En la exposición se incluye la foto que hizo Duomarco del "Cabo Machichaco" justo antes de explotar en 1893. Pasa por ser la última. El fotógrafo salvó la vida por estar, precisamente, revelándola. No hay fotos de la explosión. Si había alguien haciendo alguna foto, murió y su cámara desapareció. Siempre que veamos un grabado representando la explosión, es una recreación, es decir, no se trata de un grabado realizado a partir de una fotografía, es imposible.
La foto que exponemos pertenece a la colección de Torcida, que nos la ha cedido amablemente.
Junto a la foto hemos puesto una ilustración publicada por una revista francesa de época. Representa a varios buzos recuperando cadáveres del fondo de la bahía. Es otra recreación. Los cadáveres a buen seguro no se encontraban en tan buen estado como representa la imagen y, además, los buzos no se ocuparon de recuperar cadáveres, sino de rescatar la dinamita que no había explotado.
Recordemos que la dinamita era de contrabando. Las autoridades no sabían lo que transportaba el buque en las sentinas. De haberlo sabido es de esperar que no le hubieran dejado atracar en el muelle que lo hizo, enfrente del actual hotel Bahía, donde explotó. No obstante, parece que minutos antes de la explosión sí corrió la voz de lo que ocultaba el barco y que las autoridades no reaccionaron. Recordemos que murieron más de quinientas personas, entre ellos la práctica totalidad de las autoridades municipales. El bastón de mando del alcalde apareció clavado en La Filomena, donde hasta hace poco estaban los antiguos astilleros de ribera y hoy el varadero que se ha construido con motivo del Mundial de Vela de 2015.
Las labores de los buzos provocaron una segunda explosión que los mató a todos. Existe una orla conmemorativa que estuvimos a punto de incluir en la exposición, pero nos parecía excesivamente escabrosa, así que decidimos no hacerlo.
La imagen de los buzos rescatando cadáveres debió tener mucha repercusión en la época y quedar prendida en el imaginario popular. Encontramos una imagen similar en la portada de Retaguardia, novela que Concha Espina dedicó a los años de guerra en Santander. Pongo imagen tomada de librería en uniliber a continuación: