ideas renovadoras traídas de Europa. Es una especie de reivindicación después de que sus planteamientos fueran rechazados institucionalmente. Posteriormente su obra publicada va derivando hacia temas pedagógicos o sociales y posteriormente artísticos.
(8) ¿Qué nos puede decir acerca del Boletín de Cirugía dirigido por el Dr. Madrazo? ¿Qué segmento cronológico se maneja? ¿Cuántos números llegaron a publicarse? ¿Quién publicaba en él? ¿Qué perfil presentaba la revista: investigación, divulgación...? ¿Qué difusión tenía?
El Boletín comienza a publicarse en junio de 1910 y tenemos ejemplares hasta 1913, aunque no sabemos si se editó algún número posterior. El Boletín nació como una forma de recoger la actividad quirúrgica del sanatorio para darla a conocer y permitir a los jóvenes médicos aumentar su experiencia. Madrazo es consciente de que es un proyecto humilde pero se lo plantea como medio para “foguear” a sus discípulos y publicitar la actividad del sanatorio.
(9) ¿Qué relación mantenía el Dr. Madrazo con el Dr. Cajal?
Por lo que reflejan las cartas, parece que era una relación bastante cercana. En 1902 Madrazo habla de que Cajal visitó el sanatorio del Pas y le invita a que se establezca allí para poder desarrollar su labor con tranquilidad, ofreciéndole alojamiento y todo su sanatorio a su disposición. No conocemos la respuesta de Cajal pero sí que la relación continuó, ya que en carta de 1907 se dirige a él como miembro de la Comisión encargada de estudiar los expedientes de alumnos que enviaban al extanjero para recomendarle a dos médicos: Tomás Rodríguez Mata y Julio Villar
(10) La Casa de Salud Valdecilla se inaugura en 1929 pero al menos desde finales de los años diez se estaba levantando un nuevo hospital que sustituyera al de San Rafael, en la Calle Alta. Era tal la influencia del Dr. Madrazo que una visita suya anterior a 1926, año en que el Marqués de Valdecilla toma las riendas, se considera prácticamente la inauguración del nuevo hospital. ¿Qué relación existe entre el doctor pasiego y los distintos proyectos de hospital que terminaron cuajando en la Casa de Salud Valdecilla de 1929? ¿Se sabe qué relación había entre el doctor y el marqués, si era buena o mala?
Desgraciadamente la secuencia cronológica de la correspondencia que tenemos no nos permite conocer esta relación. Aunque se trata de un fondo en tratamiento que todavía puede deparar algunas sorpresas, las últimas cartas son de 1909 y no aparece nada respecto al marqués de Valdecilla.
(11) ¿Qué le ocurrió al doctor cuando cayó Santander bajo dominación de las tropas franquistas?
El caso de Madrazo es el típico de ajuste de cuentas tras la guerra civil. Madrazo tenía ya 86 años cuando estalló el conflicto y no tenemos referencia a un papel especialmente activo durante esos años o los anteriores de la II República. Sin embargo, años atrás se había significado por sus artículos regeneracionistas, como colaborador del Partido Republicano Progresista de Nicolás Salmerón y por su polémica con el obispo de Santander a causa del libro ¿El pueblo español ha muerto?. Además su pliego de acusaciones responde a un patrón muchas veces repetido en otros represaliados sin causas reales: profanación de cálices, actitudes antirreligiosas, etc. Es posible que la causa real de su encarcelamiento haya que buscarla en rencillas pasadas en el valle del Pas, ya que de los informes que se recogieron sobre su conducta, los de Falange y Guardia Civil de Santander no encuentran ninguna razón de reprobación, mientras los de Vega son los que apuntan las acusaciones que le acabaron llevando a la cárcel.
El compañero bibliotecario, y amigo, ha aceptado amablemente responder al siguiente cuestionario:
(1) ¿Puede dibujarnos brevemente el perfil del fondo del Dr. Madrazo que conserva la Biblioteca de la Universidad de Cantabria?
El fondo recoge el material donado por el doctor Manuel Oria, heredero del doctor Madrazo, y está compuesto por tres tipos de materiales: bibliográficos, documentación administrativa y correspondencia. La parte bibliográfica incluye monografías y revistas de la biblioteca personal del doctor, principalmente obras francesas y alemanas. La documentación administrativa se refiere a la actividad del sanatorio Madrazo entre los años 1896 y 1978, incluyendo series completas de cuentas de operaciones, pacientes y contabilidad. La última parte es la correspondencia y papeles personales. La correspondencia se refiere exclusivamente al periodo 1896-1909 por lo que no está completa. Además incluye mucha correspondencia de administración del sanatorio por lo que solo una pequeña parte de la misma es realmente relevante para conocer la figura de Madrazo.
(2) ¿Podría resumirnos la trayectoria académica del Dr. Madrazo? ¿Dónde se licenció, dónde se doctoró, a qué dedicó su tesis?
Comenzó sus estudios en la Universidad de Valladolid y continuó en la de Madrid, en donde se doctoró en Medicina y Cirugía en 1870
(3) El Dr. Madrazo fue pionero en realizar estancias clínicas en hospitales extranjeros, algo que harían suyo los doctores vinculados a la Junta para la Ampliación de Estudios del Dr. Cajal. ¿Qué países y qué clínicas visitó el Dr. Madrazo?
Estuvo en Francia y Alemania trabajando con Claude Bernard y Von Wolkmann y estuvo en contacto con las teorías de la asepsia que todavía no estaban implantadas en España.
(4) ¿Qué ocurrió a su regreso a España? ¿Abrió consulta? ¿Se vinculó a alguna universidad?
Comenzó opositando a la cátedra de Cirugía de la Universidad de Barcelona pero fue rechazado debido a sus ideas por las depuraciones de la restauración borbónica. Posteriormente abrió consulta en Madrid unos años hasta que fue readmitido como catedrático en Barcelona. Sin embargo, frustrado por que sus ideas no eran aceptadas, acaba renunciando definitivamente y centrándose en la práctica privada.
(5) ¿Qué le condujo, en su opinión, a abrir el Sanatorio de Vega de Pas?
Según él mismo relata, quería construir algo por sí mismo después de los sinsabores y las trabas del “Estado”. Su paso por la Universidad de Barcelona, afectado por las depuraciones de docentes de la Restauración Borbónica le causaron hondo pesar y quizás un poso de resentimiento por lo que pretendía continuar su actividad alejado de las trabas públicas. Además era un “perpetuo optimista” (según sus propias palabras) lleno de ideas y proyectos. Él mismo reconoce que hay quien le toma por loco o iluminado. Eligió Vega porque, además de ser su localidad natal, la consideraba una zona “higiénica” y apartada, perfecta para el reposo de los pacientes y el trabajo sin injerencias de los doctores.
(6) ¿Puede trazar brevemente la trayectoria de este sanatorio y de las iniciativas que le dieron continuidad?
Fue fundado en 1894 y estuvo en funcionamiento apenas dos años de los que se conserva una memoria de actividad. Posteriormente trasladó este sanatorio a Santander (1896), donde continuó su exitosa actividad.
(7) ¿Qué obra médica puede destacarse de entre su producción?
Su principal obra médica es Lecciones de Patología Quirúrgica publicada en 1888 y que recoge todas las ideas renovadoras traídas de Europa. Es una especie de reivindicación después de que sus planteamientos fueran rechazados institucionalmente. Posteriormente su obra publicada va derivando hacia temas pedagógicos o sociales y posteriormente artísticos.
(8) ¿Qué nos puede decir acerca del Boletín de Cirugía dirigido por el Dr. Madrazo? ¿Qué segmento cronológico se maneja? ¿Cuántos números llegaron a publicarse? ¿Quién publicaba en él? ¿Qué perfil presentaba la revista: investigación, divulgación...? ¿Qué difusión tenía?
El Boletín comienza a publicarse en junio de 1910 y tenemos ejemplares hasta 1913, aunque no sabemos si se editó algún número posterior. El Boletín nació como una forma de recoger la actividad quirúrgica del sanatorio para darla a conocer y permitir a los jóvenes médicos aumentar su experiencia. Madrazo es consciente de que es un proyecto humilde pero se lo plantea como medio para “foguear” a sus discípulos y publicitar la actividad del sanatorio.
(9) ¿Qué relación mantenía el Dr. Madrazo con el Dr. Cajal?
Por lo que reflejan las cartas, parece que era una relación bastante cercana. En 1902 Madrazo habla de que Cajal visitó el sanatorio del Pas y le invita a que se establezca allí para poder desarrollar su labor con tranquilidad, ofreciéndole alojamiento y todo su sanatorio a su disposición. No conocemos la respuesta de Cajal pero sí que la relación continuó, ya que en carta de 1907 se dirige a él como miembro de la Comisión encargada de estudiar los expedientes de alumnos que enviaban al extanjero para recomendarle a dos médicos: Tomás Rodríguez Mata y Julio Villar
(10) La Casa de Salud Valdecilla se inaugura en 1929 pero al menos desde finales de los años diez se estaba levantando un nuevo hospital que sustituyera al de San Rafael, en la Calle Alta. Era tal la influencia del Dr. Madrazo que una visita suya anterior a 1926, año en que el Marqués de Valdecilla toma las riendas, se considera prácticamente la inauguración del nuevo hospital. ¿Qué relación existe entre el doctor pasiego y los distintos proyectos de hospital que terminaron cuajando en la Casa de Salud Valdecilla de 1929? ¿Se sabe qué relación había entre el doctor y el marqués, si era buena o mala?
Desgraciadamente la secuencia cronológica de la correspondencia que tenemos no nos permite conocer esta relación. Aunque se trata de un fondo en tratamiento que todavía puede deparar algunas sorpresas, las últimas cartas son de 1909 y no aparece nada respecto al marqués de Valdecilla.
(11) ¿Qué le ocurrió al doctor cuando cayó Santander bajo dominación de las tropas franquistas?
El caso de Madrazo es el típico de ajuste de cuentas tras la guerra civil. Madrazo tenía ya 86 años cuando estalló el conflicto y no tenemos referencia a un papel especialmente activo durante esos años o los anteriores de la II República. Sin embargo, años atrás se había significado por sus artículos regeneracionistas, como colaborador del Partido Republicano Progresista de Nicolás Salmerón y por su polémica con el obispo de Santander a causa del libro ¿El pueblo español ha muerto?. Además su pliego de acusaciones responde a un patrón muchas veces repetido en otros represaliados sin causas reales: profanación de cálices, actitudes antirreligiosas, etc. Es posible que la causa real de su encarcelamiento haya que buscarla en rencillas pasadas en el valle del Pas, ya que de los informes que se recogieron sobre su conducta, los de Falange y Guardia Civil de Santander no encuentran ninguna razón de reprobación, mientras los de Vega son los que apuntan las acusaciones que le acabaron llevando a la cárcel.
viernes, 5 de junio de 2015
El radium de la Casa de Salud Valdecilla
El primer responsable de rayos de la Casa de Salud Valdecilla fue el Dr. Heliodoro Téllez Plasencia. Apenas sabemos nada de este doctor. Ni siquiera estamos seguros de en qué país falleció: ¿Francia, Inglaterra? El radio que alimentaba su Servicio parece que fue financiado por la Marquesa de Pelayo. En agosto de 1937 el radio desapareció. Es sabido que las autoridades republicanas lo reclamaban como propio y que solicitaban a los responsables de laboratorios y hospitales amenazados por el avance franquista que se lo entregaran. Es sabido también que las autoridades franquistas aprovecharon esta circunstancia para arremeter contra los doctores responsables de laboratorios y hospitales que no eran afines a su ideología, caso del Dr. Pío del Río Hortega. Santander no fue una excepción. Todavía hoy en el Hospital se cuenta que el Dr. Wenceslao López Albo robó el radium, que lo vendió y que con el dinero que obtuvo de la venta llevó una vida disipada en Francia. No obstante, yo he recogido otro testimonio que afirma que el radium lo sacó de Santander el Dr. Heliodoro Téllez Plasencia metido ¡en una caja de zapatos! no para venderlo, lógicamente, sino para entregárselo a las autoridades republicanas, que eran las legítimas propietarias del radio. Éste acabaría regresando a la Casa de Salud Valdecilla pero al parecer no sin ciertas complicaciones que todavía permanecen difusas.
Los suegros del Dr. Wenceslao López Albo eran cubanos o tenían intereses comerciales en Cuba, y eran ricos. Tenían una casa en el sur de Francia donde sabemos que el doctor santanderino pasó unos meses tras cruzar la frontera en agosto de 1937. Asimismo, se detuvo en Francia tras la caída de Barcelona. De Francia pasó precisamente a Cuba, donde no le dejaron ejercer, motivo por el que dio el salto a México, en cuya capital le alcanza la muerte el año 1944.
El Dr. López Albo no necesitaba vender el radium para vivir desahogadamente en Francia. Es probable que esta falsa acusación se deba a la Marquesa de Pelayo, con la que el doctor mantenía una muy mala relación.
El historiador cántabro Miguel Ángel Solla ha tenido la amabilidad de hacernos entrega de unas notas tomadas en el archivo de Asuntos Exteriores de Madrid relacionadas con el radio de la Casa de Salud Valdecilla. Pasamos a transcribirlas a continuación por lo que pudieran servir para dilucidar este tema todavía oscuro:
“Patronato de la Casa de Salud Valdecilla
Cumpliendo lo dispuesto por el delegado del Gobierno en Santander sobre depósito obligatorio de piedras y metales preciosos, hacemos entrega a dicho delegado de la dotación completa de radium de la Casa de Salud Valdecilla, compuesta de:
30 tubos de 10 miligramos = 300 miligramos
30 tubos de 5 miligramos = 150 miligramos
50 células de 1 miligramo = 50 miligramos
Total 500 miligramos
quedando relevados de la responsabilidad de su custodia.
Al hacer esta entrega declaramos que los verdaderos propietarios de dicho radium son los enfermos pobres de la provincia de Santander, y reclamamos que se devuelva para ellos a la Casa de Salud Valdecilla cuando las circunstancias lo permitan.
Santander, 23 de agosto de 1937
El Presidente del Patronato El Director
[parece poner Lavín] Wenceslao López Albo
El Jefe del Servicio de Fisioterapia
[ilegible]
Recibo el Radium conforme al inventario “ut supra” sin reservas en cuanto a su contenido
El delegado del Gobierno
Juan Ruiz Olazarán"
Los suegros del Dr. Wenceslao López Albo eran cubanos o tenían intereses comerciales en Cuba, y eran ricos. Tenían una casa en el sur de Francia donde sabemos que el doctor santanderino pasó unos meses tras cruzar la frontera en agosto de 1937. Asimismo, se detuvo en Francia tras la caída de Barcelona. De Francia pasó precisamente a Cuba, donde no le dejaron ejercer, motivo por el que dio el salto a México, en cuya capital le alcanza la muerte el año 1944.
El Dr. López Albo no necesitaba vender el radium para vivir desahogadamente en Francia. Es probable que esta falsa acusación se deba a la Marquesa de Pelayo, con la que el doctor mantenía una muy mala relación.
El historiador cántabro Miguel Ángel Solla ha tenido la amabilidad de hacernos entrega de unas notas tomadas en el archivo de Asuntos Exteriores de Madrid relacionadas con el radio de la Casa de Salud Valdecilla. Pasamos a transcribirlas a continuación por lo que pudieran servir para dilucidar este tema todavía oscuro:
“Patronato de la Casa de Salud Valdecilla
Cumpliendo lo dispuesto por el delegado del Gobierno en Santander sobre depósito obligatorio de piedras y metales preciosos, hacemos entrega a dicho delegado de la dotación completa de radium de la Casa de Salud Valdecilla, compuesta de:
30 tubos de 10 miligramos = 300 miligramos
30 tubos de 5 miligramos = 150 miligramos
50 células de 1 miligramo = 50 miligramos
Total 500 miligramos
quedando relevados de la responsabilidad de su custodia.
Al hacer esta entrega declaramos que los verdaderos propietarios de dicho radium son los enfermos pobres de la provincia de Santander, y reclamamos que se devuelva para ellos a la Casa de Salud Valdecilla cuando las circunstancias lo permitan.
Santander, 23 de agosto de 1937
El Presidente del Patronato El Director
[parece poner Lavín] Wenceslao López Albo
El Jefe del Servicio de Fisioterapia
[ilegible]
Recibo el Radium conforme al inventario “ut supra” sin reservas en cuanto a su contenido
El delegado del Gobierno
Juan Ruiz Olazarán"
El Ateneo Popular de Santander y la medicina cántabra. Entrevista de Mario Corral García a Fernando Vierna
Fernando Vierna, investigador del Centro de Estudios Montañeses, acaba de publicar una monografía dedicada al Ateneo Popular de Santander que tiene mucho de rescate de la memoria cultural colectiva de Santander.
El autor ha aceptado muy amablemente contestar a las siguientes preguntas:
(1) ¿Cuándo se fundó el Ateneo Popular de Santander?
Hubo dos, el más importante se constituyó en el mes de julio de 1925. El primero se fundó en noviembre de 1910 y antes de terminar 1917 se había cerrado.
(2) ¿Existían precedentes?
Sí, en noviembre de 1910 se fundó la Asociación Ateneo Popular, adelantándose a muchos de los Ateneos Populares que hubo en España.
(3) ¿Cuáles eran sus principales líneas de trabajo?
A partir de ahora, me referiré siempre al de 1925, que es el más importante, de más larga trayectoria y que ha dejado más honda huella en la ciudad. Su misión era facilitar formación y cultura a quien por cualquier razón no hubiera podido tener acceso a ellas y todas sus actividades estaban encaminadas hacia ese fin. No obstante hay que destacar especialmente las clases de diferentes asignaturas que se impartían, porque es algo que no ha tenido parangón en esta tierra por el número de alumnos que acudían.
(4) ¿Presentaba algún perfil político concreto o sus puertas estaban abiertas a todos? ¿Dada la existencia del Ateneo Obrero y del Ateneo de Santander (este último de perfil conservador), se puede considerar que el Ateneo Popular ocupaba una posición central en el espectro político santanderino?
A pesar de lo que han dicho recientemente algunas personas por intereses políticos, los estatutos, y se cumplían escrupulosamente, definían al ateneo como independiente de cualquier ideología política y creencia religiosa, hasta tal punto que el nombramiento del presidente, Luciano Malumbres, como concejal corporativo (en representación del Ateneo Popular) supuso una importante crisis entre los socios que sólo se cerró con su renuncia al acta de concejal. Fruto de esa postura en 1930 se escindió un grupo de socios para crear el Ateneo Obrero, de similares ideas pero con un componente ideológico más acentuado. Me resulta difícil considerarlo centrado, más bien ajeno como institución, aunque sí es obvio que el Ateneo de Santander era y es de cierta élite y el Ateneo Obrero era el más radical.
(5) ¿Contaba con sede propia? ¿Llegó ésta a funcionar como tal?
La cuestión de la sede del Ateneo Popular fue siempre un problema por el crecimiento constante de la masa social, por la cantidad de público que asistía a sus actividades y por le número de alumnos de las diferentes asignaturas que se impartían en sus aulas. En 1935 se inició la construcción de un edificio para sede que se inauguró en febrero de 1937, con poco tiempo para poder disfrutarlo. Por la prensa sabemos que la sede de la biblioteca circulante, por lo menos, sí estuvo en el nuevo edificio.
(6) ¿Contaba entre sus miembros con algún médico?
No tengo constancia de las profesiones de muchos de los primeros directivos y no he conocido ninguna relación de socios, pero a partir de la incorporación como socio del Dr. Madrazo, en 1926, muchos profesionales se hicieron socios, el primer grupo estuvo formado por los doctores Quintana, Camisón, Rodríguez Cabello, Quintana Pombo, Ortiz Dou, Lastra, Santiuste y Solís Cagigal. En la tribuna el primer gran debate se estableció, todavía en 1925, entre los doctores Aguado y Saldoval a propósito de la medicina natural.
(7) ¿Qué papel jugó el Dr. Madrazo en la institución?
Fundamental, su incorporación supuso el acercamiento de los profesionales al Ateneo Popular, pero no sólo médicos, después llegaron abogados, periodistas, intelectuales, etc. En reconocimiento a su colaboración el Dr. Madrazo fue nombrado Presidente de Honor en marzo de 1927 y todos los años, en verano, se hacía una excursión a la Vega de Pas para visitarlo. El gran homenaje que tributó toda la provincia a Madrazo en 1932 estuvo organizado por el Ateneo Popular.
(8) ¿Cómo afectó al Ateneo Popular la inauguración de la Casa de Salud Valdecilla? ¿Se celebraron conferencias impartidas por médicos del Hospital? ¿Eran promovidas a título personal o eran programáticas, es decir, organizadas desde el Hospital en colaboración con el Ateneo Popular? ¿Qué perfil tenían estas conferencias: divulgativas, especializadas...?
Al contrario que en el Ateneo de Santander, donde el mismo año de Valdecilla se crea la Academia de Ciencias Médicas, ni en las actividades ni en las conferencias hay ninguna referencia a ese asunto. Las conferencias de médicos, que eran habituales y como he indicado estuvieron presentes desde el inicio, no hacen ninguna alusión a esa circunstancia. Ni hubo intervención como tal del nuevo hospital en las actividades del Ateneo Popular.
El autor ha aceptado muy amablemente contestar a las siguientes preguntas:
(1) ¿Cuándo se fundó el Ateneo Popular de Santander?
Hubo dos, el más importante se constituyó en el mes de julio de 1925. El primero se fundó en noviembre de 1910 y antes de terminar 1917 se había cerrado.
(2) ¿Existían precedentes?
Sí, en noviembre de 1910 se fundó la Asociación Ateneo Popular, adelantándose a muchos de los Ateneos Populares que hubo en España.
(3) ¿Cuáles eran sus principales líneas de trabajo?
A partir de ahora, me referiré siempre al de 1925, que es el más importante, de más larga trayectoria y que ha dejado más honda huella en la ciudad. Su misión era facilitar formación y cultura a quien por cualquier razón no hubiera podido tener acceso a ellas y todas sus actividades estaban encaminadas hacia ese fin. No obstante hay que destacar especialmente las clases de diferentes asignaturas que se impartían, porque es algo que no ha tenido parangón en esta tierra por el número de alumnos que acudían.
(4) ¿Presentaba algún perfil político concreto o sus puertas estaban abiertas a todos? ¿Dada la existencia del Ateneo Obrero y del Ateneo de Santander (este último de perfil conservador), se puede considerar que el Ateneo Popular ocupaba una posición central en el espectro político santanderino?
A pesar de lo que han dicho recientemente algunas personas por intereses políticos, los estatutos, y se cumplían escrupulosamente, definían al ateneo como independiente de cualquier ideología política y creencia religiosa, hasta tal punto que el nombramiento del presidente, Luciano Malumbres, como concejal corporativo (en representación del Ateneo Popular) supuso una importante crisis entre los socios que sólo se cerró con su renuncia al acta de concejal. Fruto de esa postura en 1930 se escindió un grupo de socios para crear el Ateneo Obrero, de similares ideas pero con un componente ideológico más acentuado. Me resulta difícil considerarlo centrado, más bien ajeno como institución, aunque sí es obvio que el Ateneo de Santander era y es de cierta élite y el Ateneo Obrero era el más radical.
(5) ¿Contaba con sede propia? ¿Llegó ésta a funcionar como tal?
La cuestión de la sede del Ateneo Popular fue siempre un problema por el crecimiento constante de la masa social, por la cantidad de público que asistía a sus actividades y por le número de alumnos de las diferentes asignaturas que se impartían en sus aulas. En 1935 se inició la construcción de un edificio para sede que se inauguró en febrero de 1937, con poco tiempo para poder disfrutarlo. Por la prensa sabemos que la sede de la biblioteca circulante, por lo menos, sí estuvo en el nuevo edificio.
(6) ¿Contaba entre sus miembros con algún médico?
No tengo constancia de las profesiones de muchos de los primeros directivos y no he conocido ninguna relación de socios, pero a partir de la incorporación como socio del Dr. Madrazo, en 1926, muchos profesionales se hicieron socios, el primer grupo estuvo formado por los doctores Quintana, Camisón, Rodríguez Cabello, Quintana Pombo, Ortiz Dou, Lastra, Santiuste y Solís Cagigal. En la tribuna el primer gran debate se estableció, todavía en 1925, entre los doctores Aguado y Saldoval a propósito de la medicina natural.
(7) ¿Qué papel jugó el Dr. Madrazo en la institución?
Fundamental, su incorporación supuso el acercamiento de los profesionales al Ateneo Popular, pero no sólo médicos, después llegaron abogados, periodistas, intelectuales, etc. En reconocimiento a su colaboración el Dr. Madrazo fue nombrado Presidente de Honor en marzo de 1927 y todos los años, en verano, se hacía una excursión a la Vega de Pas para visitarlo. El gran homenaje que tributó toda la provincia a Madrazo en 1932 estuvo organizado por el Ateneo Popular.
(8) ¿Cómo afectó al Ateneo Popular la inauguración de la Casa de Salud Valdecilla? ¿Se celebraron conferencias impartidas por médicos del Hospital? ¿Eran promovidas a título personal o eran programáticas, es decir, organizadas desde el Hospital en colaboración con el Ateneo Popular? ¿Qué perfil tenían estas conferencias: divulgativas, especializadas...?
Al contrario que en el Ateneo de Santander, donde el mismo año de Valdecilla se crea la Academia de Ciencias Médicas, ni en las actividades ni en las conferencias hay ninguna referencia a ese asunto. Las conferencias de médicos, que eran habituales y como he indicado estuvieron presentes desde el inicio, no hacen ninguna alusión a esa circunstancia. Ni hubo intervención como tal del nuevo hospital en las actividades del Ateneo Popular.
jueves, 4 de junio de 2015
La Casa de Salud Valdecilla y la Guerra Civil Española. Entrevista de Mario Corral García a Miguel Ángel Solla, historiador
Miguel Ángel Solla es doctor en Historia e investigador especializado en la Segunda República y la Guerra Civil españolas. Tiene en su haber numerosas publicaciones de absoluta referencia en la materia, destacando La sublevación frustrada: Los inicios de la Guerra Civil en Cantabria, del año 2005; La República sitiada: Trece meses de Guerra Civil en Cantabria (julio de 1936-agosto de 1937), de 2010; Una efímera autonomía: El Consejo Interprovincial de Santander, Palencia y Burgos, del año 2011.
Ha aceptado amablemente responder al siguiente cuestionario centrado en la Casa de Salud Valdecilla durante los trece meses del Santander republicanos en guerra.
(1) ¿Nos puede explicar brevemente cuál fue la dependencia orgánica de la Casa de Salud Valdecilla durante la guerra? ¿Quién era y qué ascendencia tenía Bruno Alonso sobre la sanidad cántabra?
No puedo afirmarlo con total rotundidad pero todo hace pensar que la CSV disfrutó de una gran dosis de autonomía durante la etapa republicana de la Guerra Civil. En la prensa de la época hay referencias al establecimiento de un llamado Comité de Control formado en su gran mayoría por enfermeros y personal auxiliar, que parece ser que era el que llevaba la gestión de todas las áreas del Hospital, excepto de la parte médica. Cuando se crea el Consejo Interprovincial de Santander, Palencia y Burgos (febrero de 1937) una de sus Consejerías fue la de Sanidad e Higiene; en el Reglamento para el despacho de asuntos, modo de funcionar del Consejo Interprovincial de Santander, Palencia y burgos y funciones que corresponde a cada una de las consejerías en que el mismo se ha dividido, que se conserva en el Centro de Documentación de la Memoria Histórica de Salamanca, se enumeran las funciones de cada una de las Consejerías. En el caso de la Sanidad, dirigida por el anarquista Timoteo Chapero, una de sus competencias era la creación y sostenimiento de Establecimientos o instituciones higiénico-sanitarias, por lo que parece razonable que Valdecilla estuviera bajo su mandato. Pero se trata solamente de una hipótesis, que la documentación actualmente disponible no nos permite asegurar con total certeza.
Me es muy difícil poder asegurar con total certeza que fuera Bruno Alonso a quien se debiera el nombramiento de López Albo al frente de Valdecilla. En esos momentos, septiembre de 1936, el verdadero detentador del poder era Juan Ruiz Olazarán, que manifestaba un gran respeto y amistad con Bruno Alonso. Es fácil que fuera uno de los dos, o los dos, los que decidieran que la persona idónea para ponerse al frente de una institución de tanta importancia en el Santander de la época tuviera que ser alguien que reuniera dos requisitos: que hubiera intervenido en su creación y, por tanto, conociera los entresijos de la institución y que tuviera un perfil político de izquierdas, condiciones ambas que cumplía el doctor López Albo.
(2) ¿Cuál era el perfil político del Dr. Wenceslao López Albo?
López Albo era militante destacado de Izquierda Republicana, partido que dirigía a nivel nacional Manuel Azaña y que en Cantabria contaba con personas tan destacadas como Ramón Ruiz Rebollo, Luis Lavín Gautier o Eleofredo García. Además, López Albo en varias declaraciones se postuló públicamente porque una vez terminada la contienda Cantabria se constituyera como un estado dentro de una futura República española con el nombre de País Cántabro.
(3) ¿Con qué infraestructura sanitaria contaba Santander durante la guerra?
Durante la guerra hubo que improvisar un sistema sanitario que fuera capaz de atender las necesidades de la población civil - para lo que se valieron fundamentalmente de la CSV- y de las fuerzas militares santanderinas, para lo que se creó una red de los llamados Hospitales de Sangre que se repartieron toda la geografía regional, valiéndose en muchos casos de la incautación de edificios religiosos, como fue el caso del santuario de la Bien Aparecida. También hubo aportaciones de partidos políticos y organizaciones afines como ocurrió con la comunista Socorro Rojo Internacional que subvencionó a sus expensas varios hospitales por toda la provincia.
(4) ¿Qué ocurrió en el barco prisión "Alfonso Pérez" en las navidades de 1936? ¿Hubo médicos de la Casa de Salud Valdecilla implicados?
El 26 de diciembre de 1936 aviones alemanes bombardearon Santander, causando varias decenas de muertos y cientos de heridos. En represalia grupos de exaltados entraron en el barco prisión Alfonso Pérez y asesinaron a 156 presos derechistas que estaban en sus bodegas. El recuerdo de esta matanza ha pervivido y pervive aún en el recuerdo de muchos cántabros, convirtiéndose el mismo en ejemplo del desgobierno, la arbitrariedad y el instinto asesino de los republicanos en Santander. Para mejor conocer estos hechos y sus repercusiones se debe recurrir a la lectura del libro que hace unos años publico José Manuel Puente bajo el título de Una ciudad bajo las bombas. Bombardeos y refugios antiaéreos en el Santander republicano.
(5) ¿Qué sabemos sobre el Dr. Ernesto Gonzalvo?
Personalmente desconozco detalles precisos de la biografía del doctor Gonzalo. Únicamente mencionar que fue responsable médico del Alfonso Pérez y que tal por eso fuera fusilado por los franquistas, que nunca perdonaron a aquellos que tuvieron alguna relación con los asesinatos de diciembre de 1936.
(6) ¿Cuándo cae Santander? ¿Hubo médicos represaliados? ¿Fueron muchos los médicos que abandonaron Santander? ¿Cómo lo hicieron y en qué dirección?
La ciudad de Santander es oficialmente ‘liberada’ el 26 de agosto de 1937. Como les ocurrió a muchos republicanos, especialmente si habían tenido cargos durante la etapa republicana, no les quedó más remedio que emprender el exilio porque en caso contrario peligraba su vida. Tres serían los casos más conocidos en este sentido: el doctor López Albo, el doctor Guerra y Angel Escobio Andraca, secretario general del partido comunista en la región que tuvo que marchar a la URSS, donde moriría años después.
Ha aceptado amablemente responder al siguiente cuestionario centrado en la Casa de Salud Valdecilla durante los trece meses del Santander republicanos en guerra.
(1) ¿Nos puede explicar brevemente cuál fue la dependencia orgánica de la Casa de Salud Valdecilla durante la guerra? ¿Quién era y qué ascendencia tenía Bruno Alonso sobre la sanidad cántabra?
No puedo afirmarlo con total rotundidad pero todo hace pensar que la CSV disfrutó de una gran dosis de autonomía durante la etapa republicana de la Guerra Civil. En la prensa de la época hay referencias al establecimiento de un llamado Comité de Control formado en su gran mayoría por enfermeros y personal auxiliar, que parece ser que era el que llevaba la gestión de todas las áreas del Hospital, excepto de la parte médica. Cuando se crea el Consejo Interprovincial de Santander, Palencia y Burgos (febrero de 1937) una de sus Consejerías fue la de Sanidad e Higiene; en el Reglamento para el despacho de asuntos, modo de funcionar del Consejo Interprovincial de Santander, Palencia y burgos y funciones que corresponde a cada una de las consejerías en que el mismo se ha dividido, que se conserva en el Centro de Documentación de la Memoria Histórica de Salamanca, se enumeran las funciones de cada una de las Consejerías. En el caso de la Sanidad, dirigida por el anarquista Timoteo Chapero, una de sus competencias era la creación y sostenimiento de Establecimientos o instituciones higiénico-sanitarias, por lo que parece razonable que Valdecilla estuviera bajo su mandato. Pero se trata solamente de una hipótesis, que la documentación actualmente disponible no nos permite asegurar con total certeza.
Me es muy difícil poder asegurar con total certeza que fuera Bruno Alonso a quien se debiera el nombramiento de López Albo al frente de Valdecilla. En esos momentos, septiembre de 1936, el verdadero detentador del poder era Juan Ruiz Olazarán, que manifestaba un gran respeto y amistad con Bruno Alonso. Es fácil que fuera uno de los dos, o los dos, los que decidieran que la persona idónea para ponerse al frente de una institución de tanta importancia en el Santander de la época tuviera que ser alguien que reuniera dos requisitos: que hubiera intervenido en su creación y, por tanto, conociera los entresijos de la institución y que tuviera un perfil político de izquierdas, condiciones ambas que cumplía el doctor López Albo.
(2) ¿Cuál era el perfil político del Dr. Wenceslao López Albo?
López Albo era militante destacado de Izquierda Republicana, partido que dirigía a nivel nacional Manuel Azaña y que en Cantabria contaba con personas tan destacadas como Ramón Ruiz Rebollo, Luis Lavín Gautier o Eleofredo García. Además, López Albo en varias declaraciones se postuló públicamente porque una vez terminada la contienda Cantabria se constituyera como un estado dentro de una futura República española con el nombre de País Cántabro.
(3) ¿Con qué infraestructura sanitaria contaba Santander durante la guerra?
Durante la guerra hubo que improvisar un sistema sanitario que fuera capaz de atender las necesidades de la población civil - para lo que se valieron fundamentalmente de la CSV- y de las fuerzas militares santanderinas, para lo que se creó una red de los llamados Hospitales de Sangre que se repartieron toda la geografía regional, valiéndose en muchos casos de la incautación de edificios religiosos, como fue el caso del santuario de la Bien Aparecida. También hubo aportaciones de partidos políticos y organizaciones afines como ocurrió con la comunista Socorro Rojo Internacional que subvencionó a sus expensas varios hospitales por toda la provincia.
(4) ¿Qué ocurrió en el barco prisión "Alfonso Pérez" en las navidades de 1936? ¿Hubo médicos de la Casa de Salud Valdecilla implicados?
El 26 de diciembre de 1936 aviones alemanes bombardearon Santander, causando varias decenas de muertos y cientos de heridos. En represalia grupos de exaltados entraron en el barco prisión Alfonso Pérez y asesinaron a 156 presos derechistas que estaban en sus bodegas. El recuerdo de esta matanza ha pervivido y pervive aún en el recuerdo de muchos cántabros, convirtiéndose el mismo en ejemplo del desgobierno, la arbitrariedad y el instinto asesino de los republicanos en Santander. Para mejor conocer estos hechos y sus repercusiones se debe recurrir a la lectura del libro que hace unos años publico José Manuel Puente bajo el título de Una ciudad bajo las bombas. Bombardeos y refugios antiaéreos en el Santander republicano.
(5) ¿Qué sabemos sobre el Dr. Ernesto Gonzalvo?
Personalmente desconozco detalles precisos de la biografía del doctor Gonzalo. Únicamente mencionar que fue responsable médico del Alfonso Pérez y que tal por eso fuera fusilado por los franquistas, que nunca perdonaron a aquellos que tuvieron alguna relación con los asesinatos de diciembre de 1936.
(6) ¿Cuándo cae Santander? ¿Hubo médicos represaliados? ¿Fueron muchos los médicos que abandonaron Santander? ¿Cómo lo hicieron y en qué dirección?
La ciudad de Santander es oficialmente ‘liberada’ el 26 de agosto de 1937. Como les ocurrió a muchos republicanos, especialmente si habían tenido cargos durante la etapa republicana, no les quedó más remedio que emprender el exilio porque en caso contrario peligraba su vida. Tres serían los casos más conocidos en este sentido: el doctor López Albo, el doctor Guerra y Angel Escobio Andraca, secretario general del partido comunista en la región que tuvo que marchar a la URSS, donde moriría años después.
La Casa de Salud Valdecilla, los bombardeos y el barco prisión "Alfonso Pérez". Entrevista de Mario Corral García a José Manuel Puente, historiador
José Manuel Puente es un prolífico investigador centrado en la Guerra Civil en Cantabria. Suyos son los siguientes libros: La Falange clandestina. Historia de Falange Española de las JONS en Cantabria (1933–1937); Una ciudad bajo las bombas. Bombardeos y refugios antiaéreos en el Santander republicano (julio 1936–agosto 1937); Cántabros en la División azul (1941–1944) y Atrapados en el Tercer Reich: Trabajadores en la Alemania nazi (1942-1945), publicados en los años 2009, 2011, 2012 y 2014, respectivamente. El guardián de la revolución: Historia del Partido Comunista en Cantabria (1921-1937) es su nuevo libro, que saldrá en julio.
El autor ha aceptado muy amablemente responder a las siguientes preguntas:
(1) En el Archivo Histórico de la Casa de Salud Valdecilla ha aparecido la factura de una empresa que se dedicó a mover tierra para construir lo que parece un túnel o refugio antiaéreo en el complejo hospitalario, concretamente en los aledaños de la colina que sube a Cazoña. ¿Hay constancia de la existencia de refugios antiaéreos en el hospital?
En cuanto a los refugios y hasta donde yo conozco, catalogué unos 114 para el libro. No me consta ninguno en Valdecilla aunque sí me comentó gente mayor que había túneles debajo del hospital, en lo que hoy sería la calle Sainz de la Maza. En un mapa con todos los refugios que se conserva en el Archivo Militar de Ávila, aparece un refugio importante en el parque del doctor Morales (donde está la vaca, barrio de Cajo), también había uno en la Fuente de la Salud, mismo barrio de Cajo, y varios en la Remonta. También existía uno en la parte baja de la calle Sainz de la Maza (el comienzo del paseo del parque del agua), hacia Valdecilla Sur.
(2) El escritor castreño Aburto Ocharan, que permaneció escondido en el pabellón 17 durante los trece meses de la República santanderina en guerra, describe que cuando había bombardeos los pacientes y personal sanitario salía a las terrazas. ¿Existía alguna pauta o protocolo de actuación en los hospitales ante los bombardeos?
No conozco el criterio para proteger los hospitales, ni el protocolo para los enfermos y el personal.
(3) La propaganda franquista de época aseguraba que los hospitales eran empleados como depósitos de armas camuflados. ¿Es ésta una acusación sin fundamento?
Se decían muchas cosas, por los dos bandos, que fueron más leyenda urbana que otra cosa. Las iglesias sí fueron depósitos de armas, respecto de los hospitales, no tengo datos que lo confirmen.
(4) ¿Nos puede explicar qué ocurrió en diciembre de 1936 en relación con el barco prisión "Alfonso Pérez"?
El 27 de diciembre de 1936 fue atacada la ciudad de Santander por la Legión Condor, murieron unos 63 vecinos (varían según las fuentes, pero los muertos no fueron menos de 60 ni más de 65), principalmente en el Barrio Obrero. Como represalia, varios milicianos se dirigieron al barco prisión y ejecutaron una matanza de 157 prisioneros.
(5) ¿Hubo médicos implicados en el barco prisión?
En el barco prisión actuó como médico, al menos durante un tiempo, el doctor Gonzalvo.
(6) ¿Qué nos puede decir acerca del Dr. Ernesto Gonzalvo?
Apenas tengo datos de él. Según parece era de Zaragoza y tenía sobre los 50 años. Lo fusilaron al terminar la guerra, como acusación estaba el hecho de haber sido médico del Alfonso Pérez.
El autor ha aceptado muy amablemente responder a las siguientes preguntas:
(1) En el Archivo Histórico de la Casa de Salud Valdecilla ha aparecido la factura de una empresa que se dedicó a mover tierra para construir lo que parece un túnel o refugio antiaéreo en el complejo hospitalario, concretamente en los aledaños de la colina que sube a Cazoña. ¿Hay constancia de la existencia de refugios antiaéreos en el hospital?
En cuanto a los refugios y hasta donde yo conozco, catalogué unos 114 para el libro. No me consta ninguno en Valdecilla aunque sí me comentó gente mayor que había túneles debajo del hospital, en lo que hoy sería la calle Sainz de la Maza. En un mapa con todos los refugios que se conserva en el Archivo Militar de Ávila, aparece un refugio importante en el parque del doctor Morales (donde está la vaca, barrio de Cajo), también había uno en la Fuente de la Salud, mismo barrio de Cajo, y varios en la Remonta. También existía uno en la parte baja de la calle Sainz de la Maza (el comienzo del paseo del parque del agua), hacia Valdecilla Sur.
(2) El escritor castreño Aburto Ocharan, que permaneció escondido en el pabellón 17 durante los trece meses de la República santanderina en guerra, describe que cuando había bombardeos los pacientes y personal sanitario salía a las terrazas. ¿Existía alguna pauta o protocolo de actuación en los hospitales ante los bombardeos?
No conozco el criterio para proteger los hospitales, ni el protocolo para los enfermos y el personal.
(3) La propaganda franquista de época aseguraba que los hospitales eran empleados como depósitos de armas camuflados. ¿Es ésta una acusación sin fundamento?
Se decían muchas cosas, por los dos bandos, que fueron más leyenda urbana que otra cosa. Las iglesias sí fueron depósitos de armas, respecto de los hospitales, no tengo datos que lo confirmen.
(4) ¿Nos puede explicar qué ocurrió en diciembre de 1936 en relación con el barco prisión "Alfonso Pérez"?
El 27 de diciembre de 1936 fue atacada la ciudad de Santander por la Legión Condor, murieron unos 63 vecinos (varían según las fuentes, pero los muertos no fueron menos de 60 ni más de 65), principalmente en el Barrio Obrero. Como represalia, varios milicianos se dirigieron al barco prisión y ejecutaron una matanza de 157 prisioneros.
(5) ¿Hubo médicos implicados en el barco prisión?
En el barco prisión actuó como médico, al menos durante un tiempo, el doctor Gonzalvo.
(6) ¿Qué nos puede decir acerca del Dr. Ernesto Gonzalvo?
Apenas tengo datos de él. Según parece era de Zaragoza y tenía sobre los 50 años. Lo fusilaron al terminar la guerra, como acusación estaba el hecho de haber sido médico del Alfonso Pérez.
miércoles, 3 de junio de 2015
El Campo de Concentración de "La Magdalena". Entrevista de Mario Corral García a Alberto Santamaría
Alberto Santamaría es amigo. Además, es profesor de Análisis del discurso artístico y literario y Arte contemporáneo en la Universidad de Salamanca, forma parte del equipo docente del Máster de Estudios avanzados en Filosofía de dicha universidad y es autor de numerosos ensayos y poemarios publicados en algunas de las editoriales españolas más potentes. Desde hace un par de años ha puesto en marcha un proyecto personal que tiene mucho de análisis de la resignificación de espacios con alta densidad histórica, titulado La Magdalena: Campo de concentración.
En la exposición hemos incluido una carta de un editor reclamando a un médico de la Casa de Salud Valdecilla que intercediera para liberar a un empleado retenido en el campo de concentración, un certificado médico de 1939 con matasellos del mismo y un poema de Jaume Anglada que da testimonio de las duras condiciones de vida que se padecían en el campo.
Alberto Santamaría ha aceptado amablemente responder a las siguientes preguntas:
(1) En la exposición Valdecilla: La Semilla (1929-1939) se incluye un certificado médico del campo de concentración de La Magdalena del año 1939. Santander cayó en el verano de 1937. ¿Cuándo se abrió el campo de La Magdalena?
El campo está ya abierto en noviembre de 1937. No sólo eso sino que el Palacio de la Magdalena, por los documentos que tenemos, se convirtió en el lugar desde el cual se diseñó el sistema de Campos de Concentración de toda España. Durante el 37 y el 38, se abrieron casi cien campos en España y la gestión se inició y desarrolló desde Santander.
(2) ¿Se trataba de un campo improvisado o, por el contrario, respondía a un programa franquista?
En Santander se produce la mayor rendición de toda la Guerra Civil. En agosto de 1937 las tropas franquistas se encuentran con más de 50.000 soldados republicanos detenidos. El no saber qué hacer con ellos se conecta con el ya pensado proyecto de los campos de concentración. Por lo tanto, hemos de suponer que respondía a un programa más complejo cuya finalidad era no sólo detener sino humillar y destruir al enemigo.
(3) ¿Existían otros campos en Santander o el de La Magdalena se puede considerar una excepción?
En Santander existieron cuatro Campos de Concentración según la fórmula franquista. Además del campo de la Magdalena, estaba el Seminario de Corbán, el estadio del Rácing, y la plaza de toros. El objetivo de estos campos era depurar y reeducar. Estos tres campos fueron campos que apenas duraron unos meses, y tenían un sentido clasificatorio. Fue el campo de la Magdalena el campo central y de una duración mayor. Desde la Magdalena se gestó todo un sistema de depuración terrible. Fue el campo con mayor población y quizá de mortandad. Lo que es ahora el Paraninfo de la Magdalena, en las caballerizas, donde se desarrollan conferencias, etc., llegó a contener a más de 1600 presos, cuando el espacio estaba destinado para 600. Una ocupación del 266%. Todos ellos en condiciones terribles.
(4) Explicando la historia de la Casa de Salud Valdecilla a un grupo de residentes uno de ellos me preguntó que qué hacían aquí los judíos. Le contesté que en Santander no se detuvo a judíos, que los presos eran republicanos españoles. Me miró con cara de susto. ¿Qué relación llegaron a tener los campos de concentración nazis con los franquistas, si es que llegaron a tener alguna?
Bastante. Serrano Súñer, ministro de Franco, en 1936 se encuentra en Alemania (era un admirador del nazismo) visitando el sistema de campos. Junto a Himmler visita Dachau. Y Dachau será el modelo. De los alemanes tomaron el sentido clasificatorio, la idea de la humillación, de la banalización del mal, etc.
(5) ¿Qué diferenciaba un campo de una cárcel?
El campo estaba destinado a aquellos presos, fundamentalmente soldados republicanos (aunque no todos lo eran, también había muchos presos políticos en general) y su finalidad era la de humillar, clasificar, dejar morir, etc. No había presos comunes, no había tribunales, no había ninguna protección legal, etc. De hecho, la convención de Ginebra fue totalmente violada en el sistema de Campos franquistas. Hay una carta del alcalde Emilio Pino pidiendo presos del campo para hacer obras en la ciudad, por ejemplo.
(6) En la posguerra temprana Falange realizó un reportaje publicitario sobre el campo de La Magdalena en el que más que un campo de concentración parecía un camping. ¿Cuáles eran las condiciones de vida reales de los presos?
La vida de los presos era muy dura. Escasez de alimentos, enfermedades (hubo varios casos de meningititis, tifus, etc.), piojos, hambre, etc. He escuchado muchas historias de familiares y supervivientes quienes insisten en el hambre y que les bajaban en invierno a la playa para bañarse. Les obligaban a modo de humillación, por ejemplo, a beber agua salada, y los domingos a jugar al fútbol. Ahora bien, existen varios informes militares de la época en los cuales se pregunta por las condiciones sanitarias de los campos y resulta que el de la Magdalena no era el peor en este sentido… Es difícil imaginar cómo sería el peor.
(7) ¿Qué nos puedes contar acerca del poeta Jaume Anglada?
Poco. Muy poco. Fue un maestro republicano, muy cerca de las ideas socialistas del momento. Estuvo más de dos años en el campo, y al regresar a Barcelona fue detenido tras ser delatado por un vecino (sin pruebas) y encarcelado en La Modelo varios años. Al salir de la cárcel no se le permitió enseñar, hasta los años setenta.
(8) ¿Cuándo se clausuró el campo?
A día de hoy carecemos de ese dato exacto. Es de suponer que hasta 1940 o 1941. El que más tiempo duró fue el de Miranda de Ebro, hasta 1947.
(9) ¿Cuándo recuperó La Magdalena su condición de sede universitaria de verano?
1949
(10) ¿Considera que en la actualidad la existencia de este campo de concentración es lo suficientemente conocida? ¿Qué labor de recuperación de la memoria histórica realiza la actual UIMP, teniendo en cuenta lo que fue su sede?
No. En Santander se ha preferido dejar este caso en el pasado, como si se tratase de algo construido o ficticio. Se ha olvidado por completo que allí, donde ahora juegan los niños, donde se toma el sol y los jóvenes extranjeros se lo pasan bien, murió mucha gente, y otra enfermó, fue humillada, etc. Y con respecto a la UIMP nunca ha querido saber nada de este proyecto. Las veces que he intentado ponerme en contacto con ellos siempre he obtenido el silencio por respuesta. Mira lo que pone en su web: “Interrumpidas las actividades de la Universidad Internacional por la Guerra Civil, en el verano de 1938 el Ministerio de Educación Nacional confió a la Sociedad Menéndez Pelayo la organización de cursos de lengua y literatura para extranjeros”. Esa es la única referencia al periodo durante el cual la Magdalena fue un terrible campo de concentración.
En la exposición hemos incluido una carta de un editor reclamando a un médico de la Casa de Salud Valdecilla que intercediera para liberar a un empleado retenido en el campo de concentración, un certificado médico de 1939 con matasellos del mismo y un poema de Jaume Anglada que da testimonio de las duras condiciones de vida que se padecían en el campo.
Alberto Santamaría ha aceptado amablemente responder a las siguientes preguntas:
(1) En la exposición Valdecilla: La Semilla (1929-1939) se incluye un certificado médico del campo de concentración de La Magdalena del año 1939. Santander cayó en el verano de 1937. ¿Cuándo se abrió el campo de La Magdalena?
El campo está ya abierto en noviembre de 1937. No sólo eso sino que el Palacio de la Magdalena, por los documentos que tenemos, se convirtió en el lugar desde el cual se diseñó el sistema de Campos de Concentración de toda España. Durante el 37 y el 38, se abrieron casi cien campos en España y la gestión se inició y desarrolló desde Santander.
(2) ¿Se trataba de un campo improvisado o, por el contrario, respondía a un programa franquista?
En Santander se produce la mayor rendición de toda la Guerra Civil. En agosto de 1937 las tropas franquistas se encuentran con más de 50.000 soldados republicanos detenidos. El no saber qué hacer con ellos se conecta con el ya pensado proyecto de los campos de concentración. Por lo tanto, hemos de suponer que respondía a un programa más complejo cuya finalidad era no sólo detener sino humillar y destruir al enemigo.
(3) ¿Existían otros campos en Santander o el de La Magdalena se puede considerar una excepción?
En Santander existieron cuatro Campos de Concentración según la fórmula franquista. Además del campo de la Magdalena, estaba el Seminario de Corbán, el estadio del Rácing, y la plaza de toros. El objetivo de estos campos era depurar y reeducar. Estos tres campos fueron campos que apenas duraron unos meses, y tenían un sentido clasificatorio. Fue el campo de la Magdalena el campo central y de una duración mayor. Desde la Magdalena se gestó todo un sistema de depuración terrible. Fue el campo con mayor población y quizá de mortandad. Lo que es ahora el Paraninfo de la Magdalena, en las caballerizas, donde se desarrollan conferencias, etc., llegó a contener a más de 1600 presos, cuando el espacio estaba destinado para 600. Una ocupación del 266%. Todos ellos en condiciones terribles.
(4) Explicando la historia de la Casa de Salud Valdecilla a un grupo de residentes uno de ellos me preguntó que qué hacían aquí los judíos. Le contesté que en Santander no se detuvo a judíos, que los presos eran republicanos españoles. Me miró con cara de susto. ¿Qué relación llegaron a tener los campos de concentración nazis con los franquistas, si es que llegaron a tener alguna?
Bastante. Serrano Súñer, ministro de Franco, en 1936 se encuentra en Alemania (era un admirador del nazismo) visitando el sistema de campos. Junto a Himmler visita Dachau. Y Dachau será el modelo. De los alemanes tomaron el sentido clasificatorio, la idea de la humillación, de la banalización del mal, etc.
(5) ¿Qué diferenciaba un campo de una cárcel?
El campo estaba destinado a aquellos presos, fundamentalmente soldados republicanos (aunque no todos lo eran, también había muchos presos políticos en general) y su finalidad era la de humillar, clasificar, dejar morir, etc. No había presos comunes, no había tribunales, no había ninguna protección legal, etc. De hecho, la convención de Ginebra fue totalmente violada en el sistema de Campos franquistas. Hay una carta del alcalde Emilio Pino pidiendo presos del campo para hacer obras en la ciudad, por ejemplo.
(6) En la posguerra temprana Falange realizó un reportaje publicitario sobre el campo de La Magdalena en el que más que un campo de concentración parecía un camping. ¿Cuáles eran las condiciones de vida reales de los presos?
La vida de los presos era muy dura. Escasez de alimentos, enfermedades (hubo varios casos de meningititis, tifus, etc.), piojos, hambre, etc. He escuchado muchas historias de familiares y supervivientes quienes insisten en el hambre y que les bajaban en invierno a la playa para bañarse. Les obligaban a modo de humillación, por ejemplo, a beber agua salada, y los domingos a jugar al fútbol. Ahora bien, existen varios informes militares de la época en los cuales se pregunta por las condiciones sanitarias de los campos y resulta que el de la Magdalena no era el peor en este sentido… Es difícil imaginar cómo sería el peor.
(7) ¿Qué nos puedes contar acerca del poeta Jaume Anglada?
Poco. Muy poco. Fue un maestro republicano, muy cerca de las ideas socialistas del momento. Estuvo más de dos años en el campo, y al regresar a Barcelona fue detenido tras ser delatado por un vecino (sin pruebas) y encarcelado en La Modelo varios años. Al salir de la cárcel no se le permitió enseñar, hasta los años setenta.
(8) ¿Cuándo se clausuró el campo?
A día de hoy carecemos de ese dato exacto. Es de suponer que hasta 1940 o 1941. El que más tiempo duró fue el de Miranda de Ebro, hasta 1947.
(9) ¿Cuándo recuperó La Magdalena su condición de sede universitaria de verano?
1949
(10) ¿Considera que en la actualidad la existencia de este campo de concentración es lo suficientemente conocida? ¿Qué labor de recuperación de la memoria histórica realiza la actual UIMP, teniendo en cuenta lo que fue su sede?
No. En Santander se ha preferido dejar este caso en el pasado, como si se tratase de algo construido o ficticio. Se ha olvidado por completo que allí, donde ahora juegan los niños, donde se toma el sol y los jóvenes extranjeros se lo pasan bien, murió mucha gente, y otra enfermó, fue humillada, etc. Y con respecto a la UIMP nunca ha querido saber nada de este proyecto. Las veces que he intentado ponerme en contacto con ellos siempre he obtenido el silencio por respuesta. Mira lo que pone en su web: “Interrumpidas las actividades de la Universidad Internacional por la Guerra Civil, en el verano de 1938 el Ministerio de Educación Nacional confió a la Sociedad Menéndez Pelayo la organización de cursos de lengua y literatura para extranjeros”. Esa es la única referencia al periodo durante el cual la Magdalena fue un terrible campo de concentración.
Relación de responsables del Hospital en agosto de 1937
En la exposición hemos incluido una "relación de personal que prestaba servicio en esta Casa en Agosto de 1937". Se trata de un documento redactado por las autoridades franquistas recién tomado Santander.
Transcribo a continuación las notas referidas a los responsables clínicos de la institución:
Las notas se extienden a todo el personal de la Casa de Salud Valdecilla. Se ven afectados cocineros, fogoneros, enfermeras, mozos, electricistas, panaderos... Destaca Darío Bueno Muriedas, "Panadero. Destituido y condenado a muerte por los Tribunales Militares" y Joaquín Arauna Asenjo, "Fotógrafo. Detenido y destituido". Este último, destacado izquierdista durante la guerra, pasaría a abrazar el ideario contrario, esto es, franquista, siendo restituido en la plantilla del hospital. En los años sesenta se apropiaría del archivo fotográfico de la institución, más tarde donado por la familia al CDIS (Ayuntamiento de Santander, dirigido por Manuela Alonso) sin conocimiento del HUMV.
Transcribo a continuación las notas referidas a los responsables clínicos de la institución:
- Wenceslao López Albo: Director. Desaparecido el 25 de agosto y destituido.
- Manuel Usandizaga Solaruce: Subdirector.
- Emilio Díaz Caneja: Jefe de Clínica. Detenido en la Institución y nombrado Director por las Autoridades Militares.
- Augusto Navarro Martín: Jefe de Clínica.
- Juan González Aguilar: Jefe de Clínica. Residente en Valencia y destituido.
- Julio Picatoste y Picatoste: Jefe de clínica.
- José Puyal Gil: Jefe de Química y Farmacia.
- Heliodoro Téllez Plasencia: Jefe de Clínica. Desaparecido el 25 de agosto y destituido.
- José Alonso de Celada: Jefe de Clínica.
- Abilio García Barón: Jefe de Clínica.
- Diego García Alonso: Jefe de Clínica.
- Julio G. Sánchez Lucas: Jefe de Clínica.
- José Antonio Lamelas González: Jefe de Clínica.
- Pascual de Juan rodríguez: Jefe de Clínica.
- Guillermo Arce Alonso: Jefe de Clínica.
- Severiano Bustamante F. de Luco: Jefe de Clínica. Desaparecido el 17 de junio de 1937 y probablemente asesinado por los rojos.
Las notas se extienden a todo el personal de la Casa de Salud Valdecilla. Se ven afectados cocineros, fogoneros, enfermeras, mozos, electricistas, panaderos... Destaca Darío Bueno Muriedas, "Panadero. Destituido y condenado a muerte por los Tribunales Militares" y Joaquín Arauna Asenjo, "Fotógrafo. Detenido y destituido". Este último, destacado izquierdista durante la guerra, pasaría a abrazar el ideario contrario, esto es, franquista, siendo restituido en la plantilla del hospital. En los años sesenta se apropiaría del archivo fotográfico de la institución, más tarde donado por la familia al CDIS (Ayuntamiento de Santander, dirigido por Manuela Alonso) sin conocimiento del HUMV.
Incautación de la Standard Eléctrica de Maliaño. Notas tomadas en el Archivo de Asuntos Exteriores por el historiador Miguel Ángel Solla
En la exposición incluimos una factura de la empresa Standard Eléctrica incautada. Una de las muchas que conserva el Archivo Histórico de la Casa de Salud Valdecilla.
El historiador Miguel Ángel Solla me ha remitido muy amablemente copia de las notas que tomó apresuradamente a la vista de un expediente consultado en el Archivo de Asuntos Exteriores de Madrid hace años.
Copio y pego:
Sig R-000527-Exp 13
Incautación de la fábrica de cables de “standard eléctrica” en Santander
Traducción nota de la Embajada de USA del 1-11-36
Dice que la sucursal de esa Compañía en Santander ha sido incautada el 22 de septiembre por orden del Director General de Santander. La orden del Director General de Trabajo declara que esta fábrica al objeto de incautación “pierde su carácter particular y queda colocada bajo las órdenes de la Dirección General de Trabajo de Santander “
El historiador Miguel Ángel Solla me ha remitido muy amablemente copia de las notas que tomó apresuradamente a la vista de un expediente consultado en el Archivo de Asuntos Exteriores de Madrid hace años.
Copio y pego:
Sig R-000527-Exp 13
Incautación de la fábrica de cables de “standard eléctrica” en Santander
Traducción nota de la Embajada de USA del 1-11-36
Dice que la sucursal de esa Compañía en Santander ha sido incautada el 22 de septiembre por orden del Director General de Santander. La orden del Director General de Trabajo declara que esta fábrica al objeto de incautación “pierde su carácter particular y queda colocada bajo las órdenes de la Dirección General de Trabajo de Santander “
- se dedica a la manufactura de toda clase de cables para teléfono, así como cordeles y alambres telefónicos.
- es propiedad de la Standard Electric SA, concesionaria de la Internacional Standard Electric Corporation de Nueva York, que posee la gran mayoría de sus acciones, que a su vez depende en propiedad de la International Telephone and Telegraph Corporation de Nueva York, de la cual constituye una empresa subsidiaria.
- sus propietarios piden que se respete la propiedad particular.
- Memorandum sobre la incautación de la fábrica de Santander:
“ (...)
La Dirección General de Standard Electrica, considerando dicha incautación como una extralimitación de la Dirección General de Trabajo de Santander, elevó al Excmo. Sr. Ministro de Industria y Comercio, con fecha 8 de Octubre de 1936, una Instancia, exponiendo que puesto que dicha fábrica de cables no ha estado en ningún momento abandonada por sus elementos directivos ni por la Dirección General de la Empresa en Madrid, habiendo estado además intervenido todo el material de esta empresa desde el día 27 de julio del presente año por el Ministerio de Industria y Comercio a través de la Dirección General de Industria, dicha incautación es evidentemente una extralimitación y debe quedar inmediatamente sin efecto.
Gestiones hechas por la Dirección General de la Empresa, por el Delegado del Ministerio de Industria y Comercio en la misma y por el Comité Obrero de Standard indican que el Ministerio de Industria y Comercio se ha dirigido a la Dirección General de Trabajo de Santander para que dicha incautación quede sin efecto, sin que hasta la fecha, sin embargo, se haya recibido contestación de la Dirección General de Trabajo de Santander.
La Fábrica de cables de Santander, sita en Maliaño, es propiedad de Standard Electric, SA, y es un establecimiento modernísimo dedicado a la fabricación de toda clase de cables telefónicos, aéreos, subterráneos, urbanos e interurbanos, así como a la fabricación de hilos aislados telefónicos y cordones. Emplea en la actualidad 114 trabajadores y en sus periodos de máxima producción ha llegado a dar ocupación a 300 obreros”
- aparece una copia del Acta de Incautación de fecha 22-9-36: da constancia Mariano Espinosa Ramírez, notario con residencia en Astillero. Se realiza a las 13.00 horas. Queda sometida a la Dirección General de Trabajo de Santander.
martes, 2 de junio de 2015
El Dr. Pío del Río Hortega en el exilio
Hace escasos días se celebró en Santander un triple congreso nacional de Anatomía Patológica que, entre otras iniciativas, supuso la publicación de un libro dedicado al Dr. Pío del Río Hortega, vinculado al primer Valdecilla, firmado por el Dr. Félix Arce. El libro lleva por título El Hospital Marqués de Valdecilla y D. Pío del Río Hortega (Visión cariñosa de una relación fugaz). Es un libro de edición no venal, es decir, que no se encuentra a la venta.
Tomamos prestados los párrafos dedicados al Dr. Pío del Río Hortega en el exilio:
"La Guerra Civil española determinó que los bombardeos de la ciudad universitaria pusiesen en peligro las colecciones de preparaciones y los microscopios del laboratorio del Instituto de Oncología que, tras sacar esas partes valiosas en una arriesgada y casi novelesca odisea del propio D. Pío junto con su sobrina Asunción y su amigo Nicolás Gómez, hubo de cerrar él mismo, tanto el laboratorio del Instituto como el de la Residencia de Estudiantes. Junto con el radio que había en el laboratorio del cáncer (un elemento valioso entonces) y con las preparaciones, se trasladó a Valencia, donde el Gobierno de la República se había establecido. Por cierto que ese traslado del radio fue causa de que las tropas franquistas le acusasen del robo del mismo, de la misma forma que se acusó de ese robo en Santander a López Albo (y, otra vez, al mismo D. Pío) que lo había trasladado a Francia, de donde retornó terminada la contienda.
"En 1937 D. Pío se traslada a París y luego al Nuffield Institute de Oxford, donde se le permitió replicar (hasta en los menores detalles) una copia perfecta del laboratorio que había en la Residencia de Estudiantes. Allí, hacía, además las biopsias intraoperatorias cerebrales de uno de sus mayores defensores, el profesor Cairns, biopsias que, según sus coetáneos, diagnosticaba en unos 8 minutos. Allí, rodeado de discípulos, consiguió retomar sus investigaciones, e incluso acudía a unas tertulias con otros expatriados como Severo Ochoa, Trueta, Salvador de Madriaga y tantos otros ilustres, pero los bombardeos de Londres le producían una terrible inquietud, hasta que determinó marcharse a otro lugar más seguro.
"La universidad de Oxford le nombró lector, y Doctor Honoris Causa en 1939. En la fiesta que se dio para el nombramiento, acudió el viejo Sherrington, aquel Premio Nobel que ya había acogido tantos años antes a Cajal en su casa y que aprendió español para poder leerle en su idioma. D. Pío quedó conmovido ante amabilidad de Sherrington, que se había desplazado a pesar de sus muchos años, para estar presente en la ceremonia. El nuevo gobierno español, bajo la acusación (falsa) de masón y republicano, protestó por los honores conferidos a D. Pío y le despojó de los cargos y honores que había recibido en España.
"Aunque eran muchos los hospitales y universidades que le hicieron ofertas (Penfield fue de los más insistentes, como después insistió con otro de sus discípulos Isaac Costero, obteniendo al final la colaboración de otro más de los discípulos de D. Pío, Prado Such), escogió la invitación de la Instituto Cultural Español de Buenos Aires, estableciéndose en el Hospital de Santa Lucía, donde, otra vez, se hizo construir un duplicado de laboratorio igual al de su querida Residencia de Estudiantes. Junto a discípulos como Polak, a quien había conocido en Oxford, Prado, Zimman y otros, continuó trabajando y publicando. Nombrado Profesor Extraordinario (y Doctor Honoris Causa) de la Universidad de La Plata, vivió unos pocos años felices (incluso era un contertulio habitual de “La casa de la Troya”, local regentado por un gallego emigrante, tertulia que compartía con otros exiliados como Falla) hasta que, en 1944 él mismo se diagnosticó un tumor maligno en una biopsia uretral. Aún tuvo tiempo y fuerzas para participar en Montevideo en unas jornadas conmemorativas del 10º aniversario del fallecimiento de Cajal, pero su salud se resintió y falleció en Buenos Aires, el 1 de junio. Es cierto que, durante esta última fase de su vida, el gobierno franquista hizo algún discreto contacto para ofrecerle su traslado a España e incluso, tras su negativa, pagarle sus gastos hospitalarios en Argentina. La contestación, sarcástica, de D. Pío, recordando que le habían acusado de robo de material valioso, terminó con aquellos intentos de acercamiento.
"A sus exequias, en las que estuvieron con sus amigos y discípulos, miembros de la intelectualidad científica argentina, francesa, inglesa y de los exiliados españoles, el Gobierno español no envió ninguna representación oficial. Houssay, que poco tiempo después recibiría el Premio Nobel, leyó la necrológica, aprovechando para hacer más un mitin antiperonista que la exaltación del investigador. 41 años después de su fallecimiento, sus restos mortales fueron inhumados en el pabellón de Hombres Ilustres de Valladolid."
Tomamos prestados los párrafos dedicados al Dr. Pío del Río Hortega en el exilio:
"La Guerra Civil española determinó que los bombardeos de la ciudad universitaria pusiesen en peligro las colecciones de preparaciones y los microscopios del laboratorio del Instituto de Oncología que, tras sacar esas partes valiosas en una arriesgada y casi novelesca odisea del propio D. Pío junto con su sobrina Asunción y su amigo Nicolás Gómez, hubo de cerrar él mismo, tanto el laboratorio del Instituto como el de la Residencia de Estudiantes. Junto con el radio que había en el laboratorio del cáncer (un elemento valioso entonces) y con las preparaciones, se trasladó a Valencia, donde el Gobierno de la República se había establecido. Por cierto que ese traslado del radio fue causa de que las tropas franquistas le acusasen del robo del mismo, de la misma forma que se acusó de ese robo en Santander a López Albo (y, otra vez, al mismo D. Pío) que lo había trasladado a Francia, de donde retornó terminada la contienda.
"En 1937 D. Pío se traslada a París y luego al Nuffield Institute de Oxford, donde se le permitió replicar (hasta en los menores detalles) una copia perfecta del laboratorio que había en la Residencia de Estudiantes. Allí, hacía, además las biopsias intraoperatorias cerebrales de uno de sus mayores defensores, el profesor Cairns, biopsias que, según sus coetáneos, diagnosticaba en unos 8 minutos. Allí, rodeado de discípulos, consiguió retomar sus investigaciones, e incluso acudía a unas tertulias con otros expatriados como Severo Ochoa, Trueta, Salvador de Madriaga y tantos otros ilustres, pero los bombardeos de Londres le producían una terrible inquietud, hasta que determinó marcharse a otro lugar más seguro.
"La universidad de Oxford le nombró lector, y Doctor Honoris Causa en 1939. En la fiesta que se dio para el nombramiento, acudió el viejo Sherrington, aquel Premio Nobel que ya había acogido tantos años antes a Cajal en su casa y que aprendió español para poder leerle en su idioma. D. Pío quedó conmovido ante amabilidad de Sherrington, que se había desplazado a pesar de sus muchos años, para estar presente en la ceremonia. El nuevo gobierno español, bajo la acusación (falsa) de masón y republicano, protestó por los honores conferidos a D. Pío y le despojó de los cargos y honores que había recibido en España.
"Aunque eran muchos los hospitales y universidades que le hicieron ofertas (Penfield fue de los más insistentes, como después insistió con otro de sus discípulos Isaac Costero, obteniendo al final la colaboración de otro más de los discípulos de D. Pío, Prado Such), escogió la invitación de la Instituto Cultural Español de Buenos Aires, estableciéndose en el Hospital de Santa Lucía, donde, otra vez, se hizo construir un duplicado de laboratorio igual al de su querida Residencia de Estudiantes. Junto a discípulos como Polak, a quien había conocido en Oxford, Prado, Zimman y otros, continuó trabajando y publicando. Nombrado Profesor Extraordinario (y Doctor Honoris Causa) de la Universidad de La Plata, vivió unos pocos años felices (incluso era un contertulio habitual de “La casa de la Troya”, local regentado por un gallego emigrante, tertulia que compartía con otros exiliados como Falla) hasta que, en 1944 él mismo se diagnosticó un tumor maligno en una biopsia uretral. Aún tuvo tiempo y fuerzas para participar en Montevideo en unas jornadas conmemorativas del 10º aniversario del fallecimiento de Cajal, pero su salud se resintió y falleció en Buenos Aires, el 1 de junio. Es cierto que, durante esta última fase de su vida, el gobierno franquista hizo algún discreto contacto para ofrecerle su traslado a España e incluso, tras su negativa, pagarle sus gastos hospitalarios en Argentina. La contestación, sarcástica, de D. Pío, recordando que le habían acusado de robo de material valioso, terminó con aquellos intentos de acercamiento.
"A sus exequias, en las que estuvieron con sus amigos y discípulos, miembros de la intelectualidad científica argentina, francesa, inglesa y de los exiliados españoles, el Gobierno español no envió ninguna representación oficial. Houssay, que poco tiempo después recibiría el Premio Nobel, leyó la necrológica, aprovechando para hacer más un mitin antiperonista que la exaltación del investigador. 41 años después de su fallecimiento, sus restos mortales fueron inhumados en el pabellón de Hombres Ilustres de Valladolid."
lunes, 1 de junio de 2015
Semblanza del Dr. González-Aguilar y manual escrito de memoria desde el exilio
Dr. Juan Bautista González-Aguilar Peñaranda (Moratalla, Murcia, 1892 - Córdoba, Argentina, 1951).
Licenciado en Medicina en 1918. Tesis: Los resultados de las suturas de los nervios periféricos (Universidad Central de Madrid, 1927). En 1921 alcanza el grado de teniente médico de la Armada y en 1926 es agregado a la Clínica Ortopédica que dirige el Dr. Manuel Bastos en el Hospital de Carabanchel. Sus viajes de estudio son constantes gracias a la confianza que deposita en él la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE), semillero de las personalidades médicas que dieron cuerpo a la Edad de Plata de las Ciencias Españolas, de la que la Casa de Salud Valdecilla fue buque insignia. Ésta se inaugura el año 1929 y el Dr. J. González-Aguilar, con 37 años, es seleccionado como profesor jefe de la Clínica de Huesos y Articulaciones. En Santander despliega una ingente labor clínica, docente y de investigación. Gana por oposición la dirección del Sanatorio de Isla Pedrosa, dedicado a la lucha antituberculosa, que compatibiliza con su actividad en Valdecilla. En 1937, con la toma de las tropas franquistas de la ciudad de Santander, su familia se exilia a Argentina en barco de bandera francesa. En fecha indeterminada lo hace él, probablemente en los primeros meses de 1939.
En 1941 el Dr. J. González-Aguilar es nombrado jefe del Servicio de Tuberculosis Osteoarticular en el Instituto de Tisiología de la Universidad Nacional de Córdoba dirigido por el Dr. Gumersindo Soyago. Fallece en Córdoba, Argentina, en 1952.
En la exposición se ha incluido el manual titulado Patología y clínica general de la tuberculosis del esqueleto. Buenos Aires: El Ateneo; 1940. Según el propio autor confiesa en la introducción, este libro lo escribió de memoria, pues el original con todos los datos que lo alimentaba se había quedado en Santander.
Licenciado en Medicina en 1918. Tesis: Los resultados de las suturas de los nervios periféricos (Universidad Central de Madrid, 1927). En 1921 alcanza el grado de teniente médico de la Armada y en 1926 es agregado a la Clínica Ortopédica que dirige el Dr. Manuel Bastos en el Hospital de Carabanchel. Sus viajes de estudio son constantes gracias a la confianza que deposita en él la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE), semillero de las personalidades médicas que dieron cuerpo a la Edad de Plata de las Ciencias Españolas, de la que la Casa de Salud Valdecilla fue buque insignia. Ésta se inaugura el año 1929 y el Dr. J. González-Aguilar, con 37 años, es seleccionado como profesor jefe de la Clínica de Huesos y Articulaciones. En Santander despliega una ingente labor clínica, docente y de investigación. Gana por oposición la dirección del Sanatorio de Isla Pedrosa, dedicado a la lucha antituberculosa, que compatibiliza con su actividad en Valdecilla. En 1937, con la toma de las tropas franquistas de la ciudad de Santander, su familia se exilia a Argentina en barco de bandera francesa. En fecha indeterminada lo hace él, probablemente en los primeros meses de 1939.
En 1941 el Dr. J. González-Aguilar es nombrado jefe del Servicio de Tuberculosis Osteoarticular en el Instituto de Tisiología de la Universidad Nacional de Córdoba dirigido por el Dr. Gumersindo Soyago. Fallece en Córdoba, Argentina, en 1952.
En la exposición se ha incluido el manual titulado Patología y clínica general de la tuberculosis del esqueleto. Buenos Aires: El Ateneo; 1940. Según el propio autor confiesa en la introducción, este libro lo escribió de memoria, pues el original con todos los datos que lo alimentaba se había quedado en Santander.
La Casa de Salud Valdecilla y la Universidad de Verano de Santander. Entrevista de Mario Corral García a Jesús Ferrer Cayón
Jesús Ferrer Cayón es doctor en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad de Cantabria. Su tesis doctoral lleva por título La instrumentalización política de la cultura durante el primer franquismo: la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y el Festival Internacional de Santander, 1945-1957 (2012). Es autor prolífico y activo promotor de publicaciones dedicadas a la historia cultural de Santander en su contexto nacional y aun internacional. Entre su obras dedicadas a la Universidad Internacional de Verano de Santander (U.I.) y a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) destacan los siguientes títulos: "La universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP): dos Universidades, dos historias (1932-1979)", en VV.AA., Sociedad "El Sitio", Conferencias. Bilbao, 2013, pp. 133-168; Orígenes y creación del Festival Internacional de Santander (1932-1956), Trabajo de Investigación, Universidad de Cantabria, Santander, 2005; "Verano, franquismo y festivales", Cultura/s, 8-VII-2007, pp. 18-19, etc.
El cuestionario que amablemente ha aceptado contestar aclara la relación entre la Casa de Salud Valdecilla, inaugurada en 1929, y la Universidad Internacional de Verano de Santander, vigente de 1933 a 1936.
(1) ¿En qué año nace la Universidad de Verano de Santander?
En 1932, mediante Decreto de fundación fechado el 23 de agosto1, aunque su primer curso no tuvo lugar hasta el verano de 1933.
(2) ¿Quiénes fueron sus promotores?
La Universidad Internacional de Verano de Santander (U. I.) pudo ser realidad en 1933 gracias, fundamentalmente, a dos visionarios españoles: el profesor y poeta Pedro Salinas y el intelectual y político Fernando de los Ríos. “¿Es posible que aquel proyecto mío haya sido realidad?”, se preguntaba Pedro Salinas en una carta que envió (al término del estío de 1933) a la profesora estadounidense Katherine Whitmore, en la que continuaba diciendo: “Me he acordado de una tarde de junio, 1932, en la Sierra de Guadarrama. Cinco personas sentadas en la yerba a la sombra de los pinos. Una de ellas el Ministro. (…) Y yo leyendo una hoja de papel, en la que cabía todo el proyecto de la U[niversidad] I[nternacional]”2.
(3) ¿En qué contexto nace?
En el contexto nacional de la Segunda República y en el internacional de la época de entreguerras.
La U. I. no puede entenderse sin la pretensión internacionalista perseguida por la Segunda República desde su proclamación en 1931. España, como había indicado lúcidamente Salvador de Madariaga –Embajador en París y Delegado español en la Sociedad de Naciones-, tenía en su cultura el único elemento que le podía reportar “en el Mundo un rango de potencia de primer orden, si no de gran potencia”3. La U. I. fue, en este sentido, la realización republicana por antonomasia, el proyecto cultural en el que aquel nuevo régimen depositó sus esperanzas para la consecución de tamaño anhelo. En palabras de Pedro Salinas, “la concepción más grande del actual régimen”4. El ministro socialista Fernando de los Ríos, en un discurso pronunciado en el Instituto General y Técnico de Santander, confesaba que este “órgano universitario” estaba llamado a ser “un símbolo de la nueva España”5. Y en el preámbulo del Decreto fundacional -una declaración de intenciones en toda regla-, se afirmaba que “España, en este momento de renacer profundo, a más de fomentar, como lo hace con todo empeño, sus Centros de investigación, puede y deber crear alguna institución que satisfaga exigencias, no sólo nacionales, sino de más vasto horizonte”6. La U. I. nació entroncada en la tradición intelectual principiada por la Institución Libre de Enseñanza (ILE, 1876) y continuada por el Centro de Estudios Históricos (CEH, 1910), organismo del que acabó siendo (dada la ruptura científico-cultural que supuso la Guerra Civil) su ramificación institucional última7, y por la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE, 1907)8, gestada para becar al extranjero a estudiantes de postgrado a fin de que completaran su formación científica y regresaran de nuevo a España, es decir, justo al revés de lo que la recién nacida República pretendió al crear la U. I., a saber: atraer todos los veranos a una selección de los profesores y científicos más destacados en las diversas disciplinas para que compartieran sus hallazgos y enseñanzas con un grupo también selecto de docentes y discentes españoles compuesto por entre dos y tres centenares de miembros.
En el plano internacional, la U. I. era heredera de la tradición de pensamiento liberal-europea, a la vez que promotora de una concepción jurídico-política internacionalista, tal y como señaló el ministro Fernando de los Ríos en su discurso de inauguración:
“(…) ¡Ah, si los españoles meditasen, como debieran hacerlo, sobre el contenido de su historia! Allá a mediados del siglo XVII tiene lugar en Westfalia el primer acto internacional, del cual nació el moderno Derecho internacional. Pero España no estaba en Westfalia. Westfalia representaba una concepción internacional de plenitud para las soberanías nacionales y significaba la falta de sentido y conocimiento de la solidaridad humana.
Ya el pensamiento español, finalizado el siglo XVI, había afirmado que el sentido internacional había de ser otro. Y este espíritu internacional nuevo lo representaba Francisco de Vitoria y Suárez. Este pensamiento es el que está prendiendo hoy en Europa, singularmente para llevarle a un plano de realizaciones. Es decir, no meramente mantener un pluralismo incoordinado, sino la coordinación por base y fin de esta unidad plural que se llama mundo moderno. Esa es la aspiración de España; eso es lo que hoy representa España en el mundo internacional; eso es lo que queremos expresar en el orden de las relaciones culturales por la Universidad de Santander: traer a los hombres que se destacan en el pensamiento puro, sea poético, sea filosófico, sea en el plano de las ciencias aplicadas o de las ciencias teoréticas”9.
Una aspiración que se comprende mejor dentro del contexto político resultante de la I Guerra Mundial10, en el que la cooperación intelectual fue concebida como un aspecto clave en las relaciones entre los distintos países. Así lo acredita la creación de la “Sociedad de Naciones” (SDN, 1919), un organismo compuesto por 45 países, cuyo objetivo primordial era el de “hacer posible una seguridad colectiva que garantizase la integridad de todos los Estados” y en cuyo seno surgieron: la Oficina Internacional de Educación (1925), primera entidad intergubernamental en el campo educativo, y el Instituto Internacional de Cooperación Intelectual (IIIC, 1926), entidad que precisamente tomaría parte en el Comité de Estudios encargado de diseñar el programa académico del Curso de 1936 de la U. I., cuya primera edición se había desarrollado en 1933, año en que no por casualidad se celebraron los “Encuentros de Madrid” del IIIC en los que fue formulada la siguiente declaración oficial:
“El porvenir de la cultura, incluso dentro de las unidades nacionales, está eminentemente relacionado con el desarrollo de sus elementos universales que, a su vez, dependen de una organización de la humanidad como unidad moral y jurídica (...). Del intercambio de ideas entre los pensadores modernos debe surgir la verdad que ayudará al mundo a superar la crisis espiritual que atraviesa”11.
El Gobierno republicano había concebido la U. I. en plena sintonía con semejantes aspiraciones, al objeto de situar a España en la vanguardia del uso de la cultura y del intelecto como la vía para garantizar el entendimiento y la convivencia pacífica de los pueblos12. Una pretensión que constataron profesores como Emil Utitz (Universidad de Praga), para quien la U. I. representaba en Europa “el más noble de los esfuerzos por restablecer la concordia espiritual, de que tan necesitados estamos en estos momentos. Concordia espiritual que ha de lograrse mediante el contacto efectivo de los profesores de las diversas nacionalidades europeas”13; o como Johan Huizinga (Universidad de Leyden), para quien “el internacionalismo que se profesaba en la U. I. era de un orden tan práctico como elevado, era el anhelo de todo lo que une a las naciones entre ellas, si bien salvando sus peculiaridades individuales”14.
(4) ¿Existían precedentes en Cantabria?
Sí, ya que según el ministro socialista Fernando de los Ríos, “Santander tenía órganos que hacían posible la Universidad Internacional y un largo proceso de sensibilidad cultural”15. Efectivamente, Santander, aún careciendo de Universidad, contaba en su haber con un poso cultural de referencia: en el ámbito científico, Augusto González de Linares (1845-1904) había fundado en 1886 la Estación Marítima de Zoología y Botánica Experimentales, es decir, el primer laboratorio de España dedicado al estudio del mar, y, la filantropía del indiano Ramón Pelayo de la Torriente (1850-1932) había hecho posible en 1929 la inauguración de la Casa de Salud Valdecilla, concebida con una orientación hospitalaria predestinada a triunfar en el futuro y con una marcada vocación investigadora y docente, como lo prueban los cursos especiales para médicos y alumnos de últimos cursos de Medicina que desde 1930 organizaba en época estival16; en el ámbito humanístico, el erudito santanderino Marcelino Menéndez Pelayo (1856-1912) había legado a la ciudad su excepcional biblioteca -compuesta de 40.000 volúmenes-, a la que desde 1921 acudían estudiantes extranjeros interesados en el aprendizaje del idioma y la cultura españolas17. Un fenómeno este en el que también había resultado decisiva la creación de la Sociedad Menéndez Pelayo (SMP, 1918) y de su Boletín (1919), en cuanto plataformas promotoras de la citada Biblioteca (BMP, 1915), la cual contaba desde sus inicios con la acertada dirección de Miguel Artigas, quien, con motivo de los Cursos de Verano para Extranjeros, había llegado a entablar relaciones institucionales con las Universidades de Berkeley (1919), Liverpool (1921), Hamburgo (1926), Missouri (1927) y Valladolid (1928)18.
Ahora bien, el factor que resultó indudablemente más determinante fue el de las extraordinarias condiciones naturales (belleza del paisaje y clima estival moderado) de Santander y su posición estratégica en la terraza cantábrica peninsular. El propio ministro fundador lo destacó en una entrevista al referirse así al proyecto de la U. I.:
“(…) Santander ofrece para esta obra una situación excepcional, ya que se cuenta con la biblioteca Menéndez Pelayo, la Fundación Valdecilla y la estación de Biología marina y, sobre todo, la situación excepcional de la ciudad, tan atractiva geográficamente. Las posibilidades que ofrece el clima, el sitio y aquellos elementos complementarios de los que le hablo, así como la proximidad del Museo prehistórico que se ha de hacer en Santillana del Mar, son una base inapreciable para el desarrollo eficiente de esta iniciativa”19.
A los elementos ya expuestos, se le unía otro no menos importante, a saber, la orfandad estival regia de la ciudad. El Palacio de la Magdalena se había quedado sin función una vez exiliada la familia real, recuérdese, el principal activo del concurrido y distinguido veraneo santanderino. El Gobierno republicano decidió entonces reconvertir, mediante unas pequeñas reformas, dicho complejo regio en la sede de la U. I., devolviéndoselo a modo de bien sociocultural a los ciudadanos montañeses, quiénes lo habían financiado por suscripción popular para regalárselo en 1912 a los reyes Victoria Eugenia y Alfonso XIII20.
(5) ¿Existían iniciativas paralelas en Cantabria?
En el plano de la docencia estival, Santander contaba con los Cursos de Verano para Extranjeros de la Sociedad Menéndez Pelayo, creados en 1925, y los Cursos de Verano de la Universidad de Valladolid, fundados en 1928 en el Colegio Mayor Universitario de la capital montañesa y destinados a estudiantes españoles que desearan aprender lenguas modernas y estudiar otras disciplinas. Pero debe aclararse que la Universidad Internacional de Verano de Santander (U. I.) fue un proyecto de otra naturaleza, mucho más ambicioso y vinculado a la tarea investigadora y a los Cursos para Extranjeros que desde 1915 comenzaron a organizarse en el madrileño Centro de Estudios Históricos, cuyo director, Ramón Menéndez Pidal, no por casualidad fue el primer rector de la U. I.
En 1933, Santander fue también la ciudad escogida por la Iglesia católica para instalar su particular respuesta al singular proyecto universitario republicano: los Cursos de Verano Católicos, los cuales, ideados por Ángel Herrera Oria -entonces abogado del Estado, periodista y dirigente laical de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNP)- como “un elemento más de la ofensiva cultural del catolicismo tradicionalista, como la alternativa confesional a la U. I. -pública, laica y condescendiente con la modernidad-”21, supusieron uno de los primeros ensayos prácticos de la, tan anhelada por la Iglesia, Universidad Católica permanente, a la par que el precedente directo de la Universidad Internacional “Menéndez Pelayo”, es decir, la nueva Universidad Internacional que en 1945 decidiría crear la dictadura del general Franco, en consonancia con los dogmáticos postulados del catolicismo ultramontano.
La programación en 1933 (el mismo año en que empezaba su andadura la U. I.) de estos “Cursos de Verano” en el Colegio Cántabro de Santander, organizados por la Junta Central de Acción Católica en colaboración con el Obispado y la Asociación Católica de Padres de Familia de dicha ciudad, no fue fruto de la casualidad. Estos Cursos habían sido iniciativa de la ACNP22 y, aunque inicialmente nacían con “el fin principal de instruir a un grupo selecto de jóvenes sobre cultura eclesiástica”23, enseguida supusieron un intento serio de convertirse en “una Universidad Católica análoga a las que funcionan en muchos países de Europa y América”24 y que, a modo de alternativa, contrarrestase la modernidad secularizadora de la que la U. I. era flamante exponente en el ámbito de la enseñanza superior y de la ciencia españolas25. El titular y subtitular de El Diario Montañés –periódico local de filiación católica- no dejaban lugar a dudas: “La Universidad Católica de Verano promete ser una de las actividades culturales más importantes de Santander”26. Ya en el interior, se informaba del acto de inauguración de la Universidad y de tres de los cursos (sobre “Liturgia”, “Economía Social” y “Francisco de Vitoria”), en un tono que permitía intuir la línea ideológica de los organizadores:
“(…) Sobre el horizonte se atisban realmente indicios fúlgidos de alborada. Se está desvaneciendo el caos ideológico y moral producido por la invasión pagana del Renacimiento. El individualismo filosófico y social son ya quiebra absoluta. Sus prohijaciones inmediatas: el capitalismo y el marxismo, trasponen rápidamente las cumbres del espíritu. Mientras, el Catolicismo, faro perenne de la Humanidad, empieza a destellar de nuevo sobre las mentes los haces luminosos que la Resurrección hubo de verter sobre los montículos de Palestina”27.
(6) ¿Qué papel jugó la Casa de Salud Valdecilla en el nacimiento de la Universidad Internacional de Verano de Santander?
Resultó fundamental, ya que los contenidos impartidos en la U. I. fueron articulados dentro una estructura académica que, diseñada por Ortega y Gasset y Xavier Zubiri (miembros del Comité de Estudios de la U. I.), estaba compuesta de una “reunión científica”, una docena de “cursos universitarios (generales y específicos)”, una serie de “cursos especiales de la Casa de Salud Valdecilla”, cuatro “cursos de Humanidades Modernas (civilizaciones francesa, italiana, inglesa y alemana) y el “curso para Extranjeros” que se venía impartiendo en la Sociedad Menéndez Pelayo.
Los cursos especiales de la Casa de Salud Valdecilla se venían impartiendo en el Instituto Médico de Postgraduados del propio centro hospitalario (dedicado a facilitar la especialización médica) desde hacía tres años, y el Comité de Estudios, con acertadísimo criterio, decidió incluirlos bajo su patrocinio en la programación general de la U. I., pues se trataba de uno de los centros hospitalarios de mayor prestigio de España, tanto en lo relativo a la asistencia médica como en la formación de especialistas (Valdecilla incluía también una Escuela de Enfermeras, reconocida oficialmente por el Ministerio de Instrucción Pública e incorporada a la Universidad de Valladolid), que además había resultado determinante, junto a la Biblioteca Menéndez Pelayo y la Estación Marítima de Zoología y Botánica Experimentales, a la hora de fijar por parte del Ministerio de Instrucción Pública la sede de la U. I. en Santander, tal y como lo confesaban insistentemente el ministro socialista Fernando de los Ríos y el ideólogo del proyecto Pedro Salinas. La colaboración estrecha entre ambas instituciones hizo que los Cursos de especialización ganaran en importancia y, entre el 10 de julio y el 2 de septiembre de 1933, doctores de la talla de Marañón, Río Hortega, Jiménez Díaz, Isidro de la Villa, Bañuelos, Pi y Suñer conformaron, junto a los M. H. Roger, Aschoff, Thannhauser y Nicola Pende, y a las figuras del propio centro hospitalario como Díaz Caneja -entonces director-, Téllez Plasencia o J. Lamelas, entre otros, un plantel docente de campanillas. Los criterios que guiaban la elaboración de la programación de aquellos cursos eran dos: revisar los temas de mayor interés para la Ciencia Médica presente y potenciar el aprovechamiento de los medios técnicos excepcionales con los que Valdecilla había sido dotada. El curso “Anatomía patológica de tumores” impartido por el doctor Pío del Río Hortera, director del Instituto Nacional de Oncología de Madrid, es un buen ejemplo que ilustra el espíritu visionario que envolvió aquel tipo de enseñanzas28.
(7) ¿Y qué papel en su desarrollo?
Fundamental, ya que los “Cursos especiales de la Casa de Salud Valdecilla” estuvieron destinados a especialistas afanados en profundizar en ramas específicas (Anatomía patológica, Hematología clínica, Bacteriología clínica, Histopatología cutánea, Estomatología, Obstetricia, Cardiología, Ginecología, Neurología y Psiquiatría, Otorrinolaringología, Fisiología experimental, Dietética y trastornos nutritivos de la primera infancia, Bioquímica del metabolismo, Urología, etc.) de la Ciencia Médica. Cursos que además fueron de las pocas actividades científicas de la Universidad Internacional de Verano de Santander (U. I.) que tuvieron continuidad en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) creada en 1945 en el franquismo. Valdecilla siempre estuvo presente en la UIMP y contribuyó no poco a dotarla de prestigio científico, ya que a sus Cursos solían acudir docentes extranjeros que resultaron determinantes en el futuro de muchos profesionales. Testimonios como el expresado en fechas recientes por el eminente cardiólogo Valentín Fuster, así lo avalan: “Soy investigador gracias a Santander. Cuando terminé la carrera en 1960, acabé frustrado por la educación, ya que no recibí ningún estímulo por la investigación. Entonces obtuve una beca para asistir a un curso en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y en una sesión de neurología recobré el estímulo suficiente para irme fuera [de España]”29. Además, Valdecilla sigue estando presente en las programaciones académicas de la UIMP.
(8) ¿Hubo una Universidad de Invierno o al menos se planteó su creación?
No la hubo pero sí se planteó desde las páginas de Economía Montañesa (nº 52, marzo de 1952), el Boletín de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Santander, en donde podía leerse un editorial con su correspondiente artículo en el que, bajo el pretexto de exponer con detalle el proyecto para la construcción de una Ciudad Universitaria que sirviera de residencia definitiva de la UIMP en Las Llamas, zona virgen “próxima a la Segunda Playa del Sardinero, que limitaba al sur con la Avenida de los Castros”30, se planteaba abiertamente la posibilidad de que la Universidad “ampliase su vida activa extendiéndola también a los meses de invierno”, en virtud de “las ventajas que en el orden estrictamente económico reportaría para Santander”31.
Aunque no fue hasta la entrada en funcionamiento en 1966 de la Escuela Técnica Superior (ETS) de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, cuando Cantabria (entonces Provincia de Santander) se incorporó al mundo universitario español, pues el origen de dicho centro estuvo ligado al proceso que culminó en 1972 con la creación del distrito universitario santanderino y, por ende, de la Universidad de Santander (US) -Decreto 2.556/1972 del 18 de agosto, publicado en el BOE el 30 de septiembre-.
(9) ¿Cómo afectó el golpe de estado de 1936 a la Universidad de Verano de Santander?
En palabras de Julián Marías, la U. I. acabó sus días “(…) barrida por el viento siniestro de la Guerra Civil, cuando apenas había pasado de ser un ensayo y una promesa”32.
La U. I. tuvo una corta pero intensa vida: 1933 y 1936 acotan cronológicamente las cuatro convocatorias universitarias estivales que ésta institución científico-cultural pudo celebrar, la última de las cuales tuvo como telón de fondo el fracaso del golpe de estado franquista y el estallido de la Guerra Civil. Era el tiempo en que en Europa, como describió el que fuera uno de los secretarios adjuntos de Pedro Salinas y eminente jurista, Emilio Gómez Orbaneja, “nuevos nacionalismos –pero con viejos y acrecentados rencores- apuntaban ya amenazas que nadie hubiera podido todavía medir”33. Y la U. I., impregnada de la libertad y el humanismo que desde comienzos de siglo venía sembrando con tanta generosidad en nuestro país la JAE, a juicio de Orbaneja, “ofreció a hombres eminentes de muchos países una libertad en el intercambio de la cultura que no había de durar”34.
Un relato que permite conocer lo acaecido aquel fatídico estío en las aulas de La Magdalena, puede leer El fin de una gran esperanza. 1936: El último curso en la Universidad Internacional de Verano de Santander, de Augusto Pérez-Vitoria, discípulo del reputado Enrique Moles y último catedrático de Ciencias Químicas antes de la guerra civil.
(10) ¿Qué pasó con los alumnos embolsados?
Sabemos que José María Corbín Ferrer, Guillermo García Leal de Ibarra, Emilio García Pérez, César González Tejerina, José Luís Martín García de Castro y Vicente Vallejo Angulo, estudiantes del último curso de la U. I., murieron en el Alfonso Pérez, el buque-prisión que las fuerzas leales a la República tuvieron fondeado en la bahía de Santander al que fueron a parar dichos alumnos al finalizar el Curso de 1936 debido a sus repetidas manifestaciones públicas de simpatía al general Franco. Estos chicos fueron asesinados, entre centenar y medio de víctimas más, como venganza al bombardeo indiscriminado que la aviación franquista había efectuado el 27 de diciembre de 1936 sobre barrios obreros de Santander causando sesenta muertos (una suerte de “Guernica” de la capital montañesa del que apenas se habla).
Además del referido testimonio de Pérez-Vitoria, contamos con el Informe que el entonces rector de la U. I., Blas Cabrera Felipe, presentó ante Lequerica, el Embajador de España en París, con el fin de esclarecer lo acaecido aquel fatídico verano en La Magdalena. En dicho Informe, que se halla en el “Expediente de depuración de Blas Cabrera Felipe”, en el Archivo General de la Administración (AGA), Sección de Educación (cuando yo lo consulté estaba pendiente de catalogar), Cabrera cuenta como organizó la expedición de evacuación de La Magdalena, coincidiendo con el final de aquel Curso el 4 de septiembre de 1936, ya que la ubicación peninsular de la U. I. y las gestiones del rector con las autoridades republicanas les había permitido permanecer aislados y libres de la espiral de violencia que todo enfrentamiento civil acarrea.
Cabrera también relató en una carta a Ortega y Gasset lo sucedido con los chicos tristemente asesinados:
“(…) a la media hora de que yo terminase la acostumbrada conferencia de fin de curso se presentó la policía para hacer un registro en las habitaciones de dichos muchachos, a quienes se llevaron diciendo que había encontrado documentos o insignias que comprobaban su condición de fascistas. Algo debía existir porque algún compañero después me trajo otras cosas que ellos habían encontrado en un registro posterior para evitar que aparecieran en otro oficial. Inmediatamente fuimos Gaos y yo a interceder por ellos quitando importancia a la acusación. No tuvimos éxito completo, pero se nos dijo que elevásemos un recurso a una especie de tribunal de amparo que se había constituido para devolver la libertad a los detenidos por una equivocación. De acuerdo con el fiscal Gaos redactó el recurso que firmé yo y me parece que también él, naturalmente exculpando a los chicos y respondiendo de ellos hasta donde era posible. Se reunió el referido tribunal y se denegó la excarcelación, diciéndonos que el juicio definitivo se celebraría cuando le tocara el turno, que no sería antes de algunas semanas. Si esperábamos, a más que agotar los recursos de que disponíamos para el viaje, exponíamos a las 130 personas que saldrían con nosotros a descalabros parejos pues existían muchos que podrían ser acusados con igual motivo. Yo no creí que podía hacer esto, aunque de hecho mi misión de Rector había acabado. (…)”35.
Fernando Chueca Goitia, alumno de aquella fatídica U. I., también dejó su testimonio en su libro de memorias, al igual que Jaime Salinas, hijo del poeta, en Travesías.
En lo concerniente a los profesores y estudiantes extranjeros, la mayoría habían sido evacuados en barcos y submarinos de guerra de diversas naciones.
(11) ¿Cuándo se retomaron los cursos?
En 1938, en plena Guerra Civil, la Sociedad Menéndez Pelayo (SMP), bajo patrocinio del Ministerio de Educación Nacional del bando sublevado y golpista del general Franco, convocó de nuevo un Curso de Verano para Extranjeros en Santander, dando comienzo así a una “nueva época” que, protagonizada por el Movimiento Nacional, recuperaba una arraigada tradición en la capital montañesa36. Esta iniciativa de talante tradicionalista y católico cristalizaría en 1945 con la creación de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, un proyecto franquista completamente divergente al de la primigenia U. I., pues sus antecedentes se encontraban en la pretendida Universidad Católica que había ideado Ángel Herrera Oria; es decir, en los Cursos de Verano del Colegio Cántabro de Santander que la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNP) había organizado entre 1933 y 1936 con el fin de contrarrestar la actividad modernizado y progresista de la U. I.37.
(12) ¿Dónde y por cuánto tiempo?
Los “Cursos para Extranjeros” en Santander del Ministerio de Educación Nacional, bajo el patronato de la Sociedad Menéndez Pelayo, se desarrollaron entre los años 1938 y 1946, ambos inclusive, pues aunque el Decreto de creación de la Universidad Internacional “Menéndez Pelayo” (UIMP) fue publicado el 10 de noviembre de 1945, ésta como tal no comenzó a funcionar a efectos reales hasta el verano de 1947.
(13) ¿Qué nombre adoptó el proyecto tras la guerra?
Carece de precisión histórica continuar considerando a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) como si de una única Universidad se tratara. La UIMP, así rebautizada por el franquismo en 1945, fue una refundación de la primigenia Universidad Internacional de Verano de Santander (U. I.)38, fundada39 en 1932 por el primer Gobierno de la II República (el de la Conjunción Republicano-Socialista). Ambos centros, la U. I. y la UIMP, eran herederos de dos planteamientos pedagógicos entroncados en sendas tradiciones de pensamiento antagónicas: la liberal-europea y laica y la conservadora-nacional y católica, respectivamente40. Además de responder a objetivos político-estatales completamente divergentes, pues mientras que la U. I. fue ideada para integrar de nuevo a España en el panorama científico internacional y en la vida cultural europea, la UIMP, en cambio, lo fue para contrarrestar el aislamiento diplomático que sobre la dictadura del general Franco pesaba desde que acabara la II Guerra Mundial.
En palabras del profesor Ortega Valcárcel, el Decreto de creación de la UIMP era:
“un remedo del que dio origen a la Universidad de la República: vaciaba de contenido los objetivos con que aquella había nacido, introducía el condicionamiento ideológico de una cultura entendida desde la óptica nacionalista, establecía limitaciones intelectuales acordes con los presupuestos del nuevo Estado, pero significaba, a la postre, el mantenimiento de un lugar prestigiado en el que, se mantenía el contacto temporal con algunos representantes de la cultura moderna internacional”41.
Representantes que, en su mayoría, provinieron del ámbito del catolicismo conservador europeo y latinoamericano. La UIMP, por tanto, fue una creación genuina del franquismo y no una recreación42 de la U. I., sino de los mentados Cursos de Verano Católicos del Colegio Cántabro. Es en estos -y no en la U. I.- donde se halla la prehistoria de la UIMP. De hecho, su creador, Herrera Oria, reconoció abiertamente su implicación en la puesta en marcha de la UIMP tras un viaje suyo por Italia, Suiza y Portugal, efectuado en 194543.
(14) ¿Existe buena bibliografía sobre la universidad de Verano de Santander o todavía queda mucho por hacer?
Existe una bibliografía bastante considerable aunque muy desigual en cuanto a su tipología y calidad se refiere. La UIMP, como la mayoría de las instituciones culturales españolas, tiene todavía pendiente de publicar una investigación en la que analiza el significado de la Institución desde el punto de vista histórico (atendiendo a su organigrama y contenidos), ya que la mayor parte de los estudios publicados tienden más al tratamiento en forma de crónica, a una sucesión de hechos y relatos presentados de manera más o menos ordenada y sin analizar dentro de su contexto. En esta tarea estuve trabajando entre los años 2006 y 2012, fruto de un convenio de investigación que firmaron la UIMP y la UC, y de posteriores trabajos de investigación que continué realizando para la UIMP por cuenta propia. El resultado fue La UIMP (1932-1979): Ciencia, cultura y vida intelectual en España, trabajo de algo más de setecientas páginas que, por motivos ajenos a mi voluntad y que desconozco, el actual rector de la UIMP decidió no publicarlo, pero que yo debo hacerlo en un futuro próximo.
BIBLIOGRAFÍA
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-SAIZ VIADERO, José Ramón: “Correspondencia inédita entre Salinas y Lastra: la Universidad Internacional de Santander”, Historias de Cantabria, 7 (1994), pp. 111 y 114.
-U. I. Revista de los Estudiantes de la Universidad Internacional de Verano de Santander (Santander), 1 (1933).
-VALBUENA MORÁN, Celia y MADARIAGA DE LA CAMPA, Benito: García Lorca, La Barraca y el Grupo Literario del 27, UIMP, Santander, 1999 y García Lorca, La Barraca y el Grupo Literario del 27, UIMP, Santander, 2008.
-VV.AA.: La Reina Victoria Eugenia y el Palacio de la Magdalena, Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Santander, 2011.
-VV.AA.: La Universidad Internacional de Verano de Santander en seis testimonios personales (1932-1936), introducción y selección de Antonio Lago Carballo, UIMP, Santander, 2008.
-VV.AA.: La Universidad Internacional Menéndez Pelayo en la historia intelectual del siglo XX, UIMP, Santander, 2003.
-VV.AA.: Memoria de un sueño compartido: La Universidad Internacional de Verano en Santander en su 75 aniversario (Ramón Menéndez Pidal, Blas Cabrera, Pedro Salinas, Emilio Gómez Orbaneja, José Gaos), UIMP, Santander, 2010.
-VV.AA.: Mujeres con voz. Voces desde el silencio. Una historia necesaria de la UIMP, UIMP, Santander, 2010.
-VV.AA.: Palacio Real de la Magdalena. Un Palacio para Santander, Ayuntamiento de Santander, 1994.
-VV.AA.: Rehabilitación Palacio de la Magdalena de Santander, Dragados y Construcciones, S. A., Santander, 1995.
-VV.AA.: Santander y la vanguardia (1900-1960). Curso de Arte, Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Santander, 1977.
NOTAS
1 Gaceta, 24-VIII-1932, disponible en versión digital en: (www.boe.es), “Gazeta (Histórico del BOE)”, páginas (TIFF): [A01429], [A01430] y [A01431]. El Decreto fue ratificado por Ley el 5 de julio de 1933, cuando ya estaba funcionando la Institución. Ibídem, páginas (TIFF): [A00234] y [A00235]. El Decreto también puede consultarse íntegramente en Madariaga de la Campa y Valbuena Morán, La Universidad Internacional…, 1999, pp. 217-221.
2 BOU, Enric: Pedro Salinas. Cartas a Katherine Whitmore. El epistolario secreto del gran poeta del amor, Tusquets, Barcelona, 2002, p. 224.
3 Informe sobre política exterior, realizado por Madariaga en 1932 a petición del Ministro de Estado. Citado por: Delgado Gómez-Escalonilla, Imperio de papel..., 1992, p. 35.
4 DEL RÍO SAINZ, José: “Aire de la calle. Anticipación de la Universidad de Verano”, La Voz de Cantabria, 3-II-1933, p. 1, citado en Madariaga de la Campa, Santander y la..., 1983, p. 81.
5 El Cantábrico, 2-VIII-1932, pp. 1 y 2, citado en Madariaga de la Campa y Valbuena Morán, La Universidad Internacional…, 1999, p. 228.
6 Gaceta, 24-VIII-1932 (disponible en versión digital en: (www.boe.es), “Gazeta (Histórico del BOE)”, páginas (TIFF): A01429, A01430 y A01431. También puede consultarse íntegramente en Madariaga de la Campa y Valbuena Morán, La Universidad Internacional…, 1999, pp. 217-221.
7 No se olvide que del CEH, institución creada para el desarrollo de los estudios humanísticos (Historia, Filología, Arte, Filosofía y Derecho), dependieron otros centros culturales además de la U. I. y que, no por casualidad, Ramón Menéndez Pidal, presidente del CEH, fue también el primer rector de la U. I.
8 La JAE fue creada para el desarrollo de las ciencias experimentales y las ciencias aplicadas.
9 Discurso de inauguración de Fernando de los Ríos. MADARIAGA DE LA CAMPA, Benito y VALBUENA MORÁN, Celia: La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (1932-1936), UIMP, Santander, 1999, pp. 238-239.
10 Téngase en cuenta que la I Guerra Mundial afectó a todas las potencias mundiales (desaparecieron estados y se crearon otros nuevos) y que tuvo un enorme impacto psicológico (10 millones de muertos), en la retaguardia y entre la población civil europea pues, no en vano, muchas de las enfermedades psiquiátricas modernas tienen su origen principal en los trastornos sufridos por los supervivientes (mutilados y excombatientes) y en la posterior transmisión de los mismos a sus descendientes.
11 “Cooperación intelectual: Discusión general”, Diario oficial (suplemento especial), Sociedad de Naciones, Ginebra, 1933, citado por MATTELART, Armand: “Del humanismo universalista al proyecto global. Función geopolítica de la cultura”, en (http://www.infoamerica.org/teoria_articulos/mattelart1.htm) y en Le Monde Diplomatique en español, octubre de 2001.
12 Salvador de Madariaga impartió en 1934 en la U. I. dos conferencias sobre la “Sociedad de las Naciones”. La Universidad Internacional de Verano en Santander, Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes/Patronato de la Universidad Internacional de Verano en Santander, Madrid, 1935, p. 36.
13 Declaraciones del profesor Utitz, asistente a la U. I., al diario El Cantábrico, 22-VIII-1934, citado en La Universidad Internacional…, 1935, p. 64.
14 Nieto Pena, “Opiniones sobre la…”, El Cantábrico, 6-IX-1934, p. 1, citado en Madariaga de la Campa, La Universidad de…, 1981, p. 318.
15 Palabras extraídas del discurso pronunciado por Fernando de los Ríos en el Instituto General y Técnico de Santander, durante su visita a la ciudad. El Cantábrico, 2-VIII-1932, pp. 1-2, citado en Madariaga de la Campa y Valbuena Morán, La Universidad Internacional…, 1999, p. 226.
16 Cursos de Verano, 1934, V Año, Casa de Salud Valdecilla/Instituto Médico de Post-gradudados, Santander, 1934, pp. 5-8.
17 Anótese que, antes de la I Guerra Mundial, The Teacher’s Guild -una asociación de profesores de Gran Bretaña e Irlanda- había impartido un curso de vacaciones en la capital montañesa entre 1900 y 1914.
18 Un vicerrector de la Universidad de Valladolid llegó a anunciar en 1929 la existencia de un proyecto de carácter estatal llamado a hacer de Santander la “ciudad universitaria del verano” de “España entera”. Colegio Mayor de Santander. Segundo Curso. Verano de 1929, Universidad de Valladolid, 1929, p. 26.
19 “Los grandes temas de la cultura nacional (Don Fernando de los Ríos habla a los lectores de El Sol de los planes que tiene en estudio: colaboración cultural con Francia, una Universidad Internacional en Santander y el inventario de la riqueza artística española; otros problemas)”, El Sol, 19-VII-1932, p. 1.
20 Un Palacio cuya similitud con la estética inglesa, a juicio del historiador Javier Tusell, además del consabido propósito de contentar a la reina Victoria Eugenia, refleja un mayor grado de identificación de España con el mundo europeo latente en el espíritu de aquella generación intelectual peninsular. En definitiva un “símbolo y testimonio a un mismo tiempo del proceso modernizador español”, debido a que fue “Centro estival de la política primero, y la cultura después, nacionales”. TUSELL, Javier: “El Palacio de la Magdalena, Centro estival de la política y cultura españolas”, en VV.AA., Rehabilitación Palacio de..., 1995, pp. 2-5.
21 COROMINAS, Jordi y VICENS, Joan Albert: Xavier Zubiri. La soledad sonora, Taurus, Madrid, 2006, p. 306.
22 Herrera Oria, en su discurso pronunciado en la Asamblea de la ACNP celebrada en Santander el 8 de septiembre de 1935, afirmó: “(…) de los cursos de verano, que aunque no son de la Asociación [ACNP], sino de la Junta Central de A. Católica, han nacido en relación con ella [la ACNP]”. HERRERA ORIA, Ángel y GUTIÉRREZ GARCÍA, José Luís: Intervenciones orales en la Asociación Católica de Propagandistas. Obras Completas, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 2006, vol. VII, p. 516.
23 Carta enviada por Ángel Herrera Oria al Padre Justo Pérez de Urbel, el 8 de abril de 1933, para invitarle a la cátedra de Liturgia de los Cursos de Verano del Colegio Cántabro de Santander, en GARRIDO BONAÑO, Manuel: Fray Justo y los hombres de su tiempo, Abadía de la Santa Cruz, Madrid, 1983, p. 81. Por su parte, Pérez de Urbel (1895-1979) –“Fray Justo”- pertenecía a la Orden Benedictina y entre los años 1931 y 1936, debido a su condición de colaborador estrecho de Herrera Oria, desarrolló una actividad muy intensa para la ACNP. Su destacado perfil intelectual –historiador, gran conocedor de lenguas antiguas y modernas, investigador, escritor y conferenciante- le permitió mantener frecuentes relaciones con personajes destacados de la cultura española como Ramón Menéndez Pidal, Dámaso Alonso, Manuel de Falla, Gregorio Marañón, Rafael Alberti, Claudio Sánchez Albornoz o Gerardo Diego, entre otros. Ibídem, pp. 5-16.
24 Ibídem, p. 82.
25 El 27 de noviembre de 1933, apenas tres meses después de los primeros Cursos de Verano católicos en el Colegio Cántabro, Herrera Oria envía una carta al Padre Justo en la que, además de informarle del visto bueno dado por la Conferencia de Reverendísimos Metropolitanos al proyecto presentado por la Junta Central de Acción Católica para la creación de una Universidad Católica en España, le invita a formar parte de la Comisión Académica que se encargará de organizar las Facultades de Filosofía y Teología, y le cita a la primera reunión que tendrá el 4 de diciembre. Posteriormente, los días 18 y 19 de enero de 1934, Herrera Oria envía sendas cartas al Padre Justo con documentos referentes a la proyectada Universidad Católica. Su implicación en el proyecto fue grande ya que, unos días antes de estas misivas, Alberto Martín Artajo, Secretario General de dicha Junta Central y también estrecho colaborador de Herrera Oria, le había expresado –carta fechada el 11 de enero- el deseo de que para la próxima edición de los Cursos de Verano, además de continuar como responsable de la cátedra de Liturgia, asumiera la tutoría de los alumnos internos, las lecciones preparatorias de las excursiones y unas conferencias sobre la “Selección de lecturas” para las mujeres del Instituto Femenino (incluido dentro de los Cursos de Verano Católicos de Santander). Ibídem, pp. 82 y 86.
26 El Diario Montañés, 29-VI-1933.
27 Ibídem.
28 SEGOVIA DE ARANA, José María: “La medicina”, en VV.AA., La Universidad Internacional…, 2003, p. 336; Cursos de Verano, 1934, V Año, Casa de Salud Valdecilla/Instituto Médico de Post-gradudados, Santander, 1934, pp. 3-6.
29 DE LA PEÑA, Consuelo: “Soy investigador gracias a Santander y a la UIMP”, El Diario Montañés, 6-VI-2012, p. 4.
30 Proyecto de cuyos inicios ya se había informado en la misma publicación en otra editorial y un artículo aparecidos en 1950, en los que ya se llamaba la atención de los empresarios y las autoridades locales sobre “la enorme trascendencia” que su “definición de una manera terminante” podía significar el futuro de la ciudad. “La Universidad Internacional y Santander”, Economía Montañesa, 42 (1950), p. 1; “Santander, capital de verano de la vida universitaria y cultural española”, ibídem, pp. 2-4.
31 Al menos, así se puede entrever en el contenido de un par de párrafos que dicen: “Hasta aquí, el resumen del proyecto de la Universidad Menéndez Pelayo. No tiene este trabajo, en absoluto, el carácter técnico que justifique la inclusión en este lugar de los detalles relacionados con los materiales a emplear. Hemos tratado de dar una somera idea de lo que el plan abarca. Ahora cabría formularse una pregunta, que es la siguiente: una vez realizada la obra, en funcionamiento durante los meses de verano esta modernísima institución docente, ¿no podría pensarse en ampliar la vida activa de ella, extendiéndola. también a los meses de invierno?”. “La Universidad Internacional de Verano”, Economía Montañesa, 55 (1952), pp. 2-7 y 26-27, citado en Madariaga de la Campa, Santander y la…, 1983, pp. 97-106.
32 MARÍAS, Julián: “Verano de 1934”, en (www.filosofia.org/hem/199/19960815.htm).
33 Tengamos en cuenta que el 10 de mayo de 1933, cuando apenas se llevaban tres meses y medio de la llegada de Hitler al poder, acontecieron, delante de la Universidad Friedrich-Wilhelm de Berlín y en presencia de Joseph Goebbels -ministro de Ilustración Popular y Propaganda del Reich-, las primeras piras de libros. Tres años más tarde, los libros arderían también en España. Atrocidad que sirve de punto de partida a la novela del escritor gallego Manuel Rivas Los libros arden mal (Alfaguara, Madrid, 2006).
34 El profesor Schindler, de Zurich, llamó a España, tras su experiencia en la U. I., “feliz mediador en un momento de angustia para Europa”. Esta cita y los entrecomillados del párrafo están tomados de Gómez Orbaneja, “La Universidad Internacional…”, Revista de Occidente, 126 (1991), pp. 62-63. El párrafo contiene también una idea extraída de PÉREZ-VITORIA, Augusto: El fin de una gran esperanza. 1936: El último curso en la Universidad Internacional de Verano de Santander, Amigos de la Cultura Científica/Centro de Investigación y Estudios Republicanos (CIERE), Madrid, 1989, p. 32.
35 Sánchez Ron, “El Rector Blas…”, en VV.AA., Memoria de un…, 2010, pp. 135-136. La carta también se puede consultar íntegra en su libro Cincel, martillo y piedra (Taurus, Madrid, 1999), pp. 308-311.
36 “Información General”, en Curso de verano para extranjeros en Santander (España), Ministerio de Educación Nacional, Santander, 1939, s/n.
37 Para saber más, véase FERERR CAYÓN, Jesús: La instrumentalización política de la cultura durante el primer franquismo: la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y el Festival Internacional de Santander (FIS), 1945-1957, Tesis doctoral, Universidad de Cantabria, Santander, 2012, pp. 155-180, [en línea] http://www.tdx.cat/handle/10803/80772.
38 U. I. es el acrónimo empleado por el poeta y profesor Pedro Salinas, secretario general de dicha institución de la que había sido, junto al ministro socialista Fernando de los Ríos Urruti, el principal ideólogo.
39 Refundar, según acepción del Diccionario de la Lengua Española elaborado por la RAE, es “volver a fundar algo, revisar la marcha de una entidad o institución, para hacerla volver a sus principios originales o para adaptar estos a los nuevos tiempos”. En (http://lema.rae.es/drae/).
40 Sobre el mundo del pensamiento, la educación y la pedagogía españolas, véase VIÑES MILLET, Cristina: La cultura en la España contemporánea, Edelsa, Madrid, 1986, pp. 20-35 y 94-95.
41 ORTEGA VALCÁRCEL, José: “La nueva sociedad: la sociedad de masas”, en VV.AA., El siglo de los cambios. 1898 Cantabria 1998, Caja Cantabria, Santander, 1998, p. 248.
42 Recrear: crear o producir de nuevo algo. En (http://lema.rae.es/drae/).
43 Herrera Oria en su conferencia en el Círculo de Estudios del Centro de la ACNP en Madrid, celebrada en diciembre de 1945, en la que daba cuenta de su reciente viaje realizado por Italia, Suiza y Portugal. Herrera Oria y Gutiérrez García, Intervenciones orales en…, 2006, Tomo VII, pp. 556-557.
El cuestionario que amablemente ha aceptado contestar aclara la relación entre la Casa de Salud Valdecilla, inaugurada en 1929, y la Universidad Internacional de Verano de Santander, vigente de 1933 a 1936.
(1) ¿En qué año nace la Universidad de Verano de Santander?
En 1932, mediante Decreto de fundación fechado el 23 de agosto1, aunque su primer curso no tuvo lugar hasta el verano de 1933.
(2) ¿Quiénes fueron sus promotores?
La Universidad Internacional de Verano de Santander (U. I.) pudo ser realidad en 1933 gracias, fundamentalmente, a dos visionarios españoles: el profesor y poeta Pedro Salinas y el intelectual y político Fernando de los Ríos. “¿Es posible que aquel proyecto mío haya sido realidad?”, se preguntaba Pedro Salinas en una carta que envió (al término del estío de 1933) a la profesora estadounidense Katherine Whitmore, en la que continuaba diciendo: “Me he acordado de una tarde de junio, 1932, en la Sierra de Guadarrama. Cinco personas sentadas en la yerba a la sombra de los pinos. Una de ellas el Ministro. (…) Y yo leyendo una hoja de papel, en la que cabía todo el proyecto de la U[niversidad] I[nternacional]”2.
(3) ¿En qué contexto nace?
En el contexto nacional de la Segunda República y en el internacional de la época de entreguerras.
La U. I. no puede entenderse sin la pretensión internacionalista perseguida por la Segunda República desde su proclamación en 1931. España, como había indicado lúcidamente Salvador de Madariaga –Embajador en París y Delegado español en la Sociedad de Naciones-, tenía en su cultura el único elemento que le podía reportar “en el Mundo un rango de potencia de primer orden, si no de gran potencia”3. La U. I. fue, en este sentido, la realización republicana por antonomasia, el proyecto cultural en el que aquel nuevo régimen depositó sus esperanzas para la consecución de tamaño anhelo. En palabras de Pedro Salinas, “la concepción más grande del actual régimen”4. El ministro socialista Fernando de los Ríos, en un discurso pronunciado en el Instituto General y Técnico de Santander, confesaba que este “órgano universitario” estaba llamado a ser “un símbolo de la nueva España”5. Y en el preámbulo del Decreto fundacional -una declaración de intenciones en toda regla-, se afirmaba que “España, en este momento de renacer profundo, a más de fomentar, como lo hace con todo empeño, sus Centros de investigación, puede y deber crear alguna institución que satisfaga exigencias, no sólo nacionales, sino de más vasto horizonte”6. La U. I. nació entroncada en la tradición intelectual principiada por la Institución Libre de Enseñanza (ILE, 1876) y continuada por el Centro de Estudios Históricos (CEH, 1910), organismo del que acabó siendo (dada la ruptura científico-cultural que supuso la Guerra Civil) su ramificación institucional última7, y por la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE, 1907)8, gestada para becar al extranjero a estudiantes de postgrado a fin de que completaran su formación científica y regresaran de nuevo a España, es decir, justo al revés de lo que la recién nacida República pretendió al crear la U. I., a saber: atraer todos los veranos a una selección de los profesores y científicos más destacados en las diversas disciplinas para que compartieran sus hallazgos y enseñanzas con un grupo también selecto de docentes y discentes españoles compuesto por entre dos y tres centenares de miembros.
En el plano internacional, la U. I. era heredera de la tradición de pensamiento liberal-europea, a la vez que promotora de una concepción jurídico-política internacionalista, tal y como señaló el ministro Fernando de los Ríos en su discurso de inauguración:
“(…) ¡Ah, si los españoles meditasen, como debieran hacerlo, sobre el contenido de su historia! Allá a mediados del siglo XVII tiene lugar en Westfalia el primer acto internacional, del cual nació el moderno Derecho internacional. Pero España no estaba en Westfalia. Westfalia representaba una concepción internacional de plenitud para las soberanías nacionales y significaba la falta de sentido y conocimiento de la solidaridad humana.
Ya el pensamiento español, finalizado el siglo XVI, había afirmado que el sentido internacional había de ser otro. Y este espíritu internacional nuevo lo representaba Francisco de Vitoria y Suárez. Este pensamiento es el que está prendiendo hoy en Europa, singularmente para llevarle a un plano de realizaciones. Es decir, no meramente mantener un pluralismo incoordinado, sino la coordinación por base y fin de esta unidad plural que se llama mundo moderno. Esa es la aspiración de España; eso es lo que hoy representa España en el mundo internacional; eso es lo que queremos expresar en el orden de las relaciones culturales por la Universidad de Santander: traer a los hombres que se destacan en el pensamiento puro, sea poético, sea filosófico, sea en el plano de las ciencias aplicadas o de las ciencias teoréticas”9.
Una aspiración que se comprende mejor dentro del contexto político resultante de la I Guerra Mundial10, en el que la cooperación intelectual fue concebida como un aspecto clave en las relaciones entre los distintos países. Así lo acredita la creación de la “Sociedad de Naciones” (SDN, 1919), un organismo compuesto por 45 países, cuyo objetivo primordial era el de “hacer posible una seguridad colectiva que garantizase la integridad de todos los Estados” y en cuyo seno surgieron: la Oficina Internacional de Educación (1925), primera entidad intergubernamental en el campo educativo, y el Instituto Internacional de Cooperación Intelectual (IIIC, 1926), entidad que precisamente tomaría parte en el Comité de Estudios encargado de diseñar el programa académico del Curso de 1936 de la U. I., cuya primera edición se había desarrollado en 1933, año en que no por casualidad se celebraron los “Encuentros de Madrid” del IIIC en los que fue formulada la siguiente declaración oficial:
“El porvenir de la cultura, incluso dentro de las unidades nacionales, está eminentemente relacionado con el desarrollo de sus elementos universales que, a su vez, dependen de una organización de la humanidad como unidad moral y jurídica (...). Del intercambio de ideas entre los pensadores modernos debe surgir la verdad que ayudará al mundo a superar la crisis espiritual que atraviesa”11.
El Gobierno republicano había concebido la U. I. en plena sintonía con semejantes aspiraciones, al objeto de situar a España en la vanguardia del uso de la cultura y del intelecto como la vía para garantizar el entendimiento y la convivencia pacífica de los pueblos12. Una pretensión que constataron profesores como Emil Utitz (Universidad de Praga), para quien la U. I. representaba en Europa “el más noble de los esfuerzos por restablecer la concordia espiritual, de que tan necesitados estamos en estos momentos. Concordia espiritual que ha de lograrse mediante el contacto efectivo de los profesores de las diversas nacionalidades europeas”13; o como Johan Huizinga (Universidad de Leyden), para quien “el internacionalismo que se profesaba en la U. I. era de un orden tan práctico como elevado, era el anhelo de todo lo que une a las naciones entre ellas, si bien salvando sus peculiaridades individuales”14.
(4) ¿Existían precedentes en Cantabria?
Sí, ya que según el ministro socialista Fernando de los Ríos, “Santander tenía órganos que hacían posible la Universidad Internacional y un largo proceso de sensibilidad cultural”15. Efectivamente, Santander, aún careciendo de Universidad, contaba en su haber con un poso cultural de referencia: en el ámbito científico, Augusto González de Linares (1845-1904) había fundado en 1886 la Estación Marítima de Zoología y Botánica Experimentales, es decir, el primer laboratorio de España dedicado al estudio del mar, y, la filantropía del indiano Ramón Pelayo de la Torriente (1850-1932) había hecho posible en 1929 la inauguración de la Casa de Salud Valdecilla, concebida con una orientación hospitalaria predestinada a triunfar en el futuro y con una marcada vocación investigadora y docente, como lo prueban los cursos especiales para médicos y alumnos de últimos cursos de Medicina que desde 1930 organizaba en época estival16; en el ámbito humanístico, el erudito santanderino Marcelino Menéndez Pelayo (1856-1912) había legado a la ciudad su excepcional biblioteca -compuesta de 40.000 volúmenes-, a la que desde 1921 acudían estudiantes extranjeros interesados en el aprendizaje del idioma y la cultura españolas17. Un fenómeno este en el que también había resultado decisiva la creación de la Sociedad Menéndez Pelayo (SMP, 1918) y de su Boletín (1919), en cuanto plataformas promotoras de la citada Biblioteca (BMP, 1915), la cual contaba desde sus inicios con la acertada dirección de Miguel Artigas, quien, con motivo de los Cursos de Verano para Extranjeros, había llegado a entablar relaciones institucionales con las Universidades de Berkeley (1919), Liverpool (1921), Hamburgo (1926), Missouri (1927) y Valladolid (1928)18.
Ahora bien, el factor que resultó indudablemente más determinante fue el de las extraordinarias condiciones naturales (belleza del paisaje y clima estival moderado) de Santander y su posición estratégica en la terraza cantábrica peninsular. El propio ministro fundador lo destacó en una entrevista al referirse así al proyecto de la U. I.:
“(…) Santander ofrece para esta obra una situación excepcional, ya que se cuenta con la biblioteca Menéndez Pelayo, la Fundación Valdecilla y la estación de Biología marina y, sobre todo, la situación excepcional de la ciudad, tan atractiva geográficamente. Las posibilidades que ofrece el clima, el sitio y aquellos elementos complementarios de los que le hablo, así como la proximidad del Museo prehistórico que se ha de hacer en Santillana del Mar, son una base inapreciable para el desarrollo eficiente de esta iniciativa”19.
A los elementos ya expuestos, se le unía otro no menos importante, a saber, la orfandad estival regia de la ciudad. El Palacio de la Magdalena se había quedado sin función una vez exiliada la familia real, recuérdese, el principal activo del concurrido y distinguido veraneo santanderino. El Gobierno republicano decidió entonces reconvertir, mediante unas pequeñas reformas, dicho complejo regio en la sede de la U. I., devolviéndoselo a modo de bien sociocultural a los ciudadanos montañeses, quiénes lo habían financiado por suscripción popular para regalárselo en 1912 a los reyes Victoria Eugenia y Alfonso XIII20.
(5) ¿Existían iniciativas paralelas en Cantabria?
En el plano de la docencia estival, Santander contaba con los Cursos de Verano para Extranjeros de la Sociedad Menéndez Pelayo, creados en 1925, y los Cursos de Verano de la Universidad de Valladolid, fundados en 1928 en el Colegio Mayor Universitario de la capital montañesa y destinados a estudiantes españoles que desearan aprender lenguas modernas y estudiar otras disciplinas. Pero debe aclararse que la Universidad Internacional de Verano de Santander (U. I.) fue un proyecto de otra naturaleza, mucho más ambicioso y vinculado a la tarea investigadora y a los Cursos para Extranjeros que desde 1915 comenzaron a organizarse en el madrileño Centro de Estudios Históricos, cuyo director, Ramón Menéndez Pidal, no por casualidad fue el primer rector de la U. I.
En 1933, Santander fue también la ciudad escogida por la Iglesia católica para instalar su particular respuesta al singular proyecto universitario republicano: los Cursos de Verano Católicos, los cuales, ideados por Ángel Herrera Oria -entonces abogado del Estado, periodista y dirigente laical de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNP)- como “un elemento más de la ofensiva cultural del catolicismo tradicionalista, como la alternativa confesional a la U. I. -pública, laica y condescendiente con la modernidad-”21, supusieron uno de los primeros ensayos prácticos de la, tan anhelada por la Iglesia, Universidad Católica permanente, a la par que el precedente directo de la Universidad Internacional “Menéndez Pelayo”, es decir, la nueva Universidad Internacional que en 1945 decidiría crear la dictadura del general Franco, en consonancia con los dogmáticos postulados del catolicismo ultramontano.
La programación en 1933 (el mismo año en que empezaba su andadura la U. I.) de estos “Cursos de Verano” en el Colegio Cántabro de Santander, organizados por la Junta Central de Acción Católica en colaboración con el Obispado y la Asociación Católica de Padres de Familia de dicha ciudad, no fue fruto de la casualidad. Estos Cursos habían sido iniciativa de la ACNP22 y, aunque inicialmente nacían con “el fin principal de instruir a un grupo selecto de jóvenes sobre cultura eclesiástica”23, enseguida supusieron un intento serio de convertirse en “una Universidad Católica análoga a las que funcionan en muchos países de Europa y América”24 y que, a modo de alternativa, contrarrestase la modernidad secularizadora de la que la U. I. era flamante exponente en el ámbito de la enseñanza superior y de la ciencia españolas25. El titular y subtitular de El Diario Montañés –periódico local de filiación católica- no dejaban lugar a dudas: “La Universidad Católica de Verano promete ser una de las actividades culturales más importantes de Santander”26. Ya en el interior, se informaba del acto de inauguración de la Universidad y de tres de los cursos (sobre “Liturgia”, “Economía Social” y “Francisco de Vitoria”), en un tono que permitía intuir la línea ideológica de los organizadores:
“(…) Sobre el horizonte se atisban realmente indicios fúlgidos de alborada. Se está desvaneciendo el caos ideológico y moral producido por la invasión pagana del Renacimiento. El individualismo filosófico y social son ya quiebra absoluta. Sus prohijaciones inmediatas: el capitalismo y el marxismo, trasponen rápidamente las cumbres del espíritu. Mientras, el Catolicismo, faro perenne de la Humanidad, empieza a destellar de nuevo sobre las mentes los haces luminosos que la Resurrección hubo de verter sobre los montículos de Palestina”27.
(6) ¿Qué papel jugó la Casa de Salud Valdecilla en el nacimiento de la Universidad Internacional de Verano de Santander?
Resultó fundamental, ya que los contenidos impartidos en la U. I. fueron articulados dentro una estructura académica que, diseñada por Ortega y Gasset y Xavier Zubiri (miembros del Comité de Estudios de la U. I.), estaba compuesta de una “reunión científica”, una docena de “cursos universitarios (generales y específicos)”, una serie de “cursos especiales de la Casa de Salud Valdecilla”, cuatro “cursos de Humanidades Modernas (civilizaciones francesa, italiana, inglesa y alemana) y el “curso para Extranjeros” que se venía impartiendo en la Sociedad Menéndez Pelayo.
Los cursos especiales de la Casa de Salud Valdecilla se venían impartiendo en el Instituto Médico de Postgraduados del propio centro hospitalario (dedicado a facilitar la especialización médica) desde hacía tres años, y el Comité de Estudios, con acertadísimo criterio, decidió incluirlos bajo su patrocinio en la programación general de la U. I., pues se trataba de uno de los centros hospitalarios de mayor prestigio de España, tanto en lo relativo a la asistencia médica como en la formación de especialistas (Valdecilla incluía también una Escuela de Enfermeras, reconocida oficialmente por el Ministerio de Instrucción Pública e incorporada a la Universidad de Valladolid), que además había resultado determinante, junto a la Biblioteca Menéndez Pelayo y la Estación Marítima de Zoología y Botánica Experimentales, a la hora de fijar por parte del Ministerio de Instrucción Pública la sede de la U. I. en Santander, tal y como lo confesaban insistentemente el ministro socialista Fernando de los Ríos y el ideólogo del proyecto Pedro Salinas. La colaboración estrecha entre ambas instituciones hizo que los Cursos de especialización ganaran en importancia y, entre el 10 de julio y el 2 de septiembre de 1933, doctores de la talla de Marañón, Río Hortega, Jiménez Díaz, Isidro de la Villa, Bañuelos, Pi y Suñer conformaron, junto a los M. H. Roger, Aschoff, Thannhauser y Nicola Pende, y a las figuras del propio centro hospitalario como Díaz Caneja -entonces director-, Téllez Plasencia o J. Lamelas, entre otros, un plantel docente de campanillas. Los criterios que guiaban la elaboración de la programación de aquellos cursos eran dos: revisar los temas de mayor interés para la Ciencia Médica presente y potenciar el aprovechamiento de los medios técnicos excepcionales con los que Valdecilla había sido dotada. El curso “Anatomía patológica de tumores” impartido por el doctor Pío del Río Hortera, director del Instituto Nacional de Oncología de Madrid, es un buen ejemplo que ilustra el espíritu visionario que envolvió aquel tipo de enseñanzas28.
(7) ¿Y qué papel en su desarrollo?
Fundamental, ya que los “Cursos especiales de la Casa de Salud Valdecilla” estuvieron destinados a especialistas afanados en profundizar en ramas específicas (Anatomía patológica, Hematología clínica, Bacteriología clínica, Histopatología cutánea, Estomatología, Obstetricia, Cardiología, Ginecología, Neurología y Psiquiatría, Otorrinolaringología, Fisiología experimental, Dietética y trastornos nutritivos de la primera infancia, Bioquímica del metabolismo, Urología, etc.) de la Ciencia Médica. Cursos que además fueron de las pocas actividades científicas de la Universidad Internacional de Verano de Santander (U. I.) que tuvieron continuidad en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) creada en 1945 en el franquismo. Valdecilla siempre estuvo presente en la UIMP y contribuyó no poco a dotarla de prestigio científico, ya que a sus Cursos solían acudir docentes extranjeros que resultaron determinantes en el futuro de muchos profesionales. Testimonios como el expresado en fechas recientes por el eminente cardiólogo Valentín Fuster, así lo avalan: “Soy investigador gracias a Santander. Cuando terminé la carrera en 1960, acabé frustrado por la educación, ya que no recibí ningún estímulo por la investigación. Entonces obtuve una beca para asistir a un curso en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y en una sesión de neurología recobré el estímulo suficiente para irme fuera [de España]”29. Además, Valdecilla sigue estando presente en las programaciones académicas de la UIMP.
(8) ¿Hubo una Universidad de Invierno o al menos se planteó su creación?
No la hubo pero sí se planteó desde las páginas de Economía Montañesa (nº 52, marzo de 1952), el Boletín de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Santander, en donde podía leerse un editorial con su correspondiente artículo en el que, bajo el pretexto de exponer con detalle el proyecto para la construcción de una Ciudad Universitaria que sirviera de residencia definitiva de la UIMP en Las Llamas, zona virgen “próxima a la Segunda Playa del Sardinero, que limitaba al sur con la Avenida de los Castros”30, se planteaba abiertamente la posibilidad de que la Universidad “ampliase su vida activa extendiéndola también a los meses de invierno”, en virtud de “las ventajas que en el orden estrictamente económico reportaría para Santander”31.
Aunque no fue hasta la entrada en funcionamiento en 1966 de la Escuela Técnica Superior (ETS) de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, cuando Cantabria (entonces Provincia de Santander) se incorporó al mundo universitario español, pues el origen de dicho centro estuvo ligado al proceso que culminó en 1972 con la creación del distrito universitario santanderino y, por ende, de la Universidad de Santander (US) -Decreto 2.556/1972 del 18 de agosto, publicado en el BOE el 30 de septiembre-.
(9) ¿Cómo afectó el golpe de estado de 1936 a la Universidad de Verano de Santander?
En palabras de Julián Marías, la U. I. acabó sus días “(…) barrida por el viento siniestro de la Guerra Civil, cuando apenas había pasado de ser un ensayo y una promesa”32.
La U. I. tuvo una corta pero intensa vida: 1933 y 1936 acotan cronológicamente las cuatro convocatorias universitarias estivales que ésta institución científico-cultural pudo celebrar, la última de las cuales tuvo como telón de fondo el fracaso del golpe de estado franquista y el estallido de la Guerra Civil. Era el tiempo en que en Europa, como describió el que fuera uno de los secretarios adjuntos de Pedro Salinas y eminente jurista, Emilio Gómez Orbaneja, “nuevos nacionalismos –pero con viejos y acrecentados rencores- apuntaban ya amenazas que nadie hubiera podido todavía medir”33. Y la U. I., impregnada de la libertad y el humanismo que desde comienzos de siglo venía sembrando con tanta generosidad en nuestro país la JAE, a juicio de Orbaneja, “ofreció a hombres eminentes de muchos países una libertad en el intercambio de la cultura que no había de durar”34.
Un relato que permite conocer lo acaecido aquel fatídico estío en las aulas de La Magdalena, puede leer El fin de una gran esperanza. 1936: El último curso en la Universidad Internacional de Verano de Santander, de Augusto Pérez-Vitoria, discípulo del reputado Enrique Moles y último catedrático de Ciencias Químicas antes de la guerra civil.
(10) ¿Qué pasó con los alumnos embolsados?
Sabemos que José María Corbín Ferrer, Guillermo García Leal de Ibarra, Emilio García Pérez, César González Tejerina, José Luís Martín García de Castro y Vicente Vallejo Angulo, estudiantes del último curso de la U. I., murieron en el Alfonso Pérez, el buque-prisión que las fuerzas leales a la República tuvieron fondeado en la bahía de Santander al que fueron a parar dichos alumnos al finalizar el Curso de 1936 debido a sus repetidas manifestaciones públicas de simpatía al general Franco. Estos chicos fueron asesinados, entre centenar y medio de víctimas más, como venganza al bombardeo indiscriminado que la aviación franquista había efectuado el 27 de diciembre de 1936 sobre barrios obreros de Santander causando sesenta muertos (una suerte de “Guernica” de la capital montañesa del que apenas se habla).
Además del referido testimonio de Pérez-Vitoria, contamos con el Informe que el entonces rector de la U. I., Blas Cabrera Felipe, presentó ante Lequerica, el Embajador de España en París, con el fin de esclarecer lo acaecido aquel fatídico verano en La Magdalena. En dicho Informe, que se halla en el “Expediente de depuración de Blas Cabrera Felipe”, en el Archivo General de la Administración (AGA), Sección de Educación (cuando yo lo consulté estaba pendiente de catalogar), Cabrera cuenta como organizó la expedición de evacuación de La Magdalena, coincidiendo con el final de aquel Curso el 4 de septiembre de 1936, ya que la ubicación peninsular de la U. I. y las gestiones del rector con las autoridades republicanas les había permitido permanecer aislados y libres de la espiral de violencia que todo enfrentamiento civil acarrea.
Cabrera también relató en una carta a Ortega y Gasset lo sucedido con los chicos tristemente asesinados:
“(…) a la media hora de que yo terminase la acostumbrada conferencia de fin de curso se presentó la policía para hacer un registro en las habitaciones de dichos muchachos, a quienes se llevaron diciendo que había encontrado documentos o insignias que comprobaban su condición de fascistas. Algo debía existir porque algún compañero después me trajo otras cosas que ellos habían encontrado en un registro posterior para evitar que aparecieran en otro oficial. Inmediatamente fuimos Gaos y yo a interceder por ellos quitando importancia a la acusación. No tuvimos éxito completo, pero se nos dijo que elevásemos un recurso a una especie de tribunal de amparo que se había constituido para devolver la libertad a los detenidos por una equivocación. De acuerdo con el fiscal Gaos redactó el recurso que firmé yo y me parece que también él, naturalmente exculpando a los chicos y respondiendo de ellos hasta donde era posible. Se reunió el referido tribunal y se denegó la excarcelación, diciéndonos que el juicio definitivo se celebraría cuando le tocara el turno, que no sería antes de algunas semanas. Si esperábamos, a más que agotar los recursos de que disponíamos para el viaje, exponíamos a las 130 personas que saldrían con nosotros a descalabros parejos pues existían muchos que podrían ser acusados con igual motivo. Yo no creí que podía hacer esto, aunque de hecho mi misión de Rector había acabado. (…)”35.
Fernando Chueca Goitia, alumno de aquella fatídica U. I., también dejó su testimonio en su libro de memorias, al igual que Jaime Salinas, hijo del poeta, en Travesías.
En lo concerniente a los profesores y estudiantes extranjeros, la mayoría habían sido evacuados en barcos y submarinos de guerra de diversas naciones.
(11) ¿Cuándo se retomaron los cursos?
En 1938, en plena Guerra Civil, la Sociedad Menéndez Pelayo (SMP), bajo patrocinio del Ministerio de Educación Nacional del bando sublevado y golpista del general Franco, convocó de nuevo un Curso de Verano para Extranjeros en Santander, dando comienzo así a una “nueva época” que, protagonizada por el Movimiento Nacional, recuperaba una arraigada tradición en la capital montañesa36. Esta iniciativa de talante tradicionalista y católico cristalizaría en 1945 con la creación de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, un proyecto franquista completamente divergente al de la primigenia U. I., pues sus antecedentes se encontraban en la pretendida Universidad Católica que había ideado Ángel Herrera Oria; es decir, en los Cursos de Verano del Colegio Cántabro de Santander que la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNP) había organizado entre 1933 y 1936 con el fin de contrarrestar la actividad modernizado y progresista de la U. I.37.
(12) ¿Dónde y por cuánto tiempo?
Los “Cursos para Extranjeros” en Santander del Ministerio de Educación Nacional, bajo el patronato de la Sociedad Menéndez Pelayo, se desarrollaron entre los años 1938 y 1946, ambos inclusive, pues aunque el Decreto de creación de la Universidad Internacional “Menéndez Pelayo” (UIMP) fue publicado el 10 de noviembre de 1945, ésta como tal no comenzó a funcionar a efectos reales hasta el verano de 1947.
(13) ¿Qué nombre adoptó el proyecto tras la guerra?
Carece de precisión histórica continuar considerando a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) como si de una única Universidad se tratara. La UIMP, así rebautizada por el franquismo en 1945, fue una refundación de la primigenia Universidad Internacional de Verano de Santander (U. I.)38, fundada39 en 1932 por el primer Gobierno de la II República (el de la Conjunción Republicano-Socialista). Ambos centros, la U. I. y la UIMP, eran herederos de dos planteamientos pedagógicos entroncados en sendas tradiciones de pensamiento antagónicas: la liberal-europea y laica y la conservadora-nacional y católica, respectivamente40. Además de responder a objetivos político-estatales completamente divergentes, pues mientras que la U. I. fue ideada para integrar de nuevo a España en el panorama científico internacional y en la vida cultural europea, la UIMP, en cambio, lo fue para contrarrestar el aislamiento diplomático que sobre la dictadura del general Franco pesaba desde que acabara la II Guerra Mundial.
En palabras del profesor Ortega Valcárcel, el Decreto de creación de la UIMP era:
“un remedo del que dio origen a la Universidad de la República: vaciaba de contenido los objetivos con que aquella había nacido, introducía el condicionamiento ideológico de una cultura entendida desde la óptica nacionalista, establecía limitaciones intelectuales acordes con los presupuestos del nuevo Estado, pero significaba, a la postre, el mantenimiento de un lugar prestigiado en el que, se mantenía el contacto temporal con algunos representantes de la cultura moderna internacional”41.
Representantes que, en su mayoría, provinieron del ámbito del catolicismo conservador europeo y latinoamericano. La UIMP, por tanto, fue una creación genuina del franquismo y no una recreación42 de la U. I., sino de los mentados Cursos de Verano Católicos del Colegio Cántabro. Es en estos -y no en la U. I.- donde se halla la prehistoria de la UIMP. De hecho, su creador, Herrera Oria, reconoció abiertamente su implicación en la puesta en marcha de la UIMP tras un viaje suyo por Italia, Suiza y Portugal, efectuado en 194543.
(14) ¿Existe buena bibliografía sobre la universidad de Verano de Santander o todavía queda mucho por hacer?
Existe una bibliografía bastante considerable aunque muy desigual en cuanto a su tipología y calidad se refiere. La UIMP, como la mayoría de las instituciones culturales españolas, tiene todavía pendiente de publicar una investigación en la que analiza el significado de la Institución desde el punto de vista histórico (atendiendo a su organigrama y contenidos), ya que la mayor parte de los estudios publicados tienden más al tratamiento en forma de crónica, a una sucesión de hechos y relatos presentados de manera más o menos ordenada y sin analizar dentro de su contexto. En esta tarea estuve trabajando entre los años 2006 y 2012, fruto de un convenio de investigación que firmaron la UIMP y la UC, y de posteriores trabajos de investigación que continué realizando para la UIMP por cuenta propia. El resultado fue La UIMP (1932-1979): Ciencia, cultura y vida intelectual en España, trabajo de algo más de setecientas páginas que, por motivos ajenos a mi voluntad y que desconozco, el actual rector de la UIMP decidió no publicarlo, pero que yo debo hacerlo en un futuro próximo.
BIBLIOGRAFÍA
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-FERRER CAYÓN, Jesús: “El Santander europeo del siglo XX: sociedades e instituciones culturales”, en VV.AA., Santander como ciudad europea: una larga historia / F. Gómez Ochoa (ed.), Publican-Ediciones de la Universidad de Cantabria, Santander, 2010, pp. 124-161; La instrumentalización política de la cultura durante el primer franquismo: la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y el Festival Internacional de Santander, 1945-1957, Tesis doctoral-Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cantabria, 2012; “La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP): dos Universidades, dos historias (1932-1979)”, en VV.AA., Sociedad “El Sitio”. Conferencias, año 2012 / Mª Dolores de Aspiazu (ed.), Sociedad El Sitio, Bilbao, 2013, pp. 133-168; Orígenes y creación del Festival Internacional de Santander (1932-1956), Trabajo de Investigación, Universidad de Cantabria, Santander, 2005; “Verano, franquismo y festivales”, Cultura/s, 8-VII-2007, pp. 18-19.
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-MADARIAGA DE LA CAMPA, Benito: La Universidad de Verano de Santander, Ministerio de Universidades e Investigación, Madrid, 1981; Santander y la Universidad Internacional de Verano, Ayuntamiento de Santander-UIMP, Santander, 1983.
-MADARIAGA DE LA CAMPA, Benito y VALBUENA MORÁN, Celia: La Universidad Internacional de Verano de Santander (1932-1936), UIMP, Santander, 1999; La Universidad Internacional de Verano de Santander. Resumen de sus trabajos en el curso de 1934, UIMP, Santander, 2000.
-PÉREZ-VITORIA, Augusto: El fin de una gran esperanza. 1936: El último curso en la Universidad Internacional de Verano de Santander, Amigos de la Cultura Científica/Centro de Investigación y Estudios Republicanos (CIERE), Madrid, 1989.
-RUIZ CARNICER, Miguel Ángel: “Ciriaco Pérez-Bustamante y el mundo académico del franquismo”, prólogo a PÉREZ-BUSTAMANTE, Ciriaco, Felipe III. Semblanza de un monarca y perfiles de una privanza, Urgoiti Editores, Pamplona, 2009, pp. V-CXXX.
-SAIZ VIADERO, José Ramón: “Correspondencia inédita entre Salinas y Lastra: la Universidad Internacional de Santander”, Historias de Cantabria, 7 (1994), pp. 111 y 114.
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-VALBUENA MORÁN, Celia y MADARIAGA DE LA CAMPA, Benito: García Lorca, La Barraca y el Grupo Literario del 27, UIMP, Santander, 1999 y García Lorca, La Barraca y el Grupo Literario del 27, UIMP, Santander, 2008.
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-VV.AA.: Mujeres con voz. Voces desde el silencio. Una historia necesaria de la UIMP, UIMP, Santander, 2010.
-VV.AA.: Palacio Real de la Magdalena. Un Palacio para Santander, Ayuntamiento de Santander, 1994.
-VV.AA.: Rehabilitación Palacio de la Magdalena de Santander, Dragados y Construcciones, S. A., Santander, 1995.
-VV.AA.: Santander y la vanguardia (1900-1960). Curso de Arte, Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Santander, 1977.
NOTAS
1 Gaceta, 24-VIII-1932, disponible en versión digital en: (www.boe.es), “Gazeta (Histórico del BOE)”, páginas (TIFF): [A01429], [A01430] y [A01431]. El Decreto fue ratificado por Ley el 5 de julio de 1933, cuando ya estaba funcionando la Institución. Ibídem, páginas (TIFF): [A00234] y [A00235]. El Decreto también puede consultarse íntegramente en Madariaga de la Campa y Valbuena Morán, La Universidad Internacional…, 1999, pp. 217-221.
2 BOU, Enric: Pedro Salinas. Cartas a Katherine Whitmore. El epistolario secreto del gran poeta del amor, Tusquets, Barcelona, 2002, p. 224.
3 Informe sobre política exterior, realizado por Madariaga en 1932 a petición del Ministro de Estado. Citado por: Delgado Gómez-Escalonilla, Imperio de papel..., 1992, p. 35.
4 DEL RÍO SAINZ, José: “Aire de la calle. Anticipación de la Universidad de Verano”, La Voz de Cantabria, 3-II-1933, p. 1, citado en Madariaga de la Campa, Santander y la..., 1983, p. 81.
5 El Cantábrico, 2-VIII-1932, pp. 1 y 2, citado en Madariaga de la Campa y Valbuena Morán, La Universidad Internacional…, 1999, p. 228.
6 Gaceta, 24-VIII-1932 (disponible en versión digital en: (www.boe.es), “Gazeta (Histórico del BOE)”, páginas (TIFF): A01429, A01430 y A01431. También puede consultarse íntegramente en Madariaga de la Campa y Valbuena Morán, La Universidad Internacional…, 1999, pp. 217-221.
7 No se olvide que del CEH, institución creada para el desarrollo de los estudios humanísticos (Historia, Filología, Arte, Filosofía y Derecho), dependieron otros centros culturales además de la U. I. y que, no por casualidad, Ramón Menéndez Pidal, presidente del CEH, fue también el primer rector de la U. I.
8 La JAE fue creada para el desarrollo de las ciencias experimentales y las ciencias aplicadas.
9 Discurso de inauguración de Fernando de los Ríos. MADARIAGA DE LA CAMPA, Benito y VALBUENA MORÁN, Celia: La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (1932-1936), UIMP, Santander, 1999, pp. 238-239.
10 Téngase en cuenta que la I Guerra Mundial afectó a todas las potencias mundiales (desaparecieron estados y se crearon otros nuevos) y que tuvo un enorme impacto psicológico (10 millones de muertos), en la retaguardia y entre la población civil europea pues, no en vano, muchas de las enfermedades psiquiátricas modernas tienen su origen principal en los trastornos sufridos por los supervivientes (mutilados y excombatientes) y en la posterior transmisión de los mismos a sus descendientes.
11 “Cooperación intelectual: Discusión general”, Diario oficial (suplemento especial), Sociedad de Naciones, Ginebra, 1933, citado por MATTELART, Armand: “Del humanismo universalista al proyecto global. Función geopolítica de la cultura”, en (http://www.infoamerica.org/teoria_articulos/mattelart1.htm) y en Le Monde Diplomatique en español, octubre de 2001.
12 Salvador de Madariaga impartió en 1934 en la U. I. dos conferencias sobre la “Sociedad de las Naciones”. La Universidad Internacional de Verano en Santander, Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes/Patronato de la Universidad Internacional de Verano en Santander, Madrid, 1935, p. 36.
13 Declaraciones del profesor Utitz, asistente a la U. I., al diario El Cantábrico, 22-VIII-1934, citado en La Universidad Internacional…, 1935, p. 64.
14 Nieto Pena, “Opiniones sobre la…”, El Cantábrico, 6-IX-1934, p. 1, citado en Madariaga de la Campa, La Universidad de…, 1981, p. 318.
15 Palabras extraídas del discurso pronunciado por Fernando de los Ríos en el Instituto General y Técnico de Santander, durante su visita a la ciudad. El Cantábrico, 2-VIII-1932, pp. 1-2, citado en Madariaga de la Campa y Valbuena Morán, La Universidad Internacional…, 1999, p. 226.
16 Cursos de Verano, 1934, V Año, Casa de Salud Valdecilla/Instituto Médico de Post-gradudados, Santander, 1934, pp. 5-8.
17 Anótese que, antes de la I Guerra Mundial, The Teacher’s Guild -una asociación de profesores de Gran Bretaña e Irlanda- había impartido un curso de vacaciones en la capital montañesa entre 1900 y 1914.
18 Un vicerrector de la Universidad de Valladolid llegó a anunciar en 1929 la existencia de un proyecto de carácter estatal llamado a hacer de Santander la “ciudad universitaria del verano” de “España entera”. Colegio Mayor de Santander. Segundo Curso. Verano de 1929, Universidad de Valladolid, 1929, p. 26.
19 “Los grandes temas de la cultura nacional (Don Fernando de los Ríos habla a los lectores de El Sol de los planes que tiene en estudio: colaboración cultural con Francia, una Universidad Internacional en Santander y el inventario de la riqueza artística española; otros problemas)”, El Sol, 19-VII-1932, p. 1.
20 Un Palacio cuya similitud con la estética inglesa, a juicio del historiador Javier Tusell, además del consabido propósito de contentar a la reina Victoria Eugenia, refleja un mayor grado de identificación de España con el mundo europeo latente en el espíritu de aquella generación intelectual peninsular. En definitiva un “símbolo y testimonio a un mismo tiempo del proceso modernizador español”, debido a que fue “Centro estival de la política primero, y la cultura después, nacionales”. TUSELL, Javier: “El Palacio de la Magdalena, Centro estival de la política y cultura españolas”, en VV.AA., Rehabilitación Palacio de..., 1995, pp. 2-5.
21 COROMINAS, Jordi y VICENS, Joan Albert: Xavier Zubiri. La soledad sonora, Taurus, Madrid, 2006, p. 306.
22 Herrera Oria, en su discurso pronunciado en la Asamblea de la ACNP celebrada en Santander el 8 de septiembre de 1935, afirmó: “(…) de los cursos de verano, que aunque no son de la Asociación [ACNP], sino de la Junta Central de A. Católica, han nacido en relación con ella [la ACNP]”. HERRERA ORIA, Ángel y GUTIÉRREZ GARCÍA, José Luís: Intervenciones orales en la Asociación Católica de Propagandistas. Obras Completas, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 2006, vol. VII, p. 516.
23 Carta enviada por Ángel Herrera Oria al Padre Justo Pérez de Urbel, el 8 de abril de 1933, para invitarle a la cátedra de Liturgia de los Cursos de Verano del Colegio Cántabro de Santander, en GARRIDO BONAÑO, Manuel: Fray Justo y los hombres de su tiempo, Abadía de la Santa Cruz, Madrid, 1983, p. 81. Por su parte, Pérez de Urbel (1895-1979) –“Fray Justo”- pertenecía a la Orden Benedictina y entre los años 1931 y 1936, debido a su condición de colaborador estrecho de Herrera Oria, desarrolló una actividad muy intensa para la ACNP. Su destacado perfil intelectual –historiador, gran conocedor de lenguas antiguas y modernas, investigador, escritor y conferenciante- le permitió mantener frecuentes relaciones con personajes destacados de la cultura española como Ramón Menéndez Pidal, Dámaso Alonso, Manuel de Falla, Gregorio Marañón, Rafael Alberti, Claudio Sánchez Albornoz o Gerardo Diego, entre otros. Ibídem, pp. 5-16.
24 Ibídem, p. 82.
25 El 27 de noviembre de 1933, apenas tres meses después de los primeros Cursos de Verano católicos en el Colegio Cántabro, Herrera Oria envía una carta al Padre Justo en la que, además de informarle del visto bueno dado por la Conferencia de Reverendísimos Metropolitanos al proyecto presentado por la Junta Central de Acción Católica para la creación de una Universidad Católica en España, le invita a formar parte de la Comisión Académica que se encargará de organizar las Facultades de Filosofía y Teología, y le cita a la primera reunión que tendrá el 4 de diciembre. Posteriormente, los días 18 y 19 de enero de 1934, Herrera Oria envía sendas cartas al Padre Justo con documentos referentes a la proyectada Universidad Católica. Su implicación en el proyecto fue grande ya que, unos días antes de estas misivas, Alberto Martín Artajo, Secretario General de dicha Junta Central y también estrecho colaborador de Herrera Oria, le había expresado –carta fechada el 11 de enero- el deseo de que para la próxima edición de los Cursos de Verano, además de continuar como responsable de la cátedra de Liturgia, asumiera la tutoría de los alumnos internos, las lecciones preparatorias de las excursiones y unas conferencias sobre la “Selección de lecturas” para las mujeres del Instituto Femenino (incluido dentro de los Cursos de Verano Católicos de Santander). Ibídem, pp. 82 y 86.
26 El Diario Montañés, 29-VI-1933.
27 Ibídem.
28 SEGOVIA DE ARANA, José María: “La medicina”, en VV.AA., La Universidad Internacional…, 2003, p. 336; Cursos de Verano, 1934, V Año, Casa de Salud Valdecilla/Instituto Médico de Post-gradudados, Santander, 1934, pp. 3-6.
29 DE LA PEÑA, Consuelo: “Soy investigador gracias a Santander y a la UIMP”, El Diario Montañés, 6-VI-2012, p. 4.
30 Proyecto de cuyos inicios ya se había informado en la misma publicación en otra editorial y un artículo aparecidos en 1950, en los que ya se llamaba la atención de los empresarios y las autoridades locales sobre “la enorme trascendencia” que su “definición de una manera terminante” podía significar el futuro de la ciudad. “La Universidad Internacional y Santander”, Economía Montañesa, 42 (1950), p. 1; “Santander, capital de verano de la vida universitaria y cultural española”, ibídem, pp. 2-4.
31 Al menos, así se puede entrever en el contenido de un par de párrafos que dicen: “Hasta aquí, el resumen del proyecto de la Universidad Menéndez Pelayo. No tiene este trabajo, en absoluto, el carácter técnico que justifique la inclusión en este lugar de los detalles relacionados con los materiales a emplear. Hemos tratado de dar una somera idea de lo que el plan abarca. Ahora cabría formularse una pregunta, que es la siguiente: una vez realizada la obra, en funcionamiento durante los meses de verano esta modernísima institución docente, ¿no podría pensarse en ampliar la vida activa de ella, extendiéndola. también a los meses de invierno?”. “La Universidad Internacional de Verano”, Economía Montañesa, 55 (1952), pp. 2-7 y 26-27, citado en Madariaga de la Campa, Santander y la…, 1983, pp. 97-106.
32 MARÍAS, Julián: “Verano de 1934”, en (www.filosofia.org/hem/199/19960815.htm).
33 Tengamos en cuenta que el 10 de mayo de 1933, cuando apenas se llevaban tres meses y medio de la llegada de Hitler al poder, acontecieron, delante de la Universidad Friedrich-Wilhelm de Berlín y en presencia de Joseph Goebbels -ministro de Ilustración Popular y Propaganda del Reich-, las primeras piras de libros. Tres años más tarde, los libros arderían también en España. Atrocidad que sirve de punto de partida a la novela del escritor gallego Manuel Rivas Los libros arden mal (Alfaguara, Madrid, 2006).
34 El profesor Schindler, de Zurich, llamó a España, tras su experiencia en la U. I., “feliz mediador en un momento de angustia para Europa”. Esta cita y los entrecomillados del párrafo están tomados de Gómez Orbaneja, “La Universidad Internacional…”, Revista de Occidente, 126 (1991), pp. 62-63. El párrafo contiene también una idea extraída de PÉREZ-VITORIA, Augusto: El fin de una gran esperanza. 1936: El último curso en la Universidad Internacional de Verano de Santander, Amigos de la Cultura Científica/Centro de Investigación y Estudios Republicanos (CIERE), Madrid, 1989, p. 32.
35 Sánchez Ron, “El Rector Blas…”, en VV.AA., Memoria de un…, 2010, pp. 135-136. La carta también se puede consultar íntegra en su libro Cincel, martillo y piedra (Taurus, Madrid, 1999), pp. 308-311.
36 “Información General”, en Curso de verano para extranjeros en Santander (España), Ministerio de Educación Nacional, Santander, 1939, s/n.
37 Para saber más, véase FERERR CAYÓN, Jesús: La instrumentalización política de la cultura durante el primer franquismo: la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y el Festival Internacional de Santander (FIS), 1945-1957, Tesis doctoral, Universidad de Cantabria, Santander, 2012, pp. 155-180, [en línea] http://www.tdx.cat/handle/10803/80772.
38 U. I. es el acrónimo empleado por el poeta y profesor Pedro Salinas, secretario general de dicha institución de la que había sido, junto al ministro socialista Fernando de los Ríos Urruti, el principal ideólogo.
39 Refundar, según acepción del Diccionario de la Lengua Española elaborado por la RAE, es “volver a fundar algo, revisar la marcha de una entidad o institución, para hacerla volver a sus principios originales o para adaptar estos a los nuevos tiempos”. En (http://lema.rae.es/drae/).
40 Sobre el mundo del pensamiento, la educación y la pedagogía españolas, véase VIÑES MILLET, Cristina: La cultura en la España contemporánea, Edelsa, Madrid, 1986, pp. 20-35 y 94-95.
41 ORTEGA VALCÁRCEL, José: “La nueva sociedad: la sociedad de masas”, en VV.AA., El siglo de los cambios. 1898 Cantabria 1998, Caja Cantabria, Santander, 1998, p. 248.
42 Recrear: crear o producir de nuevo algo. En (http://lema.rae.es/drae/).
43 Herrera Oria en su conferencia en el Círculo de Estudios del Centro de la ACNP en Madrid, celebrada en diciembre de 1945, en la que daba cuenta de su reciente viaje realizado por Italia, Suiza y Portugal. Herrera Oria y Gutiérrez García, Intervenciones orales en…, 2006, Tomo VII, pp. 556-557.
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