La Casa de Salud Valdecilla se inauguró oficialmente el 24 de octubre de 1929, coincidiendo con el cumpleaños del marqués. Sin embargo, éste no pudo asistir por encontrarse enfermo. Sí lo hizo su sobrina, la Marquesa de Pelayo.
El acto estaba planificado en homenaje al marqués. La inauguración tuvo poco de tal. El detonante era exógeno.
La inauguración en clave interna de la Casa de Salud Valdecilla se celebró el 2 de enero de 1930, coincidiendo con la del Instituto Médico de Postgraduados. El discurso de apertura lo dictó el Dr. Wenceslao López Albo. Este discurso no fue publicado en el primer número de los Anales de la Casa de Salud Valdecilla, como hubiera sido lógico, probablemente porque la marquesa lo censuró. Hemos localizado este discurso y lo hemos rescatado para la colección Fuentemar.
El marqués realizó su primera visita a la Casa de Salud Valdecilla en fecha indeterminada, pero que, gracias a las fotos de época, podemos situar en torno a la primavera de 1930. Y es que en las fotos el marqués aparece con las solapas de la chaqueta llenas de flores de papel que intuimos respondan a la desaparecida fiesta "de la flor".
Estas flores de la chaqueta del marqués, concretamente la hilera de la solapa izquierda, son las que se han utilizado como imagen de la exposición. Las hemos pintado de amarillo para que parezcan siemprevivas.
¿Por qué siemprevivas?
Las siemprevivas son icónicas en Cantabria. Sus flores florecen tempranamente, como las del tojo. Son flores muy presentes en la cultura tradicional cántabra.
A las siemprevivas habría que sumar las palmeras, el árbol típico de los indianos, como lo era el marqués. Y fresnos, un árbol simbólico para los pasiegos (siempre hay uno junto a la cabaña).
Los árboles de la Casa de Salud Valdecilla también son patrimoniales, claro que sí.